El séptimo día
Else Lasker-Schüler es «la poeta lírica más importante que Alemania ha tenido jamás», con un lenguaje «exuberante, fastuoso, tierno, un lenguaje moderno y dulce, brotado en cada giro desde el núcleo creador».
Gottfried Benn
Edición bilingüe en alemán-castellano.
Edición y traducción de Montserrat Armas.
Else Lasker-Schüler nace el 11 de febrero de 1869 en Wuppertal-Elberfeld (Alemania), donde pasó su infancia y su adolescencia. En 1894 se casó con el médico Berthold Lasker y se trasladó a Berlín, ciudad en la que vivió la mayor parte de su vida. En 1899 conoció al poeta-vagabundo Peter Hille, que se convirtió en su mentor y la introdujo en los círculos de la bohemia berlinesa. Bajo su influencia compuso su primer poemario Styx (1902). Tras la muerte del poeta, en honor a su memoria, Else Lasker-Schüler escribe su primer libro en prosa, Das Peter Hille Buch (1906).
En 1903 se vuelve a casar con Herwarth Walden, músico y fundador de la revista expresionista Der Sturm y de la Verein für Kunst, en cuya editorial Else Lasker-Schüler publicó su segundo libro de poemas, El séptimo día (1905). A este poemario le siguieron otros: Meine Wunder (1910), Hebräische Balladen (1913), Gesammelte Gedichte (1919) y Mein blaues Klavier (1943). Esta última obra la consagró como una de las poetas más sobresalientes de la literatura alemana.
También destaca su obra en prosa: Die Nächte von Tino von Bagdad (1907), Mein Herz (1912), Gesichte. Essays und andere Geschichten (1913), Der Prinz von Theben (1914), Der Malik (1919) y Konzert (1932). Tampoco debemos olvidar su creación teatral: Die Wupper (1919), Arthur Aronymus und seine Väter (1932) y IchundIch (1941).
En 1932, Else Lasker-Schüler recibió el Premio Kleist, y en 1933, tras sufrir un violento incidente callejero de carácter antisemita, huyó a Suiza, comenzando así para la poeta los años del exilio. En 1934 viajó por primera vez a Palestina, viaje que se repitió de nuevo en 1937 y en 1939. Tras retirársele la nacionalidad alemana en 1938 e impedírsele regresar a Suiza, se vio obligada a establecerse en Jerusalén, ciudad en la que vivió los últimos años de su vida sumida en la pobreza y rodeada de un doloroso rechazo social. Murió el 16 de enero de 1945 y fue enterrada en el Monte de los Olivos, donde aún permanece.
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