Estancado en el martes. Segismundo Fernández

estancado en el martes

Estancado en el martes.

 

Esperando impaciente

me encuentro en este martes, estancado

entre sueños y aromas de tu querida ausencia.

 

Las nubes se resbalan en mi triste camino

y se unen formando tus ojos, tus verdades

y la lluvia que riega este otoño de anhelos.

 

De pronto sale el sol cuando apareces,

se aparta la maleza de mi camino agreste,

el pájaro del beso trina un “yo más”  hermoso

que me alza del fango y se transforma en verso.

 

Y tú, mientras, distante, sin sospechar siquiera

la magia que derramas en  mis manos desnudas,

no comprendes del todo que se me alegre el alma

cuando tu esencia inunda mi ser hasta los huesos.

 

Y llegas, y te quedas, y te adueñas de todo

y soy un hombre nuevo y un caballero antiguo

que quiere ser un niño que transcienda lo humano

para volverse bruma que cubra tus angustias.

 

Finalmente, y a modo de telón de estos versos

quiero decir tan solo que nada más importa

que ser feliz buscando la dicha del amado,

sentirse satisfecho, ser fiel a lo que es bueno,

y amar como si nunca se agotaran mis fuentes.

 

Solo así, cualquier día, tú serás ese cielo

que este mortal desea abrazar para siempre

y no harán falta dioses, ni ángeles, ni magia

pues ha de resumirse en tu abrazo infinito.

 

© Segismundo Fernández Tizón

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