Florida Verba
De todas las palabras que me vienen a la cabeza tras la lectura de este libro hay una que destaca con un brillo especial sobre el resto: armonía. Las palabras de Charo Guarino y los dibujos de Mª Carmen García establecen entre sí un diálogo de luz, un abrazo de belleza (es decir, un fluir armónico) que nos permite a los lectores sentir aquella inundación castálida de la que hablaban los clásicos y que nos recordó después sor Juana Inés de la Cruz. Los ojos y el corazón se mueven de izquierda a derecha para dejarse sorprender –y empapar– por los adjetivos gráciles, por los brazos aspados de las bailarinas, por las referencias grecorromanas, por los pétalos, por los encabalgamientos, por los colores. Y el resultado final recibe el nombre de Florida Verba. Y lo ha publicado el elegante sello Dokusou.
En la parte literaria del volumen nos encontramos con los poemas que Charo Guarino dedica a su madre (véase la delicada composición “Si pudiera”), con sus reflexiones sobre la paciencia que los libros tienen y que les permite esperar infinitamente la mano que los abra y disfrute (“Vida de papel”), con su convicción de que los versos no terminan su misión hasta que los ojos del lector los recorren y quedan impregnados por ellos (“La poesía”) o con la fascinación que siente cuando considera “los cientos,/ y miles y más miles de eslabones / que forman la cadena literaria”, lo cual la lleva a pensar “cuántos mundos aún incógnitos me aguardan” (“Quellenforschung”).
Y en la parte pictórica, trazada por la mano de Mª Carmen García, notaremos cómo flores y bailarinas se funden en una simbiosis de intensa hermosura, con brazos que parecen girar con el viento y pétalos que danzan su ballet de colores. Y, sobre todo, sugiero que el lector se fije en los ojos inexistentes o cerrados de las mujeres, entregadas a la pura belleza de su música corporal, tan fascinante como mística.
El pintor norteamericano James Whistler explicó una vez que el arte sucede. Art happens. Sin más. Algunos podrán buscarlo laboriosamente durante toda su vida y no tener la fortuna de dar con él. Otros, tocados por una magia para la que no tenemos explicación, acceden a sus salones con cierta facilidad. Creo que Charo Guarino y Mª Carmen García han logrado dejarnos en Florida Verba un producto estético tan hermoso que merece ser leído y contemplado más de una vez.
Rubén Castillo
Me ha gustado mucho la forma en la que esta persona comenta el libro. Sus palabras destilan belleza y armonía. Yo creo que las autoras se tienen que sentir muy a gusto con semejante derroche de estilo y sutileza. A veces, las palabras suenan a música…¡Enhorabuena! y que el libro sea todo un éxito.