140- La Máquina. Por Paravoti
- 26 octubre, 2012 -
- Relatos -
- Tags : 9 Certamen de Narrativa Breve 2012, experimento, relatos
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Los pasos resonaban por la galería, eran unos pasos cortos y rápidos; señal inequívoca de que su dueño estaba ansioso por llegar a su destino. El hombre, de mediana estatura, bastante delgado y con una barba descuidada, ni siquiera se percataba de las estatuas que flanqueaban el largo pasillo; pues sus ojos estaban fijos en la puerta a la que se acercaba. Cuando estuvo delante, cogió aire y tocó suavemente su superficie metálica, lo que produjo un eco que se extendió rebotando en cada una de las estatuas, haciendo que el hombre se estremeciera al pensar que las estatuas murmuraban entre sí. La puerta se abrió y el hombre entró cautelosamente a un despacho pobremente iluminado, en el que había una mesa de madera en el centro, y tras la mesa, otro hombre que aventajaba notablemente en edad al que acababa de entrar. Este último levantó tranquilamente la vista de los documentos que acababa de leer.
-¿Han hecho ya el primer experimento?-. Su voz sonaba grave. No había ningún matiz de sorpresa en su tono; casi se podría afirmar incluso que más que una pregunta, se trataba de una afirmación.
-Sí, señor; el experimento ya ha finalizado. Le traigo los resultados obtenidos. Al principio fue un poco complicado establecer contacto pero…
-Vaya al grano, investigador. Sólo dígame si el sujeto ha respondido adecuadamente, y en tal caso, cuándo podríamos pasar a la siguiente fase.
-Por supuesto, señor. El primer experimento ha tenido éxito y ya estamos configurando la máquina para pasar inmediatamente a la segunda fase; creemos que como muy tarde podremos comenzar mañana por la tarde.
Tras esta fugaz conversación, el investigador se marchó dejando la carpeta con los resultados sobre la mesa para que la leyera el otro hombre sentado tras la mesa. La abrió con interés, pero tras una rápida ojeada la cerró y se recostó sobre su butaca, juntando las manos sobre su pecho. El plan se desarrollaba según lo previsto.
El día pasó rápidamente para los investigadores que trabajaban configurando la máquina para la Fase II. Unos ajustes más y habrían terminado. Era el punto álgido de un proyecto que les había llevado quince años; quince largos años durante los cuales fueron criticados por perseguir un sueño que jamás alcanzarían. Y sin embargo, la máquina estaba terminada. El sueño estaba a punto de hacerse realidad pues solo quedaban las últimas comprobaciones y podría empezar la Fase II. Como si de un resorte se tratara, al introducir en la computadora los últimos datos, entró por la puerta del laboratorio el Director del proyecto, lo que hizo que el resto de investigadores se volvieran hacia él y uno de ellos se acercara con expresión solemne.
-Señor director, la Fase II del proyecto Hipnos está lista para comenzar; hemos ajustado la máquina para que el sujeto II pueda ser humano. Hemos tenido toda la noche al Chimpancé en observación, y ha evolucionado bien; no hemos detectado anomalías en su encefalograma y su comportamiento con el resto de Chimpancés es corriente. Podemos afirmar que el experimento I no ha tenido efectos negativos en el sujeto I.
-Gracias, investigador.- En este momento el Director centró su atención en todos los presentes.- Como ya sabéis, el resultado de la Fase I ha sido satisfactorio, por lo que vamos a proceder a la Fase II. ¿Alguno de ustedes, conociendo los riesgos que entraña la máquina, se ofrece voluntario para ser el Sujeto II?
Tras un momento en el que se hizo el silencio en la sala, uno de los investigadores dio un paso adelante.
-Señor Director, me ofrezco como voluntario para ser el Sujeto II.
-Excelente.- Dijo el hombre de avanzada edad.- Comencemos-.
El Sujeto II se tumbó en la camilla de la máquina y dejó que el resto de investigadores le colocaran el gorro de electrodos en la cabeza y el resto de aparatos a lo largo del cuerpo destinados a controlar sus constantes vitales. A continuación le inyectaron la cantidad precisa de sedante a fin de que el sujeto pudiera relajarse (algo imprescindible para el experimento) pero sin que interfiriera en la prueba. Poco a poco el sujeto empezó a relajarse, hasta que se sumió en un profundo sueño.
-Señor, la máquina está en marcha, en breve comprobaremos si funciona correctamente.
Todos los presentes de la sala se giraron hacia la pantalla a la que se conectaba la máquina, que permanecía en negro. Sin embargo, poco a poco empezaron a surgir imágenes en la pantalla. Eran imágenes un tanto borrosas, que se sucedían con gran rapidez: un hombre joven montando en caballo, una habitación oscura donde un hombre y una mujer se besaban, un campo de margaritas bañado por la luz del sol… La gran rapidez con la que se desarrollaban las escenas impedía a los investigadores comprender nada de lo que la pantalla mostraba, pero eso ya había sido previsto y la máquina grababa automáticamente lo que mostraba para un análisis posterior. La respiración de los investigadores se empezó a agitar. ¡La máquina estaba funcionando correctamente! Aunque con dificultad, en la pantalla podía apreciarse aquello que estaba soñando el sujeto II. El trabajo de sus vidas por fin estaba dando sus frutos. La fase II era un completo éxito.
