Conviérteme en vino
No es fácil enamorarse, me duele la boca de decirlo
(hasta que tú llenaste mi copa de futuro).
+No es sólo
que me toques
la piel,
ni que yo
me abra
debajo
de tu pecho
como una crisálida
reventada
de amor.
No;
eso podría
encontrarlo
en otros machos.
Lo que no tiene
solución
es todo
este amor
que necesito
sentir
de tu boca,
como si mis
vértebras
fueran tu único
colchón;
como si yo
no supiera
que sin mí
te desangrarás
de dolor.
Yolanda Sáenz de Tejada
Colaboradora de esta web en la sección
«Tacones de Azúcar»
Blog de la autora