Entrevista a Rosario Guarino Ortega, jurado del 9.º Certamen «Poemas sin Rostro» 2016.

 

Coincidí con Rosario Guarino, junto a otros muchos autores, en un homenaje a poetas Homenaje a autores europeos. 2015europeos que se hizo en la Biblioteca Regional  de Murcia el 9 de mayo de 2015. Ella recordó al universal Oscar Wilde y yo a mi querida amiga Maran Al Masri. No tuvimos tiempo entonces de conversar tranquilamente hasta el día que le propuse ser jurado de la novena edición del certamen de poemas. Inmediatamente aceptó incorporarse al mismo y brindarnos su conocimiento y su sensibilidad poética con una amabilidad entrañable. Aquí os dejo la entrevista que le hemos hecho y, vosotros mismos, descubriréis a una mujer apasionada y apasionante.

 

Luisa Núñez


Breve Curriculum

Rosario Guarino Ortega, nacida y criada en Barcelona, reside en Murcia desde hace más de 30 años, y aunque por su sangre corre sangre murciana y andaluza, y no renuncia a su patria chica, se considera, por encima de todo, una ciudadana del mundo, por el que le encanta viajar siempre que puede.

Es Doctora en Filología Clásica por la Universidad de Murcia, donde ejerce como profesora Titular de Filología Latina e imparte clase en las titulaciones del grado en Filología Clásica, en Historia del Arte y en Estudios de Lengua y Literatura Españolas tanto de grado como de posgrado, y ha participado también en el Aula de Mayores y en la Asociación Rector Sabater.

Sus líneas de investigación incluyen la Mitología Clásica, la Mitografía, la Literatura Latina, la Mitología en el Renacimiento, la Pervivencia de la literatura Clásica, la Traducción de autores latinos y la Intertextualidad (Literatura Comparada).

Tiene diversas publicaciones científicas y en octubre de 2014 publicó con la editorialraspabook su primer poemario, Palimpsesto Azul, prologado por el escritor Santiago Delgado.
Además de en castellano, ha escrito poemas en latín y en catalán.


Entrevista a Rosario Guarino Ortega

«Ser capaz de expresarse correctamente y de comprender a los demás es fundamental en la vida para que ésta tenga una calidad aceptable».

 Rosario Guarino

 

  • ¿Podría decirnos según usted qué significa el término  literatura?

 Literatura es para mí –y no sólo- el Arte de la Palabra (predominantemente escrita, aunque puede ser también oral).

 

  • ¿Qué opina de la literatura en la red y de ésta como soporte literario?

 Cualquier soporte me parece digno para la Literatura, siempre que su función sea transmitirla y hacerla llegar al mayor número posible de personas. Es un error a mi modo de ver reservarla y limitar su acceso, o recluirla en santuarios al alcance únicamente de iniciados. La digitalización de los fondos bibliográficos y su puesta al servicio de los lectores hace que potencialmente su número aumente. En la actualidad las redes sociales son un excelente vehículo de comunicación, y, por tanto, me parece que son también un medio idóneo para la difusión literaria.

  • ¿Cree que la creación literaria depende del  soporte que la sustenta? ¿O es el soporte el que ofrece distintas oportunidades de mostrarla?

 No creo que dependa del soporte, aunque está claro que donde no hay filtros el rigor se desdibuja y se llega a situaciones verdaderamente lamentables y hasta catastróficas. Obviamente hay escritos que circulan por la red que no resistirían a un mínimo examen, plagados de errores tipográficos, faltas de ortografía o incorreciones gramaticales, y también constato que desafortunadamente la ignorancia hace que haya quienes se erigen en paladines de la originalidad atentando contra las normas básicas de la lengua y abanderan sin ningún escrúpulo ni pudor la «no contaminación» evitando leer a otros y desdeñando a los clásicos.  Pero esto, por otra parte, ocurre también con la autoedición –de la que no estoy en contra en absoluto– e incluso, aunque no debiera, con muchas editoriales, algunas de pretendido prestigio, que permitiendo que ocurra se desprestigian automáticamente.

  • ¿Cómo puede Internet acercar la creación literaria  a un lector potencial?

