Nº63- Juguemos a mamás y papás. Por Luz Mila

       Desde hacía algún tiempo Dulcinea González notaba que su prematuramente crecida hija de once años, Patricia, iba engordando algo. Al principio no hizo caso, el crecimiento acelerado, ya se sabe, qué le vamos a hacer, se está volviendo mujer la niña. Hasta aquí bien, pero al cabo de dos meses más la señora Dulcinea, con un oscuro presentimiento constató que Pati estaba engordando de un modo muy desproporcionado, que de todas las partes del cuerpo le crecía sobre todo la barriga. Las premoniciones, para espanto de la madre decente, se confirmaron. Su cielito, su nenita que todavía se dormía con las muñecas, estaba embarazada. Dulcinea González rompió a llorar a lágrima viva al salir de la consulta del ginecólogo, y durante todo el camino a casa no paró de sollozar y moquear. Su prematuramente desarrollada hija caminaba junto a ella con los auriculares del smartphone puestos, meneaba la cabeza al ritmo de la música masticando indolentemente un chicle. No se puede decir que estuviera demasiado impresionada por lo acontecido. Es que ella también apenas en la consulta se enteró de que…pues eso…que estaba embarazada. La madre seguía llorando a moco tendido y se lamentaba de su suerte: ¡qué sería de ahora en adelante con ella, al hacerse abuela con tan sólo treinta y cinco años! El embarazo de la niña estaba muy avanzado, era tarde para tomar medidas e intentar salvar el honor de la familia y de la señorita.

       Manolo González, el padre de Pati, esperaba aun menos un golpe así. En la flor de su virilidad, acababa de echarse una amante joven y sexy, y en este luminoso momento su hija le ofrecía la no muy luminosa perspectiva de convertirse en abuelo.

       Tras largos debates, el Consejo Familiar aprobó que lo primero que había que hacer era descubrir al segundo miembro del colectivo creador. Pati callaba tercamente. Pero al final no resistió la presión del interrogatorio cruzado al que la sometieron sus padres, y no sin cierto pudor reconoció que con Juanito Rodríguez de su clase en una oportunidad habían decidido jugar a “mamás y papás”…

       La delegación tripartita de los González se fue a emprender negociaciones pacíficas con los Rodríguez. En el área verde junto al bloque encontraron al futuro padre jugando al fútbol con sus amiguetes del barrio. Le cogieron suavemente del brazo por ambos lados y se plantaron ante la puerta del piso de los Rodríguez:

       – ¿Este jovencito es suyo?

… … …

       Las dos parejas de respectivos padres, aunque destrozados por lo ocurrido, tomaron la decisión más sabia posible: ingresar a Pati en un hospital para que estuviera bajo vigilancia médica durante el embarazo, y llegado el momento diera a luz sin peligro para su salud y su vida. Y luego… pues, luego para estas cosas estaban los orfanatos, y todo – olvidado, ¿a que sí?.

       … A la hora correspondiente, con bastantes esfuerzos –de su parte y de la de un nutrido equipo médico– Pati consiguió dar su aporte al incremento demográfico de la Patria consistente en dos habitantes más. Parió a gemelos, los dos un tanto flaquitos, pero totalmente sanos.

Al enterarse de esto, Juanito declaró rotundamente:

       – El uno es mío, pero el otro no.

       – ¿Pero por qué, hijo, cómo que no?

       – Pues, yo con ella… esto… fue sólo una vez.

       Por su parte las dos jóvenes abuelas, viendo las dos caritas congestionadas de lloros, exclamaron a la vez:

       – ¡Ay, mis cielitos!

… … …

       No hubo enfadados en esta historia. Los González y los Rodríguez hicieron un reparto equitativo de los gemelos. Y las dos abuelas-madres en el fondo-fondo quedaron de lo más contentas: sin tener que parir de nuevo, les dieron hermanitos a sus respectivos hijos, lo cual, por cierto, éstos les iban pidiendo desde hacía mucho tiempo.

 
 

14 comentarios

  1. Odiseo González

    Un relato ingenuo dentro de su dramatismo. ¡Qué situación!

  2. No me extraña nada que sea una historia real, porque resulta totalmente creíble y está bien contada.Además sorprende.
    Suerte Luz Mila.
    Saludos afectuosos
    freya

  3. Luz Mila:
    Suerte en el certamen.

  4. Quizá se llegue demasiado fácil el acuerdo ¿no? A mi juicio, aunque posible (en este universo tan complejo hay opiniones para todos los gustos y aquí parecen haberse encontrado padres y madres semejantes), el pacto quizá sea excesivamente rápido. Bueno, queda la ironía del crío que dice que sólo lo hicieron una vez y han salido dos. Pero, como digo, todo es posible y desde luego es algo que puede ocurrir, los sentidos se disparan y el placer aparece irremisiblemente. Y las recientes abuelas acaban de completar la fiesta.
    Suerte Luz Mila

    • Gracias, Enara, por tu opinión. Estoy de acuerdo contigo que «todo es posible». Aunque parezca increible, este relato está basado en hechos reales. ¡Qué le vamos a hacer! A veces la vida misma nos ofrece sucesos más inverosímiles que la narrativa de ficción.
      Suerte y para tí en el certamen.

  5. Un breve y arriesgado relato que, con un argumento tan sencillo como el mecanismo de un chupete, utiliza la imaginación para resolver por las buenas, con buen humor y sin muertos ni heridos, un debate tan feroz y vigente como el de la interrupción del embarazo frente al derecho a la vida.
    No entro en planteamientos sobre el alma de la historia porque pienso que no viene al caso ni es éste el espacio.
    Los personajes son puros arquetipos urbanos, el chiste de Juanito y su “sólo una vez”, impagable, y la redacción en absoluto complicada. Por el lado ortográfico, hay algún guión de más y ciertos puntos suspensivos y mayúsculas fuera de sitio.

  6. Esa edad fronteriza de niñ@ a mujer- hombre. Cuerpos desarrollados y listos para procrear; la mente, sin embargo, no ha dejado la infancia y sus todavía. Qué bien nos cuentas este peligroso momento, que coincide muchas veces con la crisis de madurez de los padres que ven que se les escapa la juventud.

    Me ha gustado mucho leerlo. Enhorabuena y suerte.

    • Gracias, Gaia, por tu comentario. A mí también me ha gustado tu «última lección» con su ironía y su mensaje. Mucha suerte y para tí.

    • Acabo de leer mi comentario y he visto que no he puesto o se me ha borrado la palabra «juegos». La frase es así (…) «no ha dejado la infancia y sus juegos todavía».

  7. Y qué cierto es que el instinto natural se abre paso sin plantearse la inocencia de unos niños. Que importante educarlos desde temprana edad en sexualidad,y prevenir historias como la de tu relato.
    Te deseo muchísima suerte.

    • Gracias, Furtiva. De verdad, yo quería con una pizca de humor abordar este tema muy serio: la educación sexual de los niños, o más bien – la falta de tal educación. El pudor hipócrita de los padres y profesores hablar con los niños sobre el tema, nos trae historias como esta.
      Te deseo a tí también mucha suerte.

  8. Bien está lo que bien acaba. Historia que juega con la realidad muchas veces disimuladas por los embarazos interrumpidos. Y es que no solo de muñecas y de camiones e juguete viven las niñas y los niños, sobre todo, cuando la adolescencia llama a su puerta.

    • Gracias, Anaconda, por tu comentario y por compartir mi idea. Que tengas mucha suerte tú también

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