Del rojo al negro sin escalas, de Mara marley.
No acostumbro a escribir reseñas literarias por diversas razones, sobre todo por dos motivos; la primera porque no me creo capacitado para dar una opinión suficiente sobre una obra excelente, y la segunda, y más abundante es por no hacer daño a autores, unos por pecar de buena voluntad creadora, y otros porque navegan en una supuesta intelectualidad empalagosa. Pero Mara Marley merece una humilde reflexión de un servidor.
He de decir que ya la había leído antes por internet muchos de sus relatos, y en ninguno me ha defraudado, siempre me dejó una sonrisa asomando la comisura de los labios, y en otros dibujando una ó pronunciada en los mismos. Después de leer su obra «Del rojo al negro sin escalas» editado por editorial Anáfora, sólo cambiaría el «sin» por el «con». Mara requiere una escala por su calidad narrativa, y si tengo que definir con una palabra a la autora la definiría como «chispa», dado que es un libro de una lectura de profunda sencillez en la cuál no ha necesitado bucear en el diccionario para encontrar palabras rebuscadas para demostrar su valía en el mundo literario. Son cuarenta relatos magníficos, que se leen al compás de una bolsa de pipas, y que a la imagen de estas te deja un genial regusto salado, como salada y chisposa es la malagueña. Mara te ofrece una tarde muy agradable en una terraza entre personajes que al despedirte ya son tus amigos.
Por otro lado, la edición es de un corrección y frescura que nada tiene que envidiar a ninguna gran editorial. Porque editoriales hay muchas. Existen las grandes, que anclados en el pánico de un posible fracaso que doble hacia abajo el puntero de la gráfica de resultados, y es por eso, que no apuestan ni el bigote de un gato por nuevos valores. También están las que editan en dos sentidos: Uno el económico, autores/editores de medio pelo, con más ínfulas, y marketing personal acotado a lo local, que en un éxito real, y que con las ganancias de un par o tres de incautos se financian su siguiente libro. Y por último el autor con las mismas, o más petulancia que el anterior, uno que te edita libros de calidad descuidada, pero eso sí, con contratos draconianos ligados a costosas correcciones ortotipográficas, y que además quieren que vayas haciendo presentaciones a diestro y siniestro por tu cuenta, y que te apuntes a un curso que por supuesto te dan ellos, y que pagues 300 euros en insertar un anuncio en una supuesta publicación literaria que sorprendentemente también es de ellos. Y si no tragas con todo te rescinden el contrato ¡Gracias a Dios! ¡Por fin! Y para más inri hasta algunas con el sello de la editorial te venden seguros para la vivienda o el vehículo (risas sobre el teclado)
En fin, es mejor publicar en internet, o en serio cómo Mara Marley.
Jordi Rosiñol Lorenzo.
Un honor para mí que hagas este preciosa reseña de mi libro, Del Rojo al Negro, sin escalas. Mil gracias, maestro 🙂
El honor es siempre leerte. No hay de que! Un fuerte abrazo, compañera.