He abierto este librohospital en el centro de mi cerebro.
Es blanco y con vistas al mar, para que los heridos que ingresen, reventados de tanta vida, huelan a algas y a coral.
En la puerta, con chicle de fresa, he pegado un cartel que dice: ocupado pero libre. Y debajo, en letras de neón, la siguiente leyenda:
En este lugar,
solo aceptamos
lisiados por amor.
Tenemos dos alas en el hospital.
Una es de
papel y
la otra,
de cristal.
En la primera, instalamos a los que han sufrido pasión y tienen heridas de guerra como, por ejemplo, un moratón de lengua en el nacimiento del cuello o el roce del anillo sobre la fina piel del sexo de un hombre.
En la otra, la de cristal, se alojan los que se rompen a chorros y que vienen anegados de lágrimas y de dolor.
Con esas lágrimas,
a veces,
rellenamos el mar.
He abierto este librohospital en el centro de mi cerebro y no me va nada mal. Es un negocio de futuro. Ya ves, una empresa de servicios emocional.
Lisiados por amor.
¿Quieres entrar…?
(Prólogo de mi libro de poemas Diario de un desembarco.)
Yolanda Sáenz de Tejada
Colaboradora de esta web en la sección
«Tacones de azúcar»