Ha llegado
la pérfida
nostalgia,
el no pienses en mí
y el nunca podré olvidarte.
Han llegado los paseos
de viuda
(ojalá que alegre),
los recuerdos como esquilas
y los mensajes
infectados
de preguntas ocultas
(y de amor,
mi amor,
de mucho amor…).
Ha llegado,
sin fin,
el punto final.
Ojalá sepamos
bordarlo en oro.
Tú sabes
que nunca
me gustaron
las serigrafías
baratas.
Yolanda Sáenz de Tejada
Colaboradora de esta web en la sección
«Tacones de Azúcar»
Blog de la autora