Cuando uno conoce a Antonia Álvarez Álvarez, enseguida comprende que está ante una poeta que ama profundamente este difícil y delicado arte, y que se deleita con mimo tanto en la lectura como en la creación.
Su dedicación la ha hecho merecedora de muchos reconocimientos, premios y admiradores que la siguen, aunque ella, discreta donde las haya, prefiere el trabajo riguroso e íntimo a la publicidad y el bombo fácil. Antonia no solo despierta admiración como poeta, también como excepcional persona, amiga y colaboradora.
Desde que ganó el I Certamen «Poemas sin Rostro» en el año 2005, colabora habitual y desinteresadamente con la Asociación Canal Literatura, formando parte de los sucesivos grupos de lectura de cada certamen de poemas, aportando el conocimiento poético y la sensibilidad que también imprime a sus poemas.
Es un orgullo y un ejemplo que una ganadora de nuestros certámenes se haya consolidado como poeta y pueda compartir la responsabilidad del jurado con quien, hace cuatro años, apostó por ella otorgándole el primer premio.
Aunque sigue concursando y publicando, ha pasado ya a ser jurado de otros premios de poesía, por lo que es un honor y una gran satisfacción contar con ella, esta vez como jurado, junto a Pepe Belmonte, para el V Certamen «Poemas sin Rostro«.
Curriculum y Premios
Antonia Álvarez Álvarez Nació en Pinos (Babia, León) y pasó su infancia en Rabanal de Luna, pueblo próximo al anterior.
Es licenciada en Filología Románica por Salamanca y Oviedo. Reside en Gijón. Poeta. Es también jurado en otros premios como el Premio Internacional de Poesía «Ateneo Jovellanos».
-En el año 2001 obtiene el segundo premio en el certamen poético Bellido Dolfos y colabora en el libro «Cuentos y poemas desde internet»de Ediciones Marré.
-En el año 2004 publica algunos de sus poemas en la antología «Gotas de poesía» junto con once autores hispanoamericanos y ocho españoles (Ediciones Malberte).
-En el año 2005 le ha sido seleccionado un poema en «Las VII Justas Literarias de Gijón» y ha obtenido el «XI Premio de Poesía Julián Cañas Hernández». Primer Premio del «I Certamen Poemas sin rostro». Poemario seleccionado en el «XXI Premio Gerardo Diego de Poesía para noveles» de Soria. Primer Premio del XII Concurso de Poesía «Háblame de amor y amistad».
-En el año 2006, Primer Premio del «XV Certamen de Poesía del Centro de la Mujer de Urbanización Mediterráneo» de Cartagena. Premio «Voces Nuevas» (XIX Selección) de Ediciones Torremozas. Mención de Honor del «XIII Premio Nacional de Poesía de Peñaranda de Bracamonte». Accésit del «XXII Certamen Internacional Jara Carrillo» de Poesía. VII Premio de Poesía «Pedro Marcelino Quintana». Primer Accésit del «XIV Certamen de Poesía Ciudad de Jerez». XIV Premio Internacional de Poesía «Antonio Alcalá Venceslada» del Ayuntamiento de Andújar. XXXVI Premio de Poesía «Pastora Marcela». Finalista del XXXII Premio de Poesía «Rafael Morales».
-En el 2007, finalista del XII Premio de Poesía «Tardor». Accésit del X Certamen de Poesía «Centro Cultural Blas de Otero». III Premio de Poesía «Nicomedes Sanz y Ruiz de la Peńa» del Ateneo de Valladolid. X Premio de Poesía «Flor de Jara» de la Diputación de Cáceres – Institución Cultural El Brocense. VII Premio de Poesía Iberoamericana Víctor Jara. Mención Especial de los IX Premios de la Crítica de Asturias. XVIII Premio de Poesía Rafael Fernández Pombo.
-En el 2009, X Premio Internacional «Artífice» de Loja y Accésit del VIII Certamen de Poesía «Ramón de Campoamor».
