El juramento. Por Ángel Silvelo Gabriel

Nunca respondes a mis llamadas de socorro, como si mi voz fuese un número de teléfono que no formara parte de tu agenda. ¿Te acordarás de nuestro juramento? Sí, ese que tú incumples reiteradamente. ¡Desde entonces han pasado tantas cosas! La primera vez que me di cuenta que faltarías al principio íntimo que había sellado nuestro amor, fue cuando no renunciaste a hacer la carrera de Derecho. Luego, poco a poco te alejaste de mí, y corrías sin freno a tu particular dolce vita leguleya plagada de mañanas de resaca. A pesar de todo, mi ingenuidad todavía te concede una nueva oportunidad, y te dejo una copia de tu promesa en el despacho, confiada en que ahora ya no tendrás una coartada para eludirlo, pero sin darme cuenta, me tropiezo con una nueva alegación por tu parte: “me han concedió la prórroga en el servicio activo. Volveré tarde, como siempre”.

 

Microrrelato de Ángel Silvelo Gabriel

2 comentarios:

  1. Genial relato Ángel!!

    Esa sí que es una relación «formal» y con contrato legal, no le veo mucho futuro…
    Me ha encantado.
    Besos
    Teriri

  2. Gracias Teriri. Es verdad que en muchas ocasiones el trabajo se interpone entre las personas

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *