Mi corazón es un canalla
Yo lo adiestro
como una demente
y le repito
(primero dulce,
y luego gritándole)
que tú no eres
tan bueno;
que a veces
me dejas
en sequía de
tu piel
y que durante
horas
no me envías
ningún mensaje.
También
le cuento
la noche aquella,
en la que no volviste
a dormir
porque discutimos.
Pero él
no me escucha;
ni la ternura
ni los gritos.
Él sigue a lo suyo,
latiendo y
reventándome el pecho;
queriéndote…
Tengo un corazón
tan leal a ti
que me miente.
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Yolanda Sáenz de Tejada
Colaboradora de esta web en la sección
«Tacones de Azúcar»
Blog de la autora