No te cree mi corazón. Por Verónica Victoria Romero Reyes

         VVRR. "Sentencia", 2015.

  Háblale, ven, si quieres, pero no te va a entender.
Quererte hasta cansarse.
No había más que quererte hasta cansarse.
¿Qué esperabas?
En sal, si sólo te ha
«faltao» meterlo en sal…
Dime qué te esperabas si de cada roto que le has hecho, has hecho mil rotos más.
(Qué esperabas. Malú).

 

 

Pobrecito mío,

que llegó a ti herido de vida pero con fe.

 

La primera embestida, previsible,

la perdonó él con la sangre de quien ama con venda en los ojos.

No quise mirar yo y no quiso creer él.

Vinieron siete puñales parecidos que tú negaste para después reconocer.

Aun herido de vida pero con fe.

 

La segunda vino a dejarlo en un coma profundo

del que sólo mis sueños de gilipollas enamorada

consiguieron hacerlo salir, a trompicones.

Yo perdonaba y él se moría con el cianuro de la mentira.

Más herido de vida pero con fe.

 

La tercera, como los avisos para el toro,

pidieron el descabello, la puntilla.

Yo resistía, lloraba a escondidas, intentaba olvidar traiciones y embustes;

 

él, pobrecito mío, se consumía dejando que mi pena se hiciera un cáncer.

Siempre herido de vida y, ahora, sin fe.

 

Ahora él, destrozado,

en un cuerpo devorado por tumores,

una cabeza que quiere seguir soñando

y un eclipse de lágrima perpetuo.

 

Pobrecito mío…

 

Yo cuidé el tuyo

hasta dejar de ser yo.

 

Y tú, en injusto precio,

has matado el mío.

 

Verónica Victoria Romero Reyes

Blog de la autora

No te cree mi corazón. Por Verónica Victoria Romero Reyes

VVRR. «Sentencia», 2015.

Derechos registrados.

Un comentario:

  1. Preciosa y doloroso historia de amor.

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