Carmen tiene nombre de guerrera
Si sonríes, todas tus lágrimas se convierten en estrellas.
Carmen abandonó todo lujo
(de no detalles, también).
Se soltó el pelo
y se pintó los labios
de carmín.
Se arregló las uñas
que siempre estaban
rotas y sintió
miedo
(claro que sí, Carmen,
las mujeres valientes siempre lo tienen).
Se marchó de esa casa
tan lujosa
con vistas a la desidia
y al campo de golf
y arriesgó por amor.
Por amor…
Carmen es mi bandera,
como lo son tantas mujeres
que quieren ser ellas
(a ser posible, desvergonzadas y felices).
Que luego,
su nueva historia de amor
fuera letal,
es otro poema.
Lo que importa
es que abandonó
la miseria emocional.
Ya estoy yo para recordarle
que llegará la verdad.
Yolanda Sáenz de Tejada
Colaboradora de esta Web en la sección
«Tacones de Azúcar»