1. La felicidad nos visita pocas veces; el placer viene más a menudo, pero se queda poco en casa.
2. Ningún reloj es tan soberbio como para aspirar a contar la eternidad.
3. Cuando todos te abandonan, fiel como nadie, te acompaña tu soledad.
4. La soledad te enfrenta a la más difícil de las convivencias: contigo mismo.
5. Es magistral quien, en su brevedad, ahorra palabras, pero no sentidos.
6. Los amores breves nunca mueren, porque no tuvieron tiempo de vivir.
7. Nadie ha sabido reproducir el olor a tierra mojada.
8. Situémonos: estamos en la incertidumbre. A mano derecha, se encuentra la duda; a la izquierda, mucho más lejos, la verdad.
9. Si te paras, el aburrimiento; si continúas, el agotamiento y, entre medias, te mueres.
10. A veces, la verdad piadosa se viste de mentiras para tapar sus afiladas aristas y no rasgar dignidades.
11. Cuando pierdo algo, siento pena, porque lo que he perdido me ha perdido a mí.
12. Mi cuerpo exilia continuamente a mi voluntad; ella, rendida, vuelve al cuerpo para dejarse llevar por las apetencias.
13. A la sospecha le gusta bailar todos ritmos.
14. El horizonte es la muerte del paisaje.
15. Definitivamente, la utopía no es consecuencia de la miopía, porque un miope sólo ve bien en las distancias cortas.
16. Para que valores mi sonrisa, a partir de ahora, te las cobraré.
17. Nadie tiene más paciencia que el futuro.
18. No importa cuánto ni por qué nos demoremos; el futuro tiene mucha paciencia y nos espera.
19. Nada provoca más estrés que una línea recta, porque sugiere un infinito sin distracciones y sin enmiendas.
20. A veces, tengo garras; sin embargo, me muero por acariciarte.
21. A quien la generosidad se le aloja en la boca se le agota antes de llegar al bolsillo.
Mati Morata Sánchez
Colaboradora de esta Web en la sección
«Miradas con MatiZ»
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