El guiri. Por Catalina Ortega

El guiri La primavera me cayó encima de golpe, inundándome de rubor y calentura húmeda. Andaba yo por el mercado, comprando un ramito de apio verde, cuando sentí un cosquilleo extraño recorriéndome la espalda, la cintura, las caderas, ¿las nalgas? «¡Quieto, ahí!», pensé volviéndome bruscamente. Fue, en ese instante, cuando…