Hay sillas que esperan ser ocupadas y que ya no lo serán nunca. Sillas que esperan a su dueño. Sillas que quedan vacías en el fondo de la mesa. Sitios vacíos.
Llegó la muerte y le besó la frente. Llegó y nos dejó llorando con la mochila llena de pena.
Dedicado a mi padre que falleció de un modo inesperado el 7 de Enero.
Maite Diloy (Brisne)
Colaboradora de Canal Literatura en la sección “Brisne Entre Libros“
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