Porque hay creencias que nunca deberían abandonarnos.
A veces creo
que pude
enamorarme de
ti.
Incluso tiemblo
imaginando que
lo hice.
A veces,
también,
los besos
que nunca
me diste
aparecen
de noche,
mezclados con
los monstruos
del olvido
(que comienzan
a devorarte).
Y esos,
tus besos,
me calientan
del frío.
A veces creo
que pude
enamorarme de
ti.
Estuvimos tan
cerca…
tan oliendo
la piel que
inflamaba
nuestros ojos y
tan mordiendo
las palabras
no dichas
que nos
reventaban
las bocas.
Ya sé
que es una
tontería
pero
me encanta
pensar que
tú,
a veces,
crees que
pudiste
enamorarte de
mí.
Yolanda Sáenz de Tejada
Colaboradora de esta Web en la sección
«Tacones de Azúcar»