A Manuel Fuentes Aynat. Mis recuerdos. Por Ana Fuentes

A Manuel Fuentes Aynat

La única vez que he visto al tío Manolo subirse al púlpito de la iglesia de Santa Catalina fue en el funeral de su amigo Paco Serrano; en aquella ocasión sus palabras fueron todo un homenaje y me emocionaron. El tío Manolo era un maestro de la palabra.

En marzo despedí a mi padre (José Fuentes), ahora, me duele despedirme de mi tío Manuel. Mi único consuelo es pensar en todo el tiempo que disfrutamos juntos.

José y Manuel Fuentes Aynat. Mi padre y mi tío Manolo.

José y Manuel Fuentes Aynat. Mi padre y mi tío Manolo.

Hemos vivido momentos difíciles, como cuando mi primo Antonio murió tras varios meses de enfermedad. Siempre que mi padre se encontraba mal, lo primero que decía era «llama a mi hermano Manolo», y yo siempre recurría a él, porque era ese hermano que siempre está cuando lo necesitas, y te acompaña en los momentos difíciles.

Recuerdo, con especial cariño, el viaje que hicimos a la balsa de Cela, el estupendo baño que se dio, la ilusión que le hizo visitar los sitios donde pasó parte de su infancia. Había nacido en Garrucha pero la guerra los obligó a trasladarse a Tíjola. Me contaba que allí, en Tijola, jugÓ mucho, ya que no pudo ir al colegio; por eso no aprendió a leer hasta los 10 años. Eso no le impidió tener una exitosa carrera profesional. Fue Jefe del Servicio de Cirugía Cardiovascular del Hospital Virgen de la Arrixaca y miembro de la Real Academia de Medicina.

Médico vocacional, pionero en su especialidad, vivió la aventura de crear de la nada el servicio de la cirugía cardiovascular y hacer las primeras extracorpóreas para lo cual, en los principios, hasta tenía que aportar su propio equipo instrumental.

Tuvo la gran oportunidad de operar en Madrid con el doctor Castro Fariñas, con el que mantuvo una gran amistad. Compartió su pasión por la Medicina con otros médicos de la siguiente generación, como Cristina Granados y Carlos Mestre, con los que siempre se ha mantenido en contacto.

El tío Manolo era muy amigo de sus amigos, y muchos le han acompañado en estos meses de agonía. Una de las cosas que más le gustaba era disfrutar de una buena tertulia; por eso, cuando trabajaba, llegaba muy temprano a la Arrixaca para poder conversar un rato con los compañeros.

El entusiasmo es «fe en acción» y el tío Manolo irradiaba el entusiasmo de un niño. A veces con cosas inverosímiles como una visita al Lidl o con el mejor coche del mundo, su Citröen C5.

Su fe y sus fuertes convicciones religiosas lo han acompañado durante toda su vida. Le gustaba grabar las homilías de los sacerdotes de Santa Catalina y hace poco me llamó, con mucho interés, para pedirme la grabación de la misa funeral de mi padre. Defendía la importación de rezo del rosario, especialmente en familia, y se desplazaba todos los días a casa de mis padres para rezarlo.

Es difícil explicar los momentos importantes en la vida de una persona, más si esa vida ha sido intensa como lo fue la la suya. Yo estoy muy agradecida por haber podido compartir parte de esos momentos con él.

La verdad, es, como decía, no hace mucho una amiga, que ha sido un ser único e irrepetible.

Descansa en paz, tío Manolo.

Ana Fuentes

Tu sobrina Ana Fuentes

Murcia, miércoles 26 de abril de 2017

Más info: Sociedad Murciana de Cardiología

 

2 comentarios:

  1. Ascensión de Aynat

    Precioso artículo.Efectivamente fué un personaje entrañable ,me dio mucha pena no poderos acompañar y decirle mi último adiós .Lo más bonito de estos personajes son como se quería tú padre ,él y mi padre y ese ejemplo es nuestro legado.

  2. Felicito a quien lleva dentro de sí tan valiosos y tiernos recuerdos; está dicho con tanta sinceridad que emociona.
    Un abrazo
    Betty Badaui

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *