TODOS LOS RELOJES, de Antonia Álvarez Álvarez. Por Francisco Álvarez Velasco

TODOS LOS RELOJES, de Antonia Álvarez Álvarez

TODOS LOS RELOJES, de Antonia Álvarez Álvarez. Por Francisco Álvarez Velasco

Gracias, Toñi, por invitarme a que te acompañe en esta presentación. Y, sobre todo, porque has manifestado muchas veces que fui el primero que te dio seguridad y empuje para publicar lo que venías escribiendo hace años en la más absoluta clandestinidad.

TODOS LOS RELOJES, de Antonia Álvarez Álvarez
Presentación

Antonia Álvarez Álvarez nació en Pinos (Babia, León), y pasó su infancia en Rabanal de Luna. Es licenciada en Filología Románica. En los últimos años ha obtenido, entre otros, el Premio “Pastora Marcela”, Premio “Flor de Jara” de la Diputación de Cáceres –Institución Cultural El Brocense–, Certamen de Poesía Iberoamericana “Víctor Jara”, Mención Especial del IX Premio de la Crítica de Asturias, Premio Internacional de Poesía “Paul Beckett”, Premio de Poesía “Poeta Mario López”, Certamen Internacional “Villa de la Roda”, Certamen de Creadores por la Libertad y la Paz, Premio “Leonor” de Poesía de la Diputación de Soria.
Algunos de sus libros de poesía son: «La mirada del aire» [2006], «El color de las horas», «Otoño», «La raíz de la luz» (Premio “Flor de Jara” y Mención Especial de los IX Premios de la Crítica de Asturias), «A pesar de las sombras», «Almas», «Recuerda, corazón», «Donde la nieve» (Premio “Leonor” de Soria), «Lunas», «Redonda y blanca» (poemario infantil), y los últimos, en 2018: «Palabra adentro» [Premio Adolfo Utor Acevedo], editado al mismo tiempo que el que hoy presentamos: «Todos los relojes».
Por lo tanto doce años, al menos, de poesía reconocida por toda España, sin relación personal con ninguno de los jurados. Antonia Álvarez Álvarez recuerda con cariño sus primeros premios, sobre todo el del primer Certamen de “Poemas sin rostro”, promovido por el Canal Literatura.

TODOS LOS RELOJES, de Antonia Álvarez Álvarez con Francisco Álvarez Velasco

No creo que haya poeta asturiano o asturiana, ni asturleonés o asturleonesa que haya recibido tantos reconocimientos. Sin embargo, como ella vive al margen del mundillo sociopoético, su nombre en los “mass media” no tiene la presencia que debiera.
Se diría que es escritora tardía. Pero el publicar tardíamente no implica una escritura tardía; a veces, y este es el caso, solo significa una autoexigencia o inseguridad en lo que uno escribe.
Por tercera vez, edita un libro no premiado, y lo hace en Eolas, gracias al buen olfato poético de Héctor Escobar.
TODOS LOS RELOJES lleva un breve prólogo de apenas cinco páginas. Es un prólogo que pone las cosas difíciles al presentador, tanto por la personalidad del prologuista como por la misma sustancia del prólogo. El autor es José Enrique Martínez, catedrático de Teoría Literaria y Literatura Comparada de la Universidad de León. A mí, personalmente, me ayudaron mucho sus escritos para entender mejor y explicar a Juan Rulfo o a César Vallejo, cuando en los estudios de la Enseñanza Media se exigían tales lecturas. El prologuista ha venido atendiendo en sus reseñas de “Filandón” a las obras de Antonia Álvarez y siempre con admiración.

Después de lo dicho, podría terminar la liturgia de presentador leyendo el prólogo. Sin embargo, algo diré. Toñi, compañera en la enseñanza, hace bastantes años me envió unos poemas pidiendo mi opinión. No sé qué le contesté, pero seguro que fue semejante a lo que dice José Enrique Martínez: “que me encontraba ante una poeta verdadera”. Y el primer fruto fue la edición de poemas suyos en mi Portal de Poesía. Desde entonces nuestra relación poética no ha terminado: hay intercambio de textos mutuos y hasta (cosa paradójica entre dos profesores de Literatura) preguntas sobre si aquí o allá iría mejor una coma.

Que conste que estamos ante una poeta con miedo escénico, agravado por problemas fisiológicos de garganta (espero que este lugar y el calor de los presentes los aminoren, al menos). Y por ello contamos con la voz cálida de Mar Braña, que sabe como nadie cómo se leen los versos. Ella leerá algunos poemas.

Nuestra poeta cumple como nadie el dicho de Horacio: «poetarum limae labor»: el trabajo de la lima de los poetas, dice el poeta romano). Y, tal vez mejor explicitado, sigue a Fray Luis:

«De las (palabras) que todos hablan, elige las que convienen y mira el sonido de ellas y aún cuenta a veces las letras y las pesa y las mide y las compone para que no solamente digan con claridad lo que pretenden decir, sino también con armonía y dulzura».

Lo cual no viene a decir que en TODOS LOS RELOJES haya exhibición de retórica y oficio, que, por otra parte, nuestra poeta domina a la perfección. Hay sentimiento, sin duda, como en toda su poesía, pero sin melosidad alguna. Con sentimiento solo no se hace poesía: hace falta trabajar las palabras, las secuencias melódicas, la música en definitiva, y en Antonia Álvarez tenemos el mejor de los ejemplos.

Vayan algunas muestras:

1. Se hace lenta la trágica agonía, / lentos los bueyes de azafrán del alba.
2. Sigue vivo Virgilio. Rojas venas / riegan la atardecida…
3. Parece que las lágrimas / escarbaran el musgo de las piedras, / mojaran el silencio, silenciosas.
4. Dentro del corazón y de la casa, / el tiempo es amarillo y es eterno.

Una nota sobre el título, que me parece muy acertado. En este caso está tomado de la última página del libro.
La palabra “reloj” aparece en otras varias ocasiones (incluidos los epígrafes):
1- Lo peor es creer /que se tiene razón por haberla tenido / o esperar que la historia devane los relojes / y nos devuelva intactos al tiempo en que quisiéramos / que todo comenzase. JOSÉ ÁNGEL VALENTE
2. Algún reloj, en la ciudad cercana, daba una hora. LUIS CERNUDA [A mi entender esta cita tiene una clara resonancia machadiana].
3. martes, 9 de noviembre de 1943: La arandela, la lumbre, la arandela. / Está fijo el reloj en la cocina /del alma.
4. A veces el reloj se asocia con “espejo”: La arandela, la lumbre, la arandela. / Está fijo el reloj en la cocina / del alma. Se detiene / el rostro en el espejo / colgado en la pared ya desconchada.
5. En el espejo / se agitan los recuerdos, pero saben / que es cárcel con cadenas. El espejo. / Reloj de otros instantes en que al alba…
6. Y las palabras que dan título al libro las encontramos en la última página: «Aunque no todos los relojes físicos marcan la misma hora, el reloj de la emoción, del amor, de la alegría, de la tristeza, de la poesía es el mismo para todos los hombres».

 

Después de estas citas creo que nuestra poeta sigue fiel a la estética de A. Machado, que decía en unas referencias a Moreno Villa: “La poesía es, como yo creo, palabra en el tiempo, […] ahonda constantemente la perspectiva del pasado, poniendo en serie temporal hechos, ideas, imágenes, al par que avanza, con su periódico martilleo, en el presente.”

Las intertextualidades son abundantes porque estamos ante una poeta lectora, sin prisas, de lo mejor de nuestra literatura y de la mundial: Virgilio, Cantar de Mio Cid, Literatura tradicional [su madre, a sus noventa y tantos años es una fuente a la que hay que acudir en los romances viejos], Garcilaso, Bécquer, Baudelaire, Alfonsina Storni, Machado, Julio Alonso Llamazares… Y, por supuesto, Ana Frank y Hermann Broch.

TODOS LOS RELOJES, de Antonia Álvarez Álvarez. Por Francisco Álvarez VelascoY termino. A mi entender, hay tres lecturas posibles de TODOS LOS RELOJES: a) Hojearlo y detenerse en versos sueltos y recrearse en su música, b) Este hojeo ha de llevar indudablemente a la lectura total de poemas exentos. Y, por supuesto, c) La lectura secuencial de un libro con forma de diario: las 19 hojas-poemas que van del 16 de septiembre al 30 de noviembre de 1943, que se mezclan con acontecimientos como el de Ana Frank en su refugio y la escritura de Hermann Broch sobre la muerte de Virgilio.

Los que conocen la poesía de Antonia Álvarez encontrarán aquí uno de sus mejores libros. Los que no la conozcan descubrirán que en Gijón, también en Babia, tenemos una voz poética que seguirá dándonos excelentes frutos.

 

Francisco Álvarez Velasco
Ateneo Jovellanos, 15 de febrero de 2019

 

Editorial Eolas

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