Mi cuerpo no es como el mar. Mi cuerpo, es el mar.
Mi cuerpo
no es como el mar.
Mi cuerpo
es el mar…
Dentro,
enredadas,
viven sus algas
y sus conchas.
Todo el que entra
se pincha con ellas
(y sangra,
dejando su resto
en mis venas).
Tiene,
también,
mi cuerpo,
una red de pescador.
Se le olvidó
a Nereo,
antes de parir
a sus hermosas ninfas.
Con ella
me hice un vestido
(para los días
que mi novio
me invita a merendar).
Si entras despacio
en mis aguas,
te morderá el frío.
Has de invadirme rápido,
tierno,
dejando tus miserias en la arena.
Entonces,
seré cálida,
como la dulce sirena
del cuento triste.
Pero hoy
estoy revuelta.
En mis aguas
ha aparecido algo extraño.
Yo creo
que es un náufrago.
Yolanda Sáenz de Tejada
Colaboradora de esta web en la sección
«Tacones de Azúcar»
Blog de la autora