XI PREMIO PAUL BECKETT DE POESÍA ex aequo con Marta Policinska.
Finalista del XXIX Premio de Poesía “Ciudad de Badajoz”.
III Premio Poesía “Marcelino Arellano Alabarces”.
Finalista del Premio de Poesía “Ángaro” 2011.
XIX Premio de Poesía Poeta “Mario López”.
XXX Premio “Leonor” de la Diputación Provincial de Soria.
XXV Certamen Internacional de Poesía “Villa de la Roda”.
Miembro de la AEA (Asociación de Escritores de Asturias) y de la Asociación Canal Literatura.
Primer premio de Poesía en Valores Humanos (AAUCAV 2017)
Publicaciones
– Bellido Dolfos ¿traidor o héroe? Colectivo, 2001.
– Cuentos y poemas desde Internet. Colectivo. Ediciones Marré, 2001.
– Gotas de poesía. Colectivo. Ediciones Malberte, 2004.
– Voces Nuevas (XIX Selección). Colectivo. Ediciones Torremozas, 2006.
– La mirada del aire. Tepemarquia Ediciones, 2006.
– El color de las horas. Colección Pastora Marcela. Ayuntamiento de Campo de Criptana, 2006.
– Otoño. Excmo. Ayuntamiento de Andújar, 2007.
– Certamen Jara Carrillo. Premios 2006-2007. Colectivo. Ayuntamiento de Alcantarilla (Murcia), 2007.
– El que en buena hora ciñó espada. Gaceta Cultural del Ateneo de Valladolid, nº 45, 2007.
– La raíz de la luz. Colección Abezetario. Institución Cultural El Brocense, Excma. Diputación de Cáceres, 2007.
– Centro Cultural Blas de Otero, X Premio de poesía. Colección Nos queda la palabra. Colectivo. Madrid, 2008.
– A pesar de las sombras. Amarú Ediciones, Colección Mar Adentro. Salamanca, 2008.
– Palabras con Ángel. Asociación de Escritores de Asturias. Colectivo. Oviedo, 2008.
– Poemas en el Canal . Editorial: Tres Fronteras- Asociación Canal Literatura. Colectivo. Murcia, 2008.
-VIII Certamen Poético Ramón de Campoamor. Colectivo. Ayuntamiento de Navia. KRK Ediciones. Oviedo, 2009
– Almas. Fundación Valparaíso. Almería, 2010.
– Recuerda, corazón. Bohodón Ediciones. Sevilla, 2010.
– Lunas. Excmo. Ayuntamiento de Bujalance e I.E.S. “Mario López”. Córdoba, 2012.
– Donde la nieve. Excma. Diputación Provincial de Soria. Soria, 2012.
Poemas suyos figuran en revistas, antologías y páginas web, y han sido traducidos al francés y al inglés.
Mensaje para los próximos participantes.
Os animo a participar en el Certamen “Poemas sin rostro”, entre otras razones porque se trata de un concurso único, novedoso, transparente, en el que los poemas pueden leerse casi al momento de ser enviados; por otra parte, es posible emitir opiniones acerca de ellos, no cuesta nada mandarlos (las copias y el certificado en correos salen algo caros) y hay una dinámica que no existe en los certámenes al uso. Internet nos ofrece múltiples posibilidades, pero ésta, que es una realidad y que se debe al buen hacer e imaginación de la presidenta del canal, nuestra querida María Luisa, no debéis desperdiciarla si sois amantes de la poesía.
Yo resulté ganadora del primer certamen “Poemas sin rostro” y puedo decir que casi fue mi bautizo, aunque ya tardío, en el mundo de la poesía. La emoción que sentí al recibir la noticia fue indescriptible; el premio me animó a seguir escribiendo, y, sobre todo, a leer bastante (nunca es suficiente) poesía. Aunque ya antes había jugado en ocasiones a ser poeta y por mi condición de profesora había hecho comentarios de textos de autores consagrados, es a partir de este certamen cuando entro de verdad en este fascinante mundo… y ¡qué mundo, Dios, qué mundo! Descubrí que el universo puede caber en un poema, que el amor puede anidar en un verso, que una palabra es capaz de llevarnos volando al infinito. Pienso que sólo la poesía, la música de la palabra, puede explicar un poco nuestra existencia, este hermoso misterio del vivir, del amar y del pasar.
