FIN…
De pronto aparece él
y me deja
la boca
seca,
destrozando
la saliva
que la habita.
Pero no de golpe,
no,
que eso siempre
hace ruido.
Lo hace lentamente,
desgarrándome
las vocales y
las cuerdas;
empapando
de sexo
mi ternura.
Fin.
Muero
de mí
para nacer
en
su
yo.
Yolanda Sáenz de Tejada
Colaboradora de esta Web en la sección
«Tacones de Azúcar»