Consume y calla
Ana Isabel Gutiérrez, licenciada en Psicología y técnico especialista en Trastornos de la Conducta Alimentaria, profundiza en el mundo de la publicidad para revelarnos la manipulación a la que nos vemos sometidos ante unos reclamos propagandísticos que nos ‘venden’ bienestar y juventud. Su meticulosa labor de investigación y análisis descubre las estratagemas que utilizan las compañías alimentarias y/o cosméticas para adjudicar a los diferentes alimentos y productos propiedades casi milagrosas.
En su exhaustiva tarea de recopilación, la autora recorre todos los caminos que nos conducen, cual inocentes corderitos, al sendero del consumo más desaforado de mercaderías y comestibles que, según aseguran, nos permitirán vivir más y mejor. Desde la ‘gordofobia’ a los ‘experimentos in vitro’. Desde los productos ‘light’ a la ‘nutricosmética’, la autora señala que la publicidad ha desarrollado astutos planes para hacernos sentir poco menos que miserables si no nos adaptamos a las nuevas formas de vida (y consumo) que pregonan desde todos los medios de comunicación. Pero… ¿de dónde sale todo esto? ¿Qué intereses hay detrás de la sociedad del culto al cuerpo y la alimentación saludable? Busquemos el móvil para encontrar a los culpables.
La autora del libro busca el móvil (monetario, cómo no) y descubre a los culpables, las grandes compañías y firmas que anteponen el beneficio económico a la verdad. Además de aleccionarnos para detectar los engaños y fraudes publicitados a través de unos reclamos que rozan la ilegalidad. Sí, rozan, porque, aunque en España la legislación existe, parece que es fácil (o asequible) saltársela. Es verdad que por el momento las denuncias, y por tanto las condenas, son pocas. Pero las asociaciones de consumidores cada vez hablan más alto cuando se trata de nuestra salud. También analiza Ana Isabel Gutiérrez la nueva terminología asociada a la ‘bondad’ de los productos anunciados. Otro subterfugio más que pretende inducir y confundir al público. Palabras y eslóganes que se repiten una y otra vez llenos de dobles sentidos para estimular el consumo: ‘natural’, ‘lactobacilus’, ‘0% de materia grasa’. Pero, como ella misma señala, … no, no es que seamos tontos, es que se esfuerzan en confundirnos.
Las estrategias de márquetin de las grandes superficies y supermercados, estantes y colores hábilmente distribuidos. Luces y sombras de un negocio que encuentra su máxima expresión en los llamados ‘suplementos nutricionales’. Complementos alimenticios para todo y para todos. Productos de cuestionable necesidad y dudoso beneficio nutricional, pero a todas luces rentables para las firmas vendedoras. Un indicador de las ingentes cantidades de dinero que se mueve en el sector de la alimentación funcional, la cosmética, la nutricosmética y los productos milagro, es la publicidad. Una publicidad que arrasa, que avasalla al consumidor y que no duda en utilizar cualquier método y soporte. El negocio es el negocio. En nuestra sociedad de mercado las cifras son las que mandan, las que se imponen por encima de la ética. También en el libro encontrarán tablas comparativas de precios, listados e ilustraciones de productos cuya publicidad elude hábilmente la legalidad establecida. Y, a Dios gracias, una serie de consejos y trucos para evitar, en lo posible, el engaño y la manipulación. Atención especial merece el apartado dedicado al ‘márquetin de camuflaje’… Nuevos tiempos, nuevas estrategias.
Recapitulando, Consume y calla es, o debería ser, un libro de obligada lectura para todos los públicos, entiéndase para todos aquellos que nos ‘perdemos’ en la vorágine de productos que nos acechan desde los estantes de las grandes y pequeñas superficies. Para concluir, unas palabras de la autora: … póngase mentalmente el sombrero de explorador y piense que cada visita al supermercado es una aventura en la cual los malvados cazacarteras quieren hacerse con la suya. Apúntese un tanto cada vez que detecte un engaño. Trasmita la información a los otros jugadores…
Eloína García Calvete
Hace poco apareció una entrada en Canal Literatura sobre «El diario de Ana Frank» y sobre que su lectura debería ser obligatoria. Creo que, tal como están las cosas, debería incluirse también este libro en la lista.
Gracias, Eloína, por dárnoslo a conocer.
Si, Elena, debería de ser una lectura obligatoria.