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Abrir menú de categorías 124- Guardián de envidias. Por La mamma
- 24 octubre, 2012 -
- Relatos -
- Tags : 9 Certamen de Narrativa Breve 2012, envidia, profesor, relatos
- 26 Comentarios
Regalar un sombrero al profesor del taller de escritura nos pareció lo más acertado para que no se le escapara la sabiduría.
Le miré con admiración…todavía más distinguido.
Aquel día le pedí que leyera dos novelas mías –extraño, pero él no tenía ninguna publicación-. Días más tarde recibí sus comentarios. Sin darme cuenta, mientras los leía, estrujaba entre mis manos la boina capada de mi padre. Hizo de esponja. La rabia de aquel ser que había considerado superior pasaba del ordenador a mis ojos y de mis ojos a la boina. Sólo sentí lástima, mucha lástima por él, y salí a comprar un sombrero como el suyo. No quedaban. Le habíamos regalado el último.
Aquella tarde lo llevaba puesto. Fue la última clase. Al día siguiente anunciaron su muerte y esa misma anochecida llevaron un paquete a mi casa. Era su sombrero.
Me quedaba bien, pero que muy bien.
Me gustaría encontrar uno de esos sombreros que, una vez puestos, evitan que la sabiduría se evapore de la cabeza. El problema es que tendría que tener finos poros para que dejara transpirar la estupidez que se esconde junto a otras escasas virtudes. Suerte.
Hay que quitarse el sombrero ante tu relato.
Suerte
Creo que es un magnífico microrrelato que esconde a un estupendo ¿aprendiz? de escritor.
Me he quedado con ganas de leerte.
Mucha suerte.
Cuenta Álvaro de Luna que, en el Café Gijón, cuando un contertulio sacaba unas cuartillas dispuesto a leerlas, el otro se defendía diciendo:» Si me lees, te leo».
Y es que los aficionados a esto podemos ser muy pesados. Pero, hombre, ¡Dos novelas!
El relato me gustó. Suerte.
Interesante que con un mismo contorno de cabeza, los dos personajes tuvieran un contenido tan dispar. Suele ser así.
Enhorabuena: con pocas palabras consigues transmitir mucho.
Un relato muy profundo sobre la condición humana. No se puede aprovechar mejor un sobrero.
La mamma:
Pues para no ser brillante el profesor se lo había montado bien.
La envidia puede ser muy dañina y a veces totalmente destructiva.
Buen relato.
Un abrazo.
Me parece un relato precioso, ¿cómo se puede decir tanto en tan poco?
La fábula que ha puesto David me parece muy apropiada. Yo no la sabía. ¿Te sabes alguna más, querido David?
A mi me parece una historia preciosa, ¿cómo se puede decir tanto en tan poco?
La fábula que David ha escogido me parece muy apropiada.Yo no la conocía, pero cúantas sorpresas nos deparará David.
Genial!
Breve e intenso como un café expreso. Muy bueno.
Precioso… como un bonsai muy bien podado, ni sobra ni falta nada.
Una maravilla
LA ENVIDIA DISTINGUE AL VALIENTE DEL COBARDE ¿PENSAIS QUE EL COBARDE VA ACABAR SIENDO BIZARRO ALGUNA VEZ? ¿O SON LA LACRA DE LA SOCIEDAD? NADIE ES MAS QUE NADIE, EN LA VIDA SE APRENDE NO SE ES NECIO
Un relato sencillo sobre uno de los rasgos de la personalidad: ese complejo territorio donde se cocina nuestro comportamiento. Diván
Un gran relato! Genial!
Me encanta. Eso de que el profesor haga una crítica demoledora es lo suyo en un taller de escritura. A mí me parece que lo de suicidarse y mandarle el sombrero es un buen final. En cierta forma es un homenaje del maestro hacia el discípulo. Me gusta también que el alumno se ponga el sombrero del maestro y se sienta bien.
Mucha suerte para el concurso. Es un buen relato.
Cuando un maestro no acepta que su alumno le supere, hay que dudar de su valía. El alumno superó al maestro, por que el maestro si valía.
Un relato inteligente, mordaz, caústico, divertido, !!!genial!!!
Pues si, estoy de acuerdo con casi todos los comentarios. Pocas pálabras y alto contenido. La vida es así, y la envidia es el mal de muchos. Aprendamos a quitárnosla de encima. Muy bueno.
Una triste lección magistral.
«Todo poder conlleva una gran responsabilidad». En un primer momento, esta claro que tuvo un ataque de rabia, envidia, porque hubiera publicado mas que él.
Pero luego le devolvio el sombrero porque acepto que en realidad era mejor que él, se lo merecia mas el estudiante. «Rectificar es de sabios», es algo importante que no todos son capaces de hacer, ni valorar.
Me ha gustado mucho el relato, en tan pocas lineas se pueden decir tantas cosas, incluso hacer pensar. Tambien estoy de acuerdo con los comentarios anteriores, de Carlos y David.
Me parece un relato muy auténtico y real que te invita a reflexionar sobre la calidad humana.
¿El Maestro no pudo soportar que su Padawan fuera mejor que él y tuviera mayor éxito? Por eso tras tratar de hundir su trabajo con múltiples descalificaciones se da cuenta de lo ruin y mezquino que ha sido, y desaparece….
Pues, obviando el final señores…real como la vida misma!!
¡Que bonito lo de la serpiente y la luciernaga!…no conocía esa fábula.
Cuenta la fabula de la luciernaga y la serpiente, que esta ultima quiso acabar con aquella porque no soportaba verla brillar.
A veces el brillo de los demas, hace que los mediocres no soporten su propia existencia.
Es un gran relato, lo he entendido creo que perfectamente, lo escribiré de otra forma, como yo lo interpreto:
Yo admiraba mucho al profesor del taller literario. Todo el grupo estaba muy contento con él. A final de curso decidimos regalarle un sombrero para que nos recordara. Y aquel día, al ponerse el sombrero, me pareció todavía más distinguido. Pero me llevé una gran sorpresa al conocer su mediocridad, fue cuando le pedí que me diera su opinión, que hiciera una crítica, a las dos novelas que yo había publicado. Ahí, no pudo. La crítica fue rastrera, no era una crítica constructiva, sino que ahí vi, que me envidiaba profundamente. Entre líneas se leía que no podía soportar ser un escritor y no haber publicado nunca. Y por eso, aquella noche se suicidó, pero antes me envió su sombrero. Y me lo puse porque me sentaba bien, porque yo podía ser un mejor profesor.
Pues no sé… A mí, en el improbable caso de llegar a profe de taller literario, un alumno me encasqueta un sombrero y dos novelas para corregir y no me vuelve a ver el pelo ni siquiera virtualmente, oigan.
De todos modos, me parece que no lo he entendido.
Suerte, en cualquier caso.
Aviso para navegantes (mejor, para profesores de talleres de escritura creativa): ojo con los comentarios sobre los trabajos de vuestros alumnos. Si sois demasiado severos podéis perder la cabezo (o como mínimo el sombrero).
Microrrelato tragicómico, espero que no autobiográfico.
Suerte para el certamen