«Universal, honda y trasparente». Así es la poesía de la uruguaya Ida Vitale (Montevideo,1923), ganadora a sus 95 años del premio Cervantes, que falló este jueves su 43 edición. Es la quinta mujer que lo consigue en la historia del galardón, el más alto reconocimiento institucional de nuestras letras, que con su designación rompió la regla no escrita que lo alterna cada año entre las dos orillas del idioma. El Cervantes se queda así en América por segundo año consecutivo y abraza una poesía vital, como el apellido de su ganadora, nítida, clara y con un estilo agudo y de elegancia suprema. Vitale gana, además, el segundo Cervantes para su país, ya que Juan Carlos Onetti lo logró en 1980.
Heredera de Juan Ramón Jiménez, renovadora de la tradición modernista, Vitale suele reiterar que la clave en poesía es «ser honesto con uno mismo y con el lector». Muy vinculada a España, siempre a caballo entre los dos lados del Atlántico, Vitale fue premiada por unanimidad tras llegar al consenso después de varias deliberaciones y votaciones y una larga discusión. Hace tres años ganaba el Reina Sofía de poesía y fue también la quinta mujer que lo obtenía.
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Poemas de Ida Vitale
Residua
Corta la vida o larga, todo
lo que vivimos se reduce
a un gris residuo en la memoria.
De los antiguos viajes quedan
las enigmáticas monedas
que pretenden valores falsos.
De la memoria sólo sube
un vago polvo y un perfume.
¿Acaso sea la poesía?
De «Parvo Reino» 1984
Cultura del palimpsesto
Todo aquí es palimpsesto,
pasión del palimpsesto:
a la deriva,
……………..borrar lo poco hecho,
empezar de la nada,
afirmar la deriva,
mirarse entre la nada acrecentada,
velar lo venenoso,
matar lo saludable,
escribir delirantes historias para náufragos.
Cuidado:
no se pierde sin castigo el pasado,
no se pisa en el aire.
De «Nuevas arenas I» 2002