Besos para Catulo.
La edición impresa de «Besos para Catulo», que se presenta durante este mes en distintos escenarios de la región de Murcia, recoge 171 interpretaciones del poema «Carmen V» del célebre poeta romano Cayo Valerio Catulo (nacido entre el 87 y el 84 a.C. murió en el 54 a.C.) que éste dirigió a su amada Lesbia a la que todos los críticos están de acuerdo en reconocer como la aristócrata Clodia, hija del cónsul Apio Claudio Pulcro. Una relación con muchos altibajos.
Muchos poetas han contribuido con sus poemas a dar forma a estos recitales poniendo su voz en las lecturas del poemario en unas presentaciones con un indudable ánimo de comunidad poética que lanza un homenaje a los clásicos.
La obra ha sido coordinada, seleccionada y compilada por Rosario Guarino, Doctora en filología clásica, entre las más de 600 versiones que le han llegado hasta la fecha. Guarino realiza una labor encomiable en torno a la divulgación y la importancia de los cásicos remarcando que:
«Los clásicos nos enseñan cada día que sólo hay un afán más noble que el ansia de conocimiento: el de compartir lo aprendido y tratar de transmitir nuestros conocimientos en la medida de lo posible.»
Como una pequeña muestra de este libro tan especial, os dejamos algunos de los poemas que lo componen, entre ellos uno en panocho escrito por Emilio Soler.
Rosario Guarino Ortega
Comamos el mundo,
mi Lesbia, a bocados,
vivamos y amemos,
y que nos importe
menos que un pimiento
lo que piensen esos
vejestorios necios.
Los soles se ponen
y nacen de nuevo
nuestra luz, en cambio,
lo que dura, dura:
no más de un instante.
Bésame tú mucho,
dame besos miles,
cientos y más cientos
y mil más de nuevo.
Hasta que nos ardan
los labios de besos,
tantos que perdamos
no solo el sentido,
tantos que imposible
se haga contarlos
y ni los que rabian
de envidia por ellos
calculen la cuenta
del granel de besos.
***
Emilio Soler
Zagala e mi vida,
¡cat’en crillas! ¡cat’en frebas!
¡Vivamos como si juera
to una remataera!
Que los carlancos no dit.ten
pa insecula seculera
como tienes que querer
ni en el mo.o ni en la manera.
Anque el sol esté en lo alto
y dimpués el llosco venga
es más bonica tu luz,
la que relumbra en la sierra,
la que despunta en la güerta
toas las floreciquias tiernas…
tuiquio eso, zagalica,
es lo que pasa a tu vera.
Ascucha estas parabricas
arrecogías, con melsa,
al oído, melosiquias,
entremetías, zalameras:
¡Quieo pernoctar contigo
y que la noche sea eterna!
Regalarnos mil besicos,
cien puñaos, una sera;
otros mil, ciento cien
y dimpués más de milenta.
Qu’el querer sea infinito
y los labios nos duelan,
no por falta de besos,
sino por la gozaera.
Tanimientras envidiosos,
tontucios, genares, voceras
no poerán icir naica
por haber perdio la cuenta.
***
Aurora Saura
Homenaje a Catulo (a partir del Carmen V)
Habla Lesbia
Querido,
hemos tenido hasta ahora
más suerte que cuidado.
Se propaga el rumor de que somos amantes
y habrá que preparar el contrataque:
si lo publican
y nos lo echan en cara,
mostraremos asombro, lo negaremos todo.
Mas si algún desalmado
dice que existe un vídeo comprometedor,
la estrategia, por fuerza,
ha de ser otra:
fue un arrebato pasajero,
el resultado
de una noche de fiesta y mucho alcohol.
Como buenos amigos
que se cuentan sus cosas desde hace tanto tiempo
(todo el mundo lo sabe),
empezamos con risas,
siguieron los abrazos…
Inventa lo que quieras.
Que nadie sepa
que no fueron aquellos, ni lo serán tampoco,
los únicos mil besos.
***
Ana Montojo
Me han prohibido besarte
pero tengo por dentro tantos besos
rebosando mi boca,
tantos y tantos besos que persiguen tu rastro
y a través de mi piel se me sublevan,
se me van tras de ti sin que pueda evitarlo.
Yo los dejo marchar
y pido que te encuentren y te empapen entero
y que luego me traigan
un millar de palomas mensajeras
miles de besos tuyos
antes de que la noche nos cubra para siempre.
***