A la mañana siguiente los resultados ya estaban analizados, y al pasar a cámara lenta los sueños grabados, la sensación que daba era como la de estar viendo una serie de fragmentos de diferentes películas. Era un éxito rotundo, y de nuevo, dos hombres estaban en el despacho del director.
-Señor director, la Fase II ha sido un completo éxito, y podemos empezar hoy mismo con la Fase III; sin embargo…
-¿Sin embargo? ¿Hay algún problema, investigador?
-Con el debido respeto, señor, creo que seguir desarrollando el proyecto Hipnos puede ser… un error. Con la máquina en su configuración actual se puede saber lo que sueña una persona. Reconozco que dicho avance puede ayudar a algunas personas a superar traumas que estén en su subconsciente, o incluso que la gente pueda ver sus sueños como si de películas se tratase, pero la Fase III… con la Fase III la máquina alcanza un poder peligroso si no se usa correctamente, y además…
-¿Tiene miedo, investigador? No, no hable, déjeme hablar a mí.- Mientras decía esto, apretó un botón oculto en la mesa y al instante aparecieron dos guardias que inmovilizaron al investigador.- La ciencia es el método de evolución de la humanidad. Sin la ciencia nada nos diferenciaría del resto de animales. Con este proyecto podemos llevar a la raza humana a un nuevo nivel, con la máquina desarrollada hasta la Fase III, no sólo seremos capaces de ver los sueños, sino de cambiarlos a nuestro antojo. ¡Imagínese! Poder soñar lo que uno quiera a través de una serie de estímulos. Poder elegir antes de dormir lo que vas a soñar; poder vivir cualquier aventura que a uno se le ocurra, y todo ello a través de unas pequeñas corrientes eléctricas en el lugar adecuado del cerebro.
-Y también poder manipular a las personas.- Dijo el investigador sin dejarse amedrentar por los guardias que le sujetaban.- Con esta máquina se puede acceder al subconsciente de la persona ¡se puede violar su intimidad más personal! Se puede hacer que alguien viva una aventura que lleva deseando toda su vida, pero también puede ser una máquina de tortura; con ella se puede hacer que las personas vivan sus peores pesadillas, que recuerden los sucesos más amargos de su existencia, se puede usar para hacer que las personas sueñen lo que otras personas quieran; se puede cambiar a la persona a través de sus sueños.
-¿Y no sería todo ello maravilloso?- Por vez primera el investigador se fijó en la mirada de sus superior; y se dio cuenta de que ese hombre estaba había perdido la razón.- A través de la historia, muchos han sido los que han intentado conquistar la humanidad, pero nadie lo ha conseguido, ¿Sabe por qué? Porque la raza humana, tal y como la conocemos, cree que lo que la hace especial, lo que la hace realmente distinta del resto de seres vivos, es que nosotros podemos elegir nuestro destino. Consideramos la libertad como nuestro bien más preciado, y en lugar de hacer de ella su guía para avanzar, la derrochamos y pervertimos: robamos, matamos, abusamos de los que nos son inferiores, buscamos sólo nuestro propio beneficio…¿Y todo ello por qué? Simplemente porque podemos hacerlo.- Los ojos del Director se tornaron puntos brillantes, y su voz se volvió grave.- Con la máquina; con mí máquina, moldearemos la mente de las personas y haremos de ellas algo útil para el avance de la ciencia; para el avance de la humanidad. Cuando toda la humanidad piense igual, cuando todos queramos lo mismo, los crímenes y las injusticias dejarán de tener sentido. Las guerras serán únicamente recuerdos lejanos de una época de oscuridad, el odio quedará renegado al olvido. La humanidad será un solo individuo, y la ciencia, será nuestra madre. Y ahora, mi querido investigador, es hora de probar la máquina, y usted, será el Sujeto III.
Esa máquina tiene nombre. Está en todas partes, en todos los hogares, en todos los locales, con diferentes tamaños, estratégicamente colocada para controlar, siempre encendida, siempre atenta. Se llama TELEVISOR. Suerte.
sorte
Suerte.
Gracias! siempre son de agradecer las críticas constructivas. Intentaré cuidar esos detalles para el próximo relato.
Un saludo.
Muy entretenido. Has logrado un relato de ciéncia ficción que es fácil de seguir y entender porque no has abusado de términos técnicos y científicos.Me gusta que no sabemos hasta la mitad del relato de qué se trata el experimento.Suerte
Un interesante relato de ciencia ficción (ya se echaban de menos en este certamen) que incide sobre algunos temas habituales en este género: el poder de manipular la mente, los usos y abusos de la ciencia (¿dónde debe ponerse el límite?), el científico loco con delirios de grandeza, que en nada se diferencia de los malhechores a los que pretende enmendar. Interesante (e inquietante) idea la de esa máquina para manosear los sueños.
Atención a las repeticiones demasiado cercanas (dan la impresión de pobreza de vocabulario): «acababa de entrar…acababa de leer», «como muy tarde…mañana por la tarde», «sobre la mesa…tras la mesa», «pudiera relajarse…empezó a relajarse»
Chimpancés empieza con minúsculas y si Sujeto I y II, o Fase I y II se tratan como nombres propios, deberían ir siempre con mayúsculas.
Que sueñes con tu éxito en el certamen (sin recurrir a la máquinita de marras).