Amarte tendría que ser
como merendar un helado
de chocolate.
Que me dejara llena.
Ahora que todo
ha terminado,
ahora que
mis arterias
vuelven (casi)
a estar ordenadas
en esta sangre
tan contaminada
de ti
–y de tus abrazos
a traición–.
Ahora que sé
que tu voz
está minando
mis rizos y
mis piernas,
mis poemas y
mis venas
(ahora que ya sé
que no te quiero
olvidar).
Ahora
que por fin
nos hemos librado
de nosotros,
te hago esa
pregunta que
yo no sabría responder:
¿quieres
olvidarme
conmigo?
Yolanda Sáenz de Tejada
Colaboradora de esta Web en la sección
«Tacones de Azúcar»