Populismo popular, pídeme que quieres escuchar
La ultraderecha quema la responsabilidad, la vuela por la chimenea de la libertad, protagonistas del populismo demasiado popular en la barra del bar.
Populismo popular que quiere gobernar, trepando a la espalda de la libertad, que junto a la patria e identidad cercenan toda posibilidad.
Libertad para explotar a indocumentados recién llegados. Ellos malviven tirados y alejados del “empresariado”, en el ocaso pasean mal mirados por delante de los de la taberna, casi todos ellos parados.
Su credo, es la libertad por la gracia de Dios, libertad para el opulento, que nadie les pueda molestar.
El estado no debe estar, tampoco molestar, y menos controlar. El capital ya sabrá cuáles son las necesidades de la mayoritaria y aborregada sociedad.
Libertad para intentar el éxito personal, cada cerebro es individual, y se debe aceptar la gloria para unos pocos agraciados por diferentes y añejos linaje difíciles de explicar, unos pocos frente a una mayoría que tiene que transigir sin protestar.
Libertad para etiquetar a cada uno de los individuos no tocados con el triunfo social; vagos, flojos, rojos, ateos, demócratas, cortos, y pobres de toda la vida.
Libertad para vender el patrimonio nacional. se acabó mantener pisos para gandules, ahora que se apañen con los buitres inversores.
Libertad para expulsar a migrantes despapelados de humanidad, sólo se pueden quedar, siempre y cuando con el lomo doblado frente a la fresa huyen de cualquier protesta, y dándose por bien pagados con los cinco euros a la hora.
Libertad para pensar a la sombra del espíritu nacional, y del credo católico fundacional tras el “Big Bang” terrenal.
Populismo popular, pídeme que quieres escuchar.
Jordi Rosiñol Lorenzo