 Existen multitud de páginas en las que se ofrecen de forma gratuita interesantísimos fondos, bibliotecas que permiten el acceso abierto a fondos digitalizados, y son muchos los escritores que publican en sus blogs creaciones propias o de otros, lo cual sin duda constituye, como decía, un incuestionable impulso en la difusión de la palabra escrita.

  • ¿Qué formato de creación literaria considera que se adapta mejor a la red?

Pues no sé si entiendo bien la pregunta, pero me parece que la literatura cooperativa, tipo «blognovela», es un formato interesante, que da pie a la participación.

La narrativa hipertextual o la narrativa hipermedia tienen características muy apropiadas para la red.

En el ámbito de la poesía una opción es la de los poemas colaborativos, a manera de centón, en los que participan distintos autores. La ciberpoesía o la holopoesía, que combinan la palabra con sonido o imagen, encuentran también terreno abonado enInternet.

A propósito del uso de imágenes quiero llamar la atención sobre el hecho de que el derecho a la propiedad se soslaya con frecuencia especialmente en lo que a fotografía respecta, omitiéndose los créditos la mayor parte de las ocasiones.

  • ¿Cómo decide si lo que quiere escribir lo hace en prosa o poesía?

 Generalmente no decido yo, sino que son las palabras las que deciden por mí. En un célebre verso de sus Tristia (IV 10, 26) Ovidio dice «Quidquid tentabam dicere versus erat» (lo que trataba de decir se me volvía verso). He podido constatar empíricamente que efectivamente así es, y que la voluntad y la decisión están al margen de la fuerza arrolladora de la palabra y de esa noción intangible a la que llamamos inspiración, que llega a veces cuando menos se la espera, aunque es bueno que nos encuentre trabajando, como dijera Picasso.

 

  • ¿Cómo se inició en la poesía?

Aunque no ha sido hasta muy recientemente –más o menos hace unos cinco años– cuando me he planteado publicar escritos míos, desde la infancia he tenido la inquietud de plasmar por escrito mis emociones. Conservo un inicio de novela desde hace cerca de cuarenta años, y mis primeros intentos de poema se remontan más o menos a la misma época. El detonante definitivo para que me lanzara a la publicación vino de la mano de una amiga y antigua alumna, Noelia Illán Conesa, una de las creadoras de la revista literaria La Galla Ciencia. Aunque yo ya había presentado un poema a uno de los dos únicos concursos literarios en los que he participado, su Calamidad y desperfectos, publicado por primera vez en 2012, fue el arranque, y sus palabras de ánimo las que me impulsaron a la aventura de dar a la luz mis palabras.

 

  • ¿La poesía nos obliga a dejar más de nosotros mismos en la obra que la prosa o puede ser también ficción de algún modo?

 Por supuesto puede ser ficción. De hecho la Literatura no es ni verdad ni mentira, aunque desde luego reflejamos en nuestros escritos mucho de nosotros mismos, y la lírica y la elegía se prestan especialmente a que nos desnudemos.

  • Recientemente ha publicado su poemario Palimpsesto azul  cuyo eje es uno de los grandes temas poéticos: el amor. ¿Cuántas caras y aristas tiene el amor para ser un tema inagotable al que prestar siempre una nueva mirada?

 Innumerables. El amor es absolutamente poliédrico, como lo son sus manifestaciones. De un modo u otro –también por ausencia o incluso negación– está siempre presente. Tiendo a rehuir las afirmaciones categóricas y tajantes, pero en este caso me arriesgo a serlo, porque estoy convencida de que es así.

 Palimpsesto Azul

  • ¿Qué sentimientos la inducen a expresarse en latín?

 Me parece maravillosa la capacidad de poder expresarnos en otros idiomas, o incluso sin necesidad de palabras (a través de la música, fotografía, pintura…) pues todas ellas son manifestaciones artísticas de la creación humana por las que el espíritu se expande.

El latín, como lengua madre del castellano y de las lenguas romances en general, nos ofrece posibilidades comunicativas y estéticas que resultan muy interesantes. Me gusta explorar otras posibilidades lingüísticas y de pensamiento, y tratar de volcar en otras lenguas los sentimientos es una actividad que me resulta muy enriquecedora y placentera.

«Renunciar a Grecia y Roma representa para nosotros, occidentales, y aún más si cabe para los mediterráneos, una mutilación de nuestras raíces».

