1- Un nuevo gesto de mi derrota. Por El chico de las palomitas
- 23 septiembre, 2012 -
- Relatos -
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Son las siete y media de la mañana. Radio Ladrillo Fm les desea buenos días y les informa que el Banco del Cemento Europeo ha vuelto a elevar un punto los tipos de interés, a pesar de sus promesas de no volver a hacerlo hasta el año que viene, pero según nos informa la Agencia Eñe, el Presidente de dicho Banco se ha visto obligado a tomar esta decisión para enfriar el mercado inmobiliario. Este incremento de tipos, como todos ustedes ya conocen, supone que el Euribor también experimentará una subida, lo que a su vez supondrá el enésimo encarecimiento de las hipotecas, que como media, acarrearán un gasto de mil euros anuales más para todas aquellas familias que les toque renovar su hipoteca de aquí a final de año… Asimismo, según los datos del paro proporcionados por la Secretaria de Estado para el Desempleo, éste se vuelve a incrementar en cuarenta y cinco mil seiscientas cinco personas, lo que eleva la cifra total a casi cinco millones de desempleados en nuestro país, destacando, como viene siendo habitual en los últimos años, un aumento todavía muy significativo del número de parados en el sector de la construcción…
Salgo de la cocina como un muelle al que le han liberado de su resorte, y no me doy cuenta que en realidad lo único que consigo es dejar de escuchar tu voz. El único límite que me queda por traspasar es la barandilla, pero mi imaginación todavía no ha adivinado un truco para saltármelo. Me quedo mirando cómo los niños entran en el colegio que tenemos enfrente de nuestra casa, ruidosos y ajenos a los problemas de los mayores. ¿Qué recuerdo les quedará de nuestras vidas? Las guerras de hoy no se libran en un campo de batalla, ni los soldados portan armas. Ahora simplemente somos y nos comportamos como hormiguitas que van y vienen a su puesto de trabajo sin derecho a protestar. El miedo nos vence y nos castiga con el silencio más absoluto. Atados de pies y manos, avanzamos sin conciencia, encerrados en un caparazón del que ya jamás saldremos. ¿Y todo esto para qué? Bailarines sin música y actores sin teatro, eso es todo lo que somos.
Dilapido mis estériles pensamientos en la fosa común de los héroes mudos y las voces sin eco, y me concentro en el dolor que me persigue desde hace tiempo. Algo dentro de mi cabeza quiere acabar conmigo, y lo hace concentrando pinchazos intermitentes en mi lóbulo izquierdo. Cuando dejo la mente en blanco, mi enemigo se aprovecha, y ¡zas!, inicia su ataque. Es un dolor que no me paraliza y de momento no me deja secuelas. No sé cómo explicarlo, pero es un dolor diferente a mis habituales jaquecas, por eso me desconcierta. He intentado acabar con él utilizando mis pastillas habituales, pero no me hacen efecto. Ahora estoy a base de valerianas, pero tampoco parece que vayan a ser la solución. Los médicos siempre me hablan del estrés, de la vida que llevo y de un sinfín de razones más. Yo no los entiendo, porque mi vida no es muy distinta a las suyas. Todo se resume a trabajar e ir tirando, como una persona que asimila que es un animal subyugado al carro de sus contradicciones diarias. Al final siempre me hago la misma pregunta: ¿por qué me compré esta casa?
Soy consciente que por mucho que huya nunca conseguiré liberarme de mi destino. Intento evitarme a mí mismo ese nuevo gesto de mi derrota pensando en ti y en tu brillante carrera en las ondas. Cada vez estoy más convencido que tu voz es el particular salvavidas de todos aquellos que te escuchamos mientras atravesamos nuestros océanos de desdichas sin causa.
Son las siete y cuarenta y cinco minutos de la mañana. Siguiendo con el boletín de noticias más destacadas en el ámbito inmobiliario y de la construcción, ahora tenemos que hacer referencia a esta casa. Radio Ladrillo FM les informa que su Consejo de Administración presentó ayer un expediente de regulación de empleo ante las oficinas del CIMIENTO que afectará al cincuenta por ciento de su actual plantilla. La empresa hace saber a todos sus oyentes, que dicha medida acarreará un cambio radical en su parrilla de programación, que también se reducirá a la mitad…
Ladrillo, cemento, cimiento. ¿De qué sirve tanta majestuosidad en los términos si todos se caen a la primera bocanada de aire como la casa de paja del cuento de los tres cerditos? ¿Qué somos, hormigas o cigarras? Ten cuidado, nada es lo que parece, me dijo mi padre el primer día que me fui a trabajar; ¿y tú? Tú tampoco me advertiste de tus futuros peligros, y ahora me dejas sumido en la cadencia de las promesas rotas. Como no soy capaz de cargar con este nuevo peso sobre mi cabeza, prefiero perder el tiempo pensando en Ramón. Al despedirse me dijo: me alegro de verte. Yo también me alegraba, porque haberle visto suponía esbozar una sonrisa entre tanto tormento. Sin embargo, todo cambió cuando llegué a casa y abrí el buzón para coger la correspondencia. Sólo había un sobre blanco con letras rojas. Cuando lo fui a coger se me cayó al suelo. Ahora que lo pienso, fue un acto reflejo. Quizá a esa distancia mi perpetua ingenuidad creía que iba a mirar los futuros acontecimientos con algo más de serenidad.
