Plataforma. Por Brisne


«Envejecer no es divertido; pero envejecer solo es lo peor que hay»

Plataforma es el primer libro de Houllebecq que leo, aunque intuyo que no será el último.
Podría hablarles de la carga sexual del libro, pero la verdad, ya disculparán, no me apetece demasiado. Me ha recordado un poco a Miller y su Trópico de Cáncer, por eso de que uno, el que lee, siempre vuelve a lecturas pasadas. Pero al igual que con Trópico de Cáncer me parece que lo sexual en el libro es la excusa para hablar de otra cosa. Del amor y la sociedad en que habitamos. Solo hay que rascar un poco en las letras y el amor, el verdadero, fluye como un manantial. Porque el Michel protagonista del libro es un hombre que busca el amor, que aspira a un amor verdadero que le haga feliz, porque en el fondo, como todos nosotros aspira a la felicidad completa y no la entiende sin amor. Cuando no está enamorado es un abúlico más, igual que lo son algunos, que vive, que hace su trabajo, que va a a salones de relax y que se arrastra a lo largo de la vida, sin buscar nada y sin dejar nada.
Luego, llega el amor, y es la época más feliz de su vida. Y no sólo por el sexo estupendo que llena sus noches y días, es feliz porque cuando uno esta enamorado, incluso ese protagonista, los poros de la piel se abren y uno respira por ellos, se nutre del amor y la felicidad, vive en definitiva en una nueva dimensión. Y en Plataforma vemos el cambio, lo leemos e imaginamos. Vemos como cambia el hombre. Houllebecq nos enseña la transformación profunda del amor.
Además nos habla de la sociedad en que vivimos, de la hipocresía del sexo, de lo hipócritas que los occidentales somos. Como occidentales nuestras prioridades parecen haber cambiado pero siguen siendo las mismas, todos queremos ser felices y tener amor y sexo. El resto importa poco. El trabajo, los impuestos, el dinero pasan a un segundo plano. Igual seríamos más felices si dejásemos todas esas cosas y nos centrásemos en lo importante. Perdemos la perspectiva. Está claro. Andamos demasiado perdidos para encontrar lo importante y en Plantaforma, pese a las ideas un tanto peculiares de Houellebecq, nos enseña el que él cree el camino. No estoy muy de acuerdo con el camino, porque el camino es el turismo sexual, pero sí estoy de acuerdo en que debemos buscar la brújula que nos guíe hacia otro modo de vida quizá menos interesada en el poder del dinero.
En plena crisis es gracioso leer el libro, porque las prioridades han cambiado en algo, pero aún así seguimos demasiado apegados al qué tenemos por encima del qué somos. Puede que esta crisis nos haga recuperar algo lo que deberíamos ser, aunque me temo que dentro de diez años si la economía está en alza de nuevo, volveremos a pensar en tener el mejor piso, el mejor coche y dejaremos de mirar a los ojos a nuestra pareja en busca de ese rayo de amor que a veces nos presta.
Leánlo si quieren, aunque ya les advierto que algunas imágenes son explícitamente sexuales, si pasan de ellas, quizás descubran lo que yo creo que quiere decirnos.

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Brisne
Colaboradora de Canal Literatura en la sección «Brisne Entre Libros«
Blog de la autora

2 comentarios:

  1. ‎»…es feliz porque cuando uno esta enamorado, incluso ese protagonista, los poros de la piel se abren y uno respira por ellos, se nutre del amor y la felicidad, vive en definitiva en una nueva dimensión….»
    La dimensión de todo es tan subjetiva, y está sujeta básicamente desde mi punto de vista a eso… respirar por todos y cada uno de los poros de la piel….

  2. Encontrar el sexo es algo que esta al alcance de cualquiera, en el peor de los casos basta con pagar para conseguirlo. Encontrar el amor, no es tan sencillo, cierto que todos podemos enamorarnos, como todos podemos coger la varicela, pero pasada cierta edad, solo las coge la hija de la duquesa de Alba, el resto no pasa de un catarro.

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