Tu melodía y mi cuerpo
Si entendiera de música,
conocería la orquesta
que él tiene
entre sus dedos
(cuando me acaricia,
claro).
Si reconociera melodías,
distinguiría los acordes
de su placer
cuando,
absorto en el mío,
dirige sus instrumentos
(son diez pero suman infinito).
Y así,
intensamente y
en el estado más demente,
me preño
de música
cada vez que su mano
se divierte
en mí.
Hablamos
de
ópera,
por supuesto.
Yolanda Sáenz de Tejada
Colaboradora de esta Web en la sección
«Tacones de Azúcar»
Pero qué bonito. el erotismo se coló en el poema dándole un sabor de felicidad.
Un saludo
Betty