Vamos, en esta mañana de cálidofrío, con esas personas que aman por sí solas.
Por ellas, por ellos…
Te quiero,
obsesionadamente,
enferma,
histérica…
Te amé
cuando viajamos
a Senegal,
aunque tú nunca
llegaste y
yo viajara con
mi marido;
y te amé,
hasta reventar,
cuando tuvimos
el primer hijo,
aunque no fuera
tuyo.
Y te sigo amando
ahora,
mientras te cuento
esto y
tú me miras
como si estuviera
loca.
¿Pero quién
te dijo a ti
que el amor
era cosa de dos?…
Yolanda Sáenz de Tejada
Colaboradora de esta Web en la sección
«Tacones de Azucar»
Blog de la autora