  • Como estudiosa e investigadora de la literatura latina y la mitología clásica, ¿qué aspectos fundamentales cree que han pervivido hasta nuestros días  y qué se ha perdido en el camino? 

Rosario Guarino Ortega

 Creo que nada se ha perdido. Que tanto la literatura –la latina, la griega, y antes que ellas la sumeria, la acadia, la china o la egipcia, por nombrar algunas de ellas– como las distintas mitologías perviven actualmente y el lector culto las reconoce aunque no haya manifestaciones explícitas. En ello estriba la grandeza de la literatura, que recoge el testigo de otras culturas y sirve de vehículo transmisor de las mismas ofreciendo distintos niveles de lectura o pudiéndose hacer ininteligible a determinado estrato cuando recurre al virtuosismo, como puede ser en el caso de Borges o el Modernismo, por poner un ejemplo, o en la Antigüedad pudo serlo la época helenística, en la que el gusto por las referencias oscuras determinó que la Literatura estuviera limitada a una élite. Muestra de que la Antigüedad continúa viva y omnipresente en nuestros días es el hecho de que no hay campo en el que ésta no haya dejado su huella. La importancia de los autores clásicos grecolatinos está patente en multitud de facetas de nuestra vida cotidiana, y naturalmente continúa viva y en continua revisión en todos los ámbitos del saber. Su riqueza inabarcable la hace materia privilegiada y referente inexcusable especialmente en las disciplinas artísticas. Escritores, pintores, escultores, músicos, cineastas… han vuelto sus ojos al pasado para reinterpretar el presente. La innegable vigencia del mundo antiguo es un argumento irrefutable contra quienes, amparándose en la ignorancia, hablan de forma despectiva de «lenguas muertas» para referirse al latín y al griego, inapreciable instrumento en la transmisión de los saberes antiguos y en la adquisición de otras lenguas, especialmente aquellas que provienen del rico tronco indoeuropeo. Los clásicos nos enseñan cada día que sólo hay un afán más noble que el ansia de conocimiento: el de compartir lo aprendido y tratar de transmitir nuestros conocimientos en la medida de lo posible.

Renunciar a Grecia y Roma representa para nosotros, occidentales, y aún más si cabe para los mediterráneos, una mutilación de nuestras raíces. Por eso, por la universalidad del conocimiento, por el deleite estético que supone percibir ecos sonoros de voces que jamás se extinguirán, hemos de reivindicar el mundo antiguo hoy y siempre.

«Sólo conociendo el pasado seremos capaces de entender el presente».

  • Se dice que vivimos una revolución que nos depara la incertidumbre como modo de vida. ¿Cómo cree que debe cambiar la educación?  ¿Y qué cree que aporta la tecnología a las ciencias de la educación y la comunicación?

 Pienso que el exceso de información y al tiempo la falta de criterio para discriminar entre lo importante y lo superfluo, lo riguroso y lo ligero, es un importante hándicap que ha de tenerse en cuenta. La tecnología es una gran ayuda, pero un uso inapropiado de la misma puede conducir al desconocimiento y a la confusión.

Creo que la tendencia debe ir en la línea no de transmitir saberes sino de educar individuos capaces de discernir y de valorar los instrumentos que tienen a su alcance. Hay que enseñar a pensar, no a memorizar. El método mayéutico de Sócrates es fundamental: es preciso sacar del individuo lo que está en él en potencia, no introducir en él conocimientos como si hubiera que rellenar un jergón de paja.

Disfrutar del patrimonio universal es un enorme privilegio, y hoy en día los medios técnicos ponen a nuestro alcance recursos casi ilimitados, pero hay que saber usarlos con inteligencia.

  • Como profesora, ¿cuál es su experiencia con sus alumnos?

 Depende de la materia y la especialidad. En general la experiencia docente es muy positiva, y la mejor forma de aprender, pues, como decía Séneca, «Homines dum docent discunt» («los hombres, al enseñar, aprenden»).

En la titulación de Historia del Arte, donde imparto la asignatura de Cultura Clásica, en la que la Mitología tiene mucho peso, la experiencia en muy gratificante, pues los alumnos en general demuestran mucho interés en reconocer iconográficamente los mitos grecolatinos.