Opino que para escribir poesía se necesitan, además de inspiración y trabajo (Lorca decía: “Si es verdad que soy poeta por la gracia de Dios – o del demonio-, también lo es que lo soy por la gracia de la técnica y del esfuerzo…”) soledad, silencio y sensibilidad, que no sensiblería. El solo hecho de crear, de explorar nuevas tierras con la palabra es ya gratificante, así que adelante, poneos a escribir y enviad vuestros poemas al certamen. Os deseo lo mejor.
Antonia Álvarez
Fotos 2006
Poema ganador del Primer Certamen
«Poemas sin Rostro» 2005
Antonia Álvarez y María Luisa Núńez, Directora del Canal Literatura.
Fotos 2010
Antonia Álvarez entregando el premio al ganador José Clemente Lara
Jurado y Ganadores
Antonia con resto de Jurados, amigos y colaboradores.
Entrevista en el Diario de León 2011
por JOSÉ ENRIQUE MARTÍNEZ
13/11/2011
—A mí me llegó tarde el conocimiento y la lectura de su poesía. En realidad, supe de ella por su libro Recuerda, corazón, del 2010. Sin embargo, es autora de, al menos, seis poemarios anteriores. Me gustaría saber cuándo descubrió el fervor por la poesía, como lectora y como poeta.
—Bueno, la verdad es que empecé a escribir poesía a los 13 años, quizá antes; aún conservo esos primeros poemas de ritmo muy marcado, como consecuencia de la lectura de las poesías más conocidas de Rubén Darío. Revolviendo en las arcas de la casa de mi madre, en Rabanal de Luna, sigo encontrando poemas escritos a los 15, 18, 20 años. Como es de suponer, son poemas malos, sin pulir, dictados por sentimientos o sucesos que de algún modo me impactaron en su momento. Luego vino un largo silencio, y cuando dispuse de más tiempo libre, fui adentrándome más en la poesía, hasta el punto de hallar un mundo apasionante, del que ya no podría prescindir. Como lectora, descubrí la poesía leyendo a Rubén Darío, escuchando romances de boca de mi madre, leyendo las obligadas lecturas de Bachillerato, traduciendo a los 16 años la Eneida de Virgilio… Me licencié en Filología Románica y di clases de Lengua y Literatura, también de Latín, Griego, Francés, y, por supuesto, ahí estaba siempre presente la poesía, en las lecturas de clase, en los comentarios de textos poéticos con los alumnos. En cuanto al libro al que aludes, Recuerda, corazón, que es el único que no es fruto de un premio literario, me lo pidió una editorial de Madrid, Bohodón Ediciones; tengo que decir que una parte está dedicada a un buen amigo, a una gran persona, José Jerónimo Ramos, «Josín», cuya pérdida aún lloramos.
—Por otro lado, la mayoría de sus poemarios se publican al calor de los premios conseguidos, que son muchos. Recuerdo aquí algunos como el «Pastora Marcela», el «Nicomedes Sanz y Ruiz de la Peña», el «Víctor Jara», el «Poeta Mario López», de este mismo año, y que le publicarán en el próximo, etc. ¿Qué han supuesto para usted tales premios y qué importancia da a los mismos?