Le he contado a mi gestora lo de mis dolores de cabeza. Ella me ha dicho que sí sabe de dónde proceden, y yo la he respondido que es mi mejor médico. Los dos nos hemos echado a reír, pero era una sonrisa nerviosa. Ella me ha tratado con la misma educación que siempre, pero su mirada al despedirse ha sido como un espejo en el que de nuevo he visto reflejado un nuevo gesto de mi derrota.
Radio Ladrillo FM, en su política de cercanía al ciudadano y sus intereses, les va a ofrecer a continuación una serie de consejos a tener en cuenta a la hora de dirigirse a su oficina bancaria para resolver sus problemas de índole financiera, y para ello, hemos invitado a nuestro experto en temas económicos Crédito Cero, para que nos oriente acerca de cómo debemos presentarnos en las oficinas bancarias dependiendo del caso en el que nos encontremos…
Menos mal que sigues acunando mis desgracias con tu dulce voz. En este tobogán en el que me hallo metido, tú me elevas a lo más alto del tirabuzón. Gracias por decirme que no serás una de las personas despedidas en el ERE de la emisora. Soy un idiota, lo sé. Nada más darme tan grata noticia, regresé a ese terreno donde sólo habitan la justicia y las buenas intenciones. Y ahora que de nuevo te oigo dando noticias y consejos, pienso que podrías haberme asesorado antes de entrar en la oficina bancaria para hablar con nuestra asesora. Como soy tan lelo, no he caído en que éste es mi gran secreto, y que por tanto, tú desconoces mis avanzadillas y retrocesos en esta interminable reyerta de números, liquidez y tantos por ciento. Según tu experto asesor financiero, que además de Catedrático en Ciencias Expropiantes es Máster ÑBA en Recursos Inhumanos, hay que ir bien vestido y exigiendo si vas a pedir una hipoteca o a dejar un importante depósito de dinero en el banco; o con aspecto descuidado sin caer en la indigencia, si vas a renegociar la hipoteca o no puedes pagarla. Mi caso es el de los que no pueden pagar la hipoteca, es decir, nada original. Según tu experto financiero, no debería haber ido muy bien arreglado, sólo aseadito y poco más. Sin embargo, yo no he sabido representar aquello que no soy. Tampoco quería, que por sucumbir ante un nuevo gesto de mi derrota, nuestra gestora pensase que las cosas iban peor de lo que dicen nuestros números bancarios. Algo si es verdad, mi cara es el reflejo de nuestra situación.
El último consejo que me llegó a través de las ondas de tu emisora, fue que había que ser sincero y que había que recalcar la intención de quedarse con el piso por encima de todo. Esta última aseveración, imagino que significa echar a la familia por delante, a aquellos que por suerte, por prudencia, o por edad, no son víctimas de esta vorágine financiera.
Al llegar al trabajo me han comunicado que a partir del mes que viene no cobraré la productividad. Un hecho, que por esperado, no deja de ser menos cruento, porque significa que ganaré menos. Me acabo de acordar de mi amigo Ramón, él seguramente no lo sabe, pero los sueldos de la mayoría de los funcionarios de carrera son mileuristas. Trabajar enla Administraciónsignifica muchas cosas. Una de ellas es no poder afrontar la crisis, y otra, no disfrutar de la mayoría de las cosas que salen anunciadas por la televisión…
Cada vez que pienso que tengo que contártelo todo, me encojo como un gusano allí donde me encuentro, y me convierto en un minúsculo objeto inanimado. Sí, antes de confesarte la verdad, prefiero ser un cobarde y escapar hasta un lugar donde no existan las hipotecas, los Bancos o las crisis financieras. Un lugar donde los que sostienen el sistema no tengan que pagar la codicia de aquellos que se autoproclaman como guardianes del dinero o de la cosa económica. Y ahí me paro, porque tu imagen vuelve a mí y me devuelve la cordura y me recuerda que existe otra opción: ir a ver a Ramón. El día que nos encontramos, me dio una tarjeta de la sucursal bancaria donde trabaja que pone: Asesor Financiero. La verdad es que suena bien, pero me da vergüenza recurrir a él, así, a la desesperada. Pero esa no es la cuestión, porque ahora debo tragarme mi orgullo e ir junto a Ramón. No sé por qué, pero siempre he confiado en la bondad de los extraños.