En el Grado en Lengua y Literatura Española la impresión es muy distinta, pues el grupo es bastante heterogéneo y simultáneamente me encuentro con alumnos aventajados en Latín y otros que apenas si saben que es una lengua flexiva con declinaciones y casos, y se les hace muy cuesta arriba adquirir en apenas cuatro meses gran cantidad de nociones con las que no están familiarizados y memorizar normas y paradigmas que a la vuelta del curso no habrán de precisar, por lo que el esfuerzo no les resulta rentable.

En Filología Clásica el panorama cambia por completo, ya que los alumnos están generalmente muy motivados y tradicionalmente ha sido una carrera absolutamente vocacional, y aunque con el tiempo esto último ha variado sensiblemente los estudiantes siguen siendo aplicados y curiosos. Estudiar Clásicas es ir al encuentro de nuestras raíces para encontrar el sentido profundo de lo que nos rodea y el fundamento filosófico y estético de Occidente. Sólo conociendo el pasado seremos capaces de entender el presente.

 « Hay que enseñar a pensar, no a memorizar».

Charo Guarino

  • ¿Qué aporta al individuo el dominio del lenguaje y la dialéctica? ¿Conocer latín y griego es importante para adentrarse en el significado de las palabras?

 Conocer latín y griego es un instrumento utilísimo para profundizar en el conocimiento de nuestra lengua,  conocer el origen y significado de sus palabras, el modo en que la lengua evoluciona tanto a nivel fonético como semántico –y por supuesto también sintáctico– y nos capacita para adquirir el dominio de otras lenguas, emparentadas, como es el caso de las numerosas lenguas del tronco común indoeuropeo, y también de otras.

El dominio del lenguaje y la dialéctica es un instrumento utilísimo para el ser humano, en tanto que es su medio de comunicación y ser capaz de expresarse correctamente y de comprender a los demás es fundamental en la vida para que ésta tenga una calidad aceptable. El desconocimiento entraña sumisión y marginación, y al mismo tiempo recelo y rebeldía injustificada. La cultura y la educación son necesarias para convivir en armonía, y el medio para adquirir conocimientos es el lenguaje.

 

  • ¿No hay demasiado ego y vanidad en el ámbito literario?

 El Hombre es vanidoso en términos generales, y no sólo en el ámbito de la Literatura y las Artes, sino en todas las parcelas que atañen al ser humano. Por suerte existen también las personas humildes y modestas. En todo caso no es uno el que debe autovalorarse sino que son nuestras obras las que hablan de y por nosotros, y los receptores de las mismas quienes han de estimar su validez.

 

  • Se habla mucho del auge del libro digital y la autoedición como alternativa al formato editorial convencional. ¿Qué opina al respecto?

 Me parece que son formas dignísimas de difundir. Los mecenas no abundan, y las editoriales no suelen apostar por obras que monetariamente no garanticen ganancias. Como decía anteriormente, no creo que el valor de una obra literaria estribe en el hecho de que sea autoeditada o tenga el apoyo de un sello.

 

  • ¿Conoce la web de la Asociación Canal Literatura? ¿Qué cree que aporta, si es que aporta algo, a la literatura en  Internet?

 Rosario Guarino Sí, la conozco, y me parece que tiene una misión muy importante, pues da a conocer a autores noveles y al tiempo se sirve del altruismo de los colaboradores que ponen su sensibilidad y conocimientos al servicio de la comunidad. Es un portal variado de referencia en el mundo de la literatura y aporta rigor y calidad, que no siempre están presentes en blogs, páginas y foros que presumen de literarios.  Noticias, foros, reseñas y recomendaciones de libros, así como los certámenes que organiza y sus publicaciones, son indicio de ese afán abarcador y plural que lo hacen tan dinámico e interesante.

 

  • Nuestra comunidad está constituida básicamente por escritores noveles, algunos de ellos muy jóvenes, que aspiran a encontrar la forma de publicar y llegar al gran público. Trabajo, suerte, el impulso de los premios… ¿Puede señalarnos lo que usted considera que ha sido más decisivo en su carrera literaria? 

 Yo no creo que pueda hablar en mi caso (al menos aún) de carrera literaria. Mi producción se limita a esporádicas publicaciones en revistas y la aparición de mi poemario Palimpsesto azul en 2014, publicado por la editorial Raspabook, aunque tengo otros proyectos en marcha y muchos textos inéditos. Únicamente he optado en dos ocasiones a premios literarios, y en ninguna de ellas los he obtenido. Aunque no desdeño la autoedición, me resistía a ella, y tengo que agradecer a Juan Rubio, editor de Raspabook, la confianza que depositó en mí al aceptar la publicación de mi poemario, pues me dio el empujón que necesitaba en aquel momento.