—He de decir que no escribo para ganar premios, sino casi por necesidad. Necesito escribir para entenderme a mí misma y al mundo que me rodea. Escribir me evade y me cura, y si lo que digo llega al lector, mucho mejor. Me gusta jugar con las palabras, llegar hasta su raíz, estudiar su etimología, exprimir sus connotaciones…, descubrir su magia. Los premios fueron llegando con sorpresa por mi parte, y con mucha alegría, a qué negarlo; pero, sobre todo, me dieron la oportunidad de ver publicado lo que escribía; eso fue lo principal, la publicación. No es fácil publicar, menos poesía, pero gracias a estos premios, promovidos muchos de ellos por ayuntamientos de pequeños pueblos, por entidades preocupadas por la cultura, es posible que algunas obras vean la luz, cosa impensable de otro modo, a no ser que el autor financie su propia publicación. Por otra parte, andan por la red algunas poesías mías de hace ya años, apenas trabajadas, primerizas, pero que sorprendentemente están en blogs o webs de otros países, y algunas recitadas y traducidas al inglés. Actualmente el papel de Internet en la difusión de la poesía es muy importante; hay que tener muy en cuenta la Red y valorar este hecho positivamente. Existen páginas webs, como Canal Literatura, que promueven certámenes de narrativa y poesía gracias a los cuales se pueden leer, comentar y premiar obras de autores noveles, y su labor es magnífica en este sentido.
—¿Y cómo se explica que, con tantos reconocimientos, a una excelente poeta leonesa, de Babia, apenas la hayamos tenido en cuenta en su tierra?
—Bueno, lo de excelente poeta me parece demasiado; sólo soy una aprendiz de poeta; aprendo de todos los poetas que leo, todos me aportan algo, algunos muchísimo. Tampoco me preocupa mucho la notoriedad. Ten en cuenta, además, que hace sólo unos cinco años que me publican, cuando empecé a ganar algún premio. Soy nueva en esto de la poesía, aunque no en edad, pero lo cierto es que llegué a este mundo ya un poco tarde; aunque bien pensado, nunca es tarde para llegar a nada, y menos a la poesía. En cuanto a lo de poeta de Babia, he de decir que, aunque nací en Babia, en Pinos concretamente, la verdad es que a los pocos días aterricé en Rabanal de Luna, pueblo que está muy cerca del anterior, y allí pasé mi infancia, allí voy con frecuencia, allí vive mi madre… Es decir, que cuando no estoy en Gijón, ciudad a la que le tengo gran cariño, «Estoy en Babia o Luna». La verdad es que son pueblos mágicos, preciosos.
—Ahora conozco, por deferencia suya, casi todos sus libros. Me sería difícil escoger uno entre todos, pero si tuviera que hacerlo, quizá me quedaría con Almas, del 2009, acaso por la original poetización de las cosas que nos rodean, una silla –este me gusta mucho-, un cajón, el espejo, la ventana, etc. Pero la pregunta es: ¿Nota alguna evolución en su poesía?
—Sí, ha habido evolución formal y temática, y mucha. Yo empecé (hablo de estos últimos 6 ó 7 años) haciendo sonetos, romances, poesía rimada. Descubrí que la rima salía con facilidad, que tenía cierta musicalidad lo que escribía. Me entrené y estrené con la rima, y con rima llegaron los primeros premios y alguno de los posteriores, como el «Víctor Jara». Luego vinieron el verso libre y el blanco, y puedo decir que ahora escribo sobre todo en verso blanco, aunque no dejo de hacer sonetos, silvas asonantadas o romances. En cuanto a la temática, también ha habido cambios importantes; de una poesía de contenido amoroso fundamentalmente, pasé a otra más metafísica, más profunda y meditativa, creo, menos edulcorada.
—Anoto otros títulos significativos, como La raíz de la luz (2007) y A pesar de las sombras (2008). A veces, en la lectura, me he preguntado si sintetizan en su brevedad algunos aspectos del mundo que expresan sus versos.
