La corbata. Por Dorotea Fulde Benke

La corbata

 

Hacía ya bastante tiempo desde la desaparición de mi marido durante un viaje de negocios al Yemen, cuando el hotel donde se había alojado me envió su maleta. Un servicio de transportes me la trajo y la arrinconé durante unas semanas, pero mi casa era tan pequeña que la veía a todas horas y también tropezaba con ella.

Una noche a la hora de acostarme, subi la maleta a la cama y la abrí. Observé el interior y me quedé helada: reconocí su ropa, camisetas y camisas, un par de pantalones, calzoncillos…  ¡todo impecablemente doblado! Ni yo misma en los primeros tiempos de nuestra convivencia lo hubiese colocado con tanta perfección. Y ¿él, siempre tan despistado y caótico, que solía aplastar  la ropa en el fondo de la maleta tirando sus zapatos encima? Era imposible que lo hubiese hecho él.

la corbata

Levanté con mucho cuidado una por una  las prendas como si fueran de cristal y se pudieran romper. En un recoveco de la maleta toqué una bolita de tela, suave y  arrugada. Era el pañuelo que hacía juego con la única corbata que él tenía, un regalo mio de cuando éramos novios. ¿Y la corbata? Repasé todo sin encontrarla. Al final cerré la maleta y la puse al lado de la ventana sin querer pensar más en mis sospechas ni saber qué hacer con ella.

Incluso con la luz apagada mi cabeza seguía dando vueltas: la policía hubiese dejado una nota al ordenar la maleta, el gerente del hotel, una tarjeta de visita, ¿entonces…? tenía que haber alguien con quien él tenía la suficiente confianza como para que le preparase la maleta. Una mujer, ¡otra mujer!, a pesar de haberme prometido que ya no… que nunca más…

Cuando escuché un ruido difuso me incorporé en la cama. No estaba sola en el dormitorio. De repente una mano de hombre que olía a tabaco cubrió mi boca y una tela sedosa presionó mi garganta.

«Acaba ya», dijo desde los pies de la cama la voz de mi marido que nunca había fumado. «Me estoy poniendo…»

 

Dorotea Fulde Benke

Blog del autor

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *