Y después, como a una exquisita asesina… Por Yolanda Sáenz de Tejada

Yolanda Saénz de Tejada

Me encanta encontrarme poemas en los bolsillos,

en las nubes de mi garganta,

o colgados por las cortinas que sólo dan luz.

 

Este lo encontré entre el césped,

hacía tiempo que no lo leía y me hizo recordar

la exposición llamada «bodies» de donde robé la explicación científica

que lo encabeza.

Hay poemas que siempre son

un fondo de armario.

 

La piel de nuestro cuerpo, extendida,

ocupa dos metros cuadrados.

 

 

Hoy podría extender

todas las pieles

ausentes de

carne.

Estirarlas hasta

el tormento y

conseguir,

por cada una,

más de dos

metros cuadrados

de lágrimas.

 

Hoy necesitaría

mamar la calma

chicha de

los diluvios,

ultrajar los

silencios de la

tarde y beber,

como una cosaca,

con el cerebro

bajo cero.

 

Hoy,

el día dos desde

que mi cuerpo

se ha desmembrado

de sus raíces,

podría reventar

todos los cristales

de las gafas que

me recuerden a

tus ojos.

 

Y después,

como a una exquisita

asesina,

me apalearían los

cuerdos y los

pulcros,

mientras yo

seguiría pensando

en lo

sola que estoy

desde que

te has

ido.

Yolanda Sáenz de Tejada- ©Canal Literatura 2013
Yolanda Sáenz de Tejada
Colaboradora de esta Web en la sección
«Tacones de Azucar»

Blog de la autora

Un comentario:

  1. Elena Marqués

    No podría expresarse mejor la expresión de desgarro.
    Muchas gracias por tu poema de exquisita asesina.

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