Hace aproximadamente 15 días que me encontré con este vídeo leyendo las recomendaciones que hizo mi amigo David Soler en un post, «Ser crítico o dorar la píldora«,donde reflexionaba sobre las distintas actitudes que podemos encontrarnos en las relaciones humanas y en la importancia de la crítica constructiva para el desarrollo de un proyecto, sea este el que fuere, aunque él se centrara más en el ámbito profesional al igual que la conferenciante del vídeo Margaret Heffernan.
Desde entonces lo he visto varias veces con atención y creo que es sumamente interesante. Por eso lo dejo aquí para que lo veáis y saquéis vuestras propias conclusiones.
Por mi parte quiero señalar la importancia de las últimas reflexiones que hace Margaret Heffernan al final de su discurso, porque efectivamente para disentir, primero se tiene que haber aprendido a pensar, a argumentar, a expresarse adecuadamente sin ofender al interlocutor. Las opiniones tienen que basarse en el conocimiento de la situación o del problema; de la empresa o de la comunidad y eso incluye el estudio, la reflexión, el análisis y la conclusión que sustenta una opinión propia.
De igual modo hay que aprender a escuchar con respeto las diferencias de opinión e intentar convertirlas en un aliciente para la revisión ya sea para reforzar nuestra opinión o para cambiarla sin ningún temor si es necesario y los argumentos de quien los esgrime son convincentes . Los que nunca cambian o mejoran sus argumentos y sus actitudes, es porque no se nutren de otras opiniones, no contrastan, no piensan y por tanto no aprenden.
En la era de las telecomunicaciones instantáneas que nos toca vivir, con un flujo de información que desborda, en ocasiones, nuestra capacidad de procesamiento, es quizá más importante todavía desarrollar estas aptitudes. Hay cierto cansancio del exabrupto, el insulto en primera instancia, del repetitivo mensaje «consigna» en el que nadie se ha parado un segundo a reflexionar su veracidad o su congruencia. Sin embargo, también es cierto y muy positivo, que tengamos a nuestra disposición miles de puntos de vista de una realidad que, por su complejidad, es incompleta y limitada.
Lo más gratificante que nos ofrece la red, es la posibilidad de expresarnos libremente, ofrecer nuestra parcela de conocimiento, nuestro punto de vista personal que se ha fraguado con una experiencia vital determinada por circunstancias muy particulares y que es esencialmente un punto de vista único.
Falta quizás que todos aprendamos a opinar y disentir con criterio argumentado y evitando la ofensa personal con un afán constructivo para «pensar y aprender juntos».
María Luisa Núñez.
CEO del Portal Canal Literatura.
Especialista Universitario en Sistemas Interactivos de Comunicación.
Pues magnífico, Luisa. Estoy completamente de acuerdo en la necesidad del cultivo de la crítica y de que esta deba basarse en el conocimiento del hecho, circunstancia o campo del que se hable, en el respeto del interlocutor y la actitud constructiva. La frase destacada en negrita podemos darla por axioma. Gracias por compartir reflexión y video.
Desgraciadamente, hay quienes no quieren trabajar en equipo y hacen todo lo contrario de lo que se aconseja aquí: se rodea de gente mediocre que no les haga sombra. Aparte de que recibir críticas, aunque sean constructivas, y «bajarse del burro» no es un deporte en el que destaquemos especialmente.
Deberíamos aprender que no solo no tenemos siempre la razón, sino que es bueno no tenerla. Y que, a veces, para ver las cosas mejor, hay que encontrar un buen contraste.
Creo que he circunscrito mi comentario a una parte sola del artículo y del vídeo que lo acompaña, pero es que ese aspecto me parece digno de análisis por lo que refleja.
Un abrazo.