Ramón es una buena persona. Me ha dicho que no me preocupe, que el Euribor bajará un poco el año que viene y mi hipoteca también lo hará, que no me agobie si tengo que acudir a pedir ayuda a mi familia durante unos meses, que al final es lo que hace todo el mundo. Antes de irme, le digo que ser funcionario no es un chollo, pero esta vez él no me dice nada, porque su mirada es sólo la de un asesor financiero de un Banco, es decir, la de un desconocido.
Desde que salí del Banco me siento como un soldado que ha perdido la batalla, y creo que mis cenizas son mi conciencia, y mi dolor mi cobardía y mis heridas la falta de esperanza. Hoy, por fin, me has preguntado qué me ocurre últimamente, pero no he sabido decirte la verdad. Sí, de nuevo he sido capaz de esconder dentro de mí ese nuevo gesto de mi derrota que me persigue desde que soy consciente que no podremos pagar la hipoteca el mes que viene. Tú, pura y transparente como una ninfa, te has sentado a mi lado en el sofá y me has susurrado al oído que nos fuéramos a dormir, que mañana teníamos que madrugar para ir al trabajo. Yo, sin embargo, no he sido capaz de responder como se merece a ese gesto tuyo de cercanía y complicidad, como tampoco he sabido decirte nunca que te quería de la forma que a ti te gustaba. Soy un hombre derrotado, aunque todavía no me hayan vencido. Una vez soñé con una casa grande, cerca del campo, y también soñé que tendría muchos hijos, y que ellos llenarían esa casa… Qué malo es tener sueños, corres el peligro de que nunca se cumplan.
Gracias Tomás.
Muy bueno, me gustaría tener una emisora que al menos entretuviera.
Suerte
Muchas gracias Hombre sin abrigo. Que tengas muchos votos tú también y ¡suerte!
Acabo de salir del trabajo y me dispongo a hacer algunos votos. He decidido leer todos los relatos, en orden de llegada, del uno al 265. Lo haré, por supuesto, a plazos. Por lo pronto aquí te dejo, Chico de las palomitas, mi primer voto de la noche.
Sussan, muchas gracias por tu apoyo. Me alegra que te haya gustado. Desgraciadamente es un tema que está muy de actualidad con los deshaucios, uno de los grandes sinsentidos del mundo civilizado.
De acuerdo con Rulfo y Hombre sin abrigo,me ha gustado mucho como cuentas la desesperanza que vivimos pero además como hablas de las apariencias y como trasformarse según con quien y como. Una sociedad donde no podemos ser, sólo ejercer de figurantes.
Muy bien escrito.
Chico de las palomitas, ahí tienes mi voto.Suerte
Muchas gracias por tu comentario Hombre sin abrigo, porque lo que apuntas es muy cierto, y humildemente esa fue mi intención a la hora de crear este relato.
Un saludo.
Creo, personalmente, que uno de los rasgos de la buena literatura es hacer memorables a personajes y situaciones que, en otras circunstancias, nos parecerían en exceso ordinarios o hasta asfixiantes. Este relato tiene el poder de convertir la tragedia de la industria de bienes raíces en algo estético. Felicidades y suerte, Chico de las palomitas.
Hola, chico de las palomitas.
Dices que Camus y Cortázar hoy habrían tenido que autoeditarse porque sus lecturas no eran «entretenimiento»… No te entiendo, y menos qué tiene que ver eso con tu relato, que, aunque tomado de la actualidad más cotidiana y dura, es amenizado con humor. Pero vivan la poesía y el amor, vivan…
Creo que has sido demasiado deprimente. No es que no sea real, pero hay tanta miseria… miremos un poco más profundo… hay hambre, sin necesidad, pues en realidad no hay falta de comida en el Planeta sólo que el que no tiene dinero no come. Quieres una verdad más cruel…
Muchas gracias Biznaga. Me alegra que te haya gustado. Has cogido la esencia del relato al vuelo. Un saludo y suerte también para ti.
Un buenísimo monólogo interior, como han dicho en algún comentario. El tema: el que nos machaca cada día, pero me ha encantado los puntos de humor de Radio Ladrillo FM, Recursos Inhumanos y tantos otros que has descrito con un cambio de palabra y tanto acierto. Tiene un buen ritmo y un final tan incierto y abierto como el panorama económico actual. Enhorabuena y suerte.
Sacha, gracias por tu reflexión. Un saludo
Todos hemos perdido la batalla, como tu personaje, y todos estamos a punto de perder la guerra.