—Si te refieres a que algunos de mis versos pretenden expresar mi particular visión del mundo, pues te diré que sí. A veces la poesía trata de explicar lo inexplicable, de llegar a las causas últimas. Lo decía María Zambrano: «La palabra de la poesía quiere fijar lo inexpresable, porque quiere dar forma a lo que no la ha alcanzado: al fantasma, a la sombra, al ensueño, al delirio mismo». Por otra parte, la poesía no tiene por qué ser una autobiografía sentimental, pero es evidente que en ella se plasman muchos aspectos de tu personalidad, la experiencia lectora, los recuerdos de la infancia, las vivencias, la sensibilidad, el mundo en el que vives y tus circunstancias… Hay gente que piensa que un poema se escribe al calor de un desengaño, de una pérdida, con la mente encendida por eso que acaba de sucedernos. Pero no, ya lo decía Wordsworth
hace mucho: «El poema nace de la emoción revivida en tranquilidad». La poesía requiere reposo, sosiego, un largo proceso de selección, de poda; hay que volver sobre el poema una y otra vez, aunque la inspiración inicial es clave. Y creo que me salí de lo que me preguntabas, pero deseaba añadir esto.
—Habiendo nacido en una comarca tan hermosa como Babia, la naturaleza tiene que ocupar por fuerza un espacio importante en su poesía, frente a la frecuencia del ámbito urbano en otros poetas. ¿Es correcta tal apreciación?
—Muy correcta tu apreciación. Mi infancia transcurrió en un hermoso pueblo, Rabanal de Luna, justo donde empieza Babia y está la hermosa ermita de Pruneda. Y nací en Babia. No fue una infancia con comodidades, hacía mucho frío en invierno, la economía era de subsistencia, se vivía de unas pocas vacas, había que encender la estufa de la escuela muy temprano, nevaba (cuánta nieve entonces, y qué belleza el paisaje blanco); llegaban las primeras violetas, y luego, la primavera con toda su fuerza. El otoño sigue siendo precioso allí. Todo era un continuo asombro, el monte, la inmensa peña que preside el pueblo, el río truchero, los chopos, la braña… Y todo ello está en mi poesía, me nutro de esa naturaleza espléndida que me rodeó en mi infancia y me sigue rodeando cada vez que voy a Babia y a Luna. Lo urbano tiene menos relevancia en mi poesía, pero no por eso me parece menos interesante.
—En relación con las dos preguntas anteriores, ¿qué motivos principales inspiran su poesía?
—Pues yo diría que un sentimiento exacerbado del paso del tiempo, una pena sin fondo por todo lo que se va perdiendo, aunque esa pérdida tiene, en su íntima tragedia, una gran hermosura, por cuanto esta existencia, tan breve, nos permite ver el milagro de todo lo que nos rodea, ser testigos por un momento del prodigio. Otras veces intento indagar, por medio de la palabra poética, en el misterio del universo, bucear en las eternas preguntas: de dónde venimos, hacia dónde vamos. También el amor forma parte de mi poesía, el amor como pérdida, el amor como búsqueda del ideal, a veces el amor cumplido. Y además, la memoria, los recuerdos, el inexorable olvido… y, como dijiste anteriormente, la naturaleza rodeándolo todo.
—No sé si sería mucho pedir que en pocas palabras sintetizara su idea de la poesía, su «poética», como se suele decir.
—No me gustan las poéticas, me da la sensación de que desvirtúan la poesía. Pero tengo unos versos que podrían sintetizar mi modo de ver el acto poético: «Cuando el verso brotó de la palabra, / se vistieron a un tiempo / las ideas y el mundo, / y el llanto se hizo música». Para mí la poesía es, esencialmente, palabra elevada a música y emoción. Creo que la música, esa música particular que cada poema ha de tener en consonancia con el tema que trate, es un elemento necesario en poesía. Y la emoción, fundamental también. Me viene ahora a la mente algo que escribió Carlos Drummond de Andrade: «Penetra silenciosamente en el reino de las palabras. Allí están los poemas que esperan ser escritos… Convive con tus poemas, antes de escribirlos. Acércate más y contempla las palabras».
—Con mucha frecuencia sus libros y sus poemas llevan citas previas, pero siempre de los grandes poetas: Virgilio, Valente, Góngora, Claudio Rodríguez… Supongo que, en parte, reflejan lecturas de cada momento. ¿Con qué poetas se siente más identificada? Planteado de otra manera: ¿Qué poéticas o poetas concretos de antes y de ahora le han interesado más? Algunos versos preferidos.
