«El mundo de Aroa»
Arrugas en la nariz
La abuela dice que hay que tener paciencia y que los niños que siempre se quejan se ponen muy feos. También los que se enfadan si la seño no cuelga su dibujo en el tablón, o no llegan los primeros al comedor. A mí lo que me gusta es pintar, por eso ´medalomismo´…
Quejarse es arrugar la nariz y protestar porque Gloria se ha colado en la fila de subir al tobogán. Algunos mayores se quejan todo el rato, por eso les salen arrugas en la nariz.
En el parque, se ponen feos los niños que lloran por las chuches o porque no encuentran un palito para meterlo en el hormiguero. Las hormigas nunca se quejan, aunque les tapes la entrada de su casa con el dedo; se quedan ahí, con su pipa en la cabeza, esperando a que los niños se cansen y les dejen hacer su trabajo.
Hoy, había una niña grande en el columpio del parque. Llevaba mucho rato paseándose y no me lo prestaba. Entonces me crucé de brazos y miré a la abuela con cara de ´enfadá´, y ella hizo así con la mano como diciendo: «Ten paciencia». Me puse a jugar hasta que la niña terminara con el columpio. Y, mira, no tengo ni una arruga en la nariz.
Mercedes Alfaya
Que refrescante son estos textos Mercedes, la óptica infantil es demolodera.
Besos
Gracias, Luisa. Opino como tú. Los niños nos ayudan a conectar con esa parte interior de los adultos en la que todavía reina la frescura, aunque sumergida entre multitud de capas de tiempo que nos impiden seguir mirando el mundo con los ojos limpios.
Enseguida te envío otro relato refrescante, jejeje.
Besos sin arrugas.