 

  • ¿Qué le impulsa a escribir? ¿Qué le impulsa a leer?

 Es una necesidad imperiosa, y una curiosidad sin límites la que me lleva a leer, a conocer, a introducirme en mundos incógnitos y a vivir otras vidas. Y también lo es la que me impulsa a escribir, o a fotografiar, para tratar de expresarme y de experimentar sensaciones y sentimientos.

Sumergirse en la literatura es disfrutar del privilegio de prolongar la vida en un espacio imaginario de encuentro entre almas afines. En ese espacio me creo la ilusión de expresar y hacer con total libertad lo que en la vida real me cuesta trabajo. Escribir, pero sobre todo leer, es para mí un desahogo y un placer absolutamente necesario. Más aún, yo diría que es un ejercicio imprescindible de supervivencia.

Rosario Guarino Ortega

  • ¿Transmitir emociones al lector es el gran reto?

Sin ninguna duda.  Saber que llegas a otros es una de las experiencias más gratificantes que existen.

  • ¿Qué espera de un buen poema?

 Que me conmueva.

  • ¿Cuáles son sus escritores preferidos o más importantes para usted?

 Son muchísimos, y cada día descubro autores nuevos que me fascinan. Por supuesto los clásicos grecolatinos tienen un papel fundamental en mi formación y me parecen referentes inexcusables. Hay que tratar de conocer siempre los orígenes, y ahí están Homero, Safo, Virgilio, Horacio, Ovidio y tantos otros. Y dando un gran salto en el tiempo ahí están Rosalía de Castro, Joan Vinyoli, Lorca, Miguel Hernández, Pedro Salinas, Octavio Paz, Borges, García Márquez, Salvador Espriu, Jaime Sabines, Joan Vinyoli, Ángel González, Joan Margarit, Luis Alberto de Cuenca, Elvira Daudet…

No hay que ceñirse a la lengua materna, sino que es un ejercicio muy saludable abrirse a otros idiomas, culturas y épocas. Lo ideal, por supuesto, es leer a los autores en su lengua original siempre que se pueda, pues las traducciones, tan necesarias, como es natural, son también forzosamente sesgadas. Entre los autores extranjeros destacaría Ibn Arabi, Tagore, Gibran, Goethe, Rimbaud, Wilde, Allan Poe, Adonis, Maram Al Masri…

Por otra parte me parece absurdo y muy limitador regirse por criterios discriminatorios en función del sexo, ideología o procedencia. Una práctica bastante frecuente, por cierto.

Y por último, creo que es un error desdeñar a los contemporáneos. Hay escritores revelación en todas las épocas y lugares del mundo, y puede haberlos a nuestro lado y en nuestro tiempo: Aurora Saura, Vicente Cervera, Eloy Sánchez Rosillo, Aurelio González Ovies, Juan Antonio González Iglesias, Mari Cruz Agüera, Katy Parra, Paquita Dipego, Sara Zapata, Ana Montojo y tantos otros son claro ejemplo de excelencia.

  • ¿A qué aspira como escritora y como persona?

 A mejorar, siempre.

¿Un mensaje para todos aquellos que se inician en el arte de contar historias…?

 Es necesario expresarse dejando fluir las palabras, pero sin perder el respeto al idioma. Nunca se debe justificar la incorrección con una pretendida revalorización de la espontaneidad y el sentimiento. No están reñidos, y si uno escribe para que le lean debe hacerlo respetando el lenguaje, que es el instrumento comunicativo por excelencia en el ámbito literario y fuera de él.

  • Háblenos del lector.

 El lector es el complemento necesario para que la Literatura sea. La escritura cobra su pleno sentido cuando un lector te participa que le han emocionado tus palabras o que se ha identificado con ellas. Las palabras no están hechas para dormir en un cajón. Necesitan alas para llegar a otros y así terminar de materializarse.
La Literatura es como el amor. Puede no ser correspondido, pero ha de serlo para alcanzar la plenitud.

Murcia. Abril 2016.


 

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