Suerte en el caos.
Aljibe seguiré tu consejo y ¡gracias! Un saludo
UFFF… Dile a tu personaje que cambie de emisora, que en algunas ponen música genial, capaz de levantar el ánimo más abatido. A día de hoy creo que es lo más sano para acompañar un desayuno.
En fin, buena redacción.
Suerte.
Monólogo de un hombre derrotado, aunque no vencido, como él mismo dice cercano al final. Habla sobre él, principalmente, pero también reflexiona sobre qué recuerdo les quedará de nosotros a nuestros hijos. “Vencidos por el miedo, nos comportamos como hormigas que van y vienen sin derecho a protestar”, declara tras recordarnos que “las guerras de hoy no se libran en un campo de batalla” . Su único consuelo—de él y de todos los que la escuchan— es esa voz de Radio Ladrillo FM, que para él es algo más que una voz. Un tema de rabiosa actualidad, sin duda.
Crónica de la inapelable vuelta atrás que la sociedad occidental afronta, como si, efectivamente, de una tercera guerra mundial con miles de muertos que no lo parecen, se tratase. Me ha gustado tu narrativa, aunque algunas cosas quizá hayan quedado rodeadas de cierta ambigüedad. De cualquier manera, intuyo que esa es su verdadera intención: “cualquiera de nosotros podría ser personaje de la historia”. La ironía empleada en los nombres de algunos organismos, contribuye, a mi juicio—curiosa contradicción—, a esa sensación de que todo está atado y bien atado, y sólo queda recurrir a la ironía para evitar el desmoronamiento personal. Quizá, por decir algo, se podían haber utilizado frases cortas en momentos de mayor intensidad dramática. De cualquier manera, eso corresponde al escritor.
Suerte en el certamen
Lovecraft gracias por tus comentarios y consejos. Tomo nota de todos ellos. Me alegro que te guste el relato. Saludos
Rabiosa actualidad. Desesperanza. Crisis
Bien escrito, estilo directo, sin florituras y sin faltas de ortografía, lo que se agradece mucho. Es difícil no conectar con el argumento, teniendo en cuenta lo que está cayendo sobre nuestras miserables cabezas. El final deja un regusto amargo, con esa frase tan cruda y tan demoledora: «Qué malo es tener sueños, corres el peligro de que nunca se cumplan.»
Los nombres ficticios de organismo y cargos rezuman una ironía muy lograda: Secretaria de Estado para el Desempleo,
Catedrático en Ciencias Expropiantes, Máster ÑBA en Recursos Inhumanos. Me encantan.
Si me permites algunas correcciones:
Estas tres frases, mejor puntuadas así:
“Ten cuidado, nada es lo que parece”, me dijo mi padre el primer día que me fui a trabajar. ¿Y tú? Tú tampoco me advertiste […]
“Algo si es verdad: mi cara es el reflejo de nuestra situación.”
«Me acabo de acordar de mi amigo Ramón. Él seguramente no lo sabe»
En ésta hay dos «nuevo» repetidos al final de la misma frase:
«[…]pero su mirada al despedirse ha sido como un espejo en el que de nuevo he visto reflejado un nuevo gesto de mi derrota.» (yo también he cometido un error similar al principio de mi relato)
En ésta se abusa de la preposición «a»:
«[…] a tener en cuenta a la hora de dirigirse a su oficina bancaria […]»
Y aquí del «había» y «que»:
[«…]que había que ser sincero y que había que recalcar […]»
Y poca cosa más.
Te deseo suerte en el certamen
Que paren el mundo, que tenemos que hacer que se baje un montón de gente. Da miedo, hasta con ironía y todo, da miedo.
Suerte. A todos nos va a hacer falta.
La literatura o el intento de escribir no debe ser ajeno a lo que ocurre cerca o dentro de cada uno de nosotros. En la actualidad, quizá escritores como Camus o Cortazar no tendrían más espacio para publicar que la autoedición. En cuanto propones algo que no es entretenimiento está abocado al ostracismo.Y para que quede constancia: ¡viva la poesía y el amor!
La ironía como contrapunto a la cruda realidad, y la única herramienta con la que nos dejan jugar. Me alegra que te haya gustado.
Parece que no nos libraremos de este mantra (crisis, paro, desahucio, tristeza, derrota) ni tan siquiera en este refugio que supone el Certamen … La realidad de muchos provocada por la codicia de unos pocos. No creo que el final sea triste. Lo es el comienzo, el presente. El final es mucho peor: incierto, oscuro
Relato basado en la cruda realidad de muchas familias en la actualidad; a pesar de ello, tu manera de bautizar ciertos organismos y titulaciones, consigue arrancarme sonrisas. No me gustan los finales tristes pero tu relato sí me ha gustado.