Vale, vamos a ver. El primer amago es el de mirarme las manos. Nada. No puedo verme las manos. No puedo notarlas, tampoco. Puedo oír el ruido de los coches pero no puedo abrir los ojos. Huele como a humo de tubo de escape.
Vale, vamos a ver. El primer amago es el de mirarme las manos. Nada. No puedo verme las manos. No puedo notarlas, tampoco. Puedo oír el ruido de los coches pero no puedo abrir los ojos. Huele como a humo de tubo de escape.