—Pues en primer lugar, Virgilio. En la Eneida, en sus hexámetros, encontré y sigo encontrando una música infinita, unos recursos estilísticos maravillosos. A Virgilio vuelvo con frecuencia, a la Eneida, a sus Geórgicas y Bucólicas también. Me encantan Garcilaso, los poetas del Siglo de Oro, el Góngora del Polifemo, el Romancero, la lírica tradicional… Más adelante, el gran Antonio Machado, mi preferido junto con Virgilio, Octavio Paz, Vallejo, Claudio Rodríguez, Valente me gusta mucho, Cirlot, Rejano, Ory, Cernuda, todos los de la Generación del 27, qué sé yo…, los simbolistas franceses, Eliot. En cuanto a poetas de ahora, hay muchos también: Brines, Antonio Colinas, Mestre, María Rosal, Francisco Álvarez Velasco (al que agradezco infinitamente el ánimo que me dio cuando empecé a escribir), Luis Alberto de Cuenca, Rosa Romojaro, López Andrada, María Granata, Juan Ramón Barat, muchos más. Mis dos versos preferidos… Es muy difícil, pero si tuviera que elegir, me quedaría con éstos: «suadentque cadentia sidera somnos», de Virgilio, Eneida, libro II; y «Desde el umbral de un sueño me llamaron» de Machado.
—¿De dónde le viene esa vena poética? ¿Hay en su familia alguna persona que haya escrito o escriba poesía?
—Mi abuelo materno Venancio, al que conocí muy poco, era un gran lector y escribía versos. Y un primo, Ángel Díez, de Babia también, escribe una poesía llena de musicalidad y emoción.
—¿Sigue atenta el curso de la poesía de este momento? Si es así, ¿cómo la valora?
—Sigo con bastante atención la poesía que está haciéndose ahora mismo, y procuro leer las novedades y las publicaciones de los premios importantes; por otra parte, he sido y soy jurado de premios de poesía como el Internacional Ateneo Jovellanos (decir, por cierto, que hay muy pocas mujeres, a veces ninguna, en los jurados de los premios de poesía), y eso me obliga a leer los poemarios que van llegando a los certámenes y a ponerme al día. En cuanto a la valoración, pues me parece que hoy hay una gran variedad de propuestas poéticas, todas dignas de tener en cuenta: gente joven que escribe muy bien y aporta cosas nuevas, escritores consagrados que siempre nos llegan al alma y se inventan continuamente…
—Finalmente, en un mundo tan amenazado por guerras, desechos nucleares, deforestación y desertización, tsunamis, peligros llegados del espacio, crisis económicas, hambres y demás, ¿qué pinta la poesía?
—Todo, la poesía lo pinta absolutamente todo. Si no hay poesía en la vida (aunque no se escriba), yo diría que casi no hay verdadera vida. Porque la poesía es un modo especial de verlo todo, un modo de ser, no simplemente de «estar» en el mundo, una proyección del hombre necesaria, que nos distingue de los animales. Y poesía, seguro, hubo ya desde que el hombre es hombre, desde que sintió amor o lloró por una pérdida. Es cierto que no puede parar guerras o remediar las penurias de los más desfavorecidos, pero sí aportar una nota de pureza, de idealidad, tan necesarias en este mundo marcado por la prisa y el pragmatismo. Y, aunque es un género minoritario, aunque parece que no se lee apenas poesía, lo cierto es que ahí está, que nunca morirá mientras el hombre siga respirando sobre la tierra, amando, llorando, incluso concluyendo su camino. Y así Colinas, en el conocido canto X de «Noche más allá de la noche», pone en boca de un soldado moribundo en las frías tierras de Hispania: «Grabad sobre mi tumba un verso de Virgilio».
La poesía y los poetas Antonia Álvarez 22/09/2013
Publicado en el Podcast La poesía y los poetas el 17/09/2013, en Arte y