23- ¡Por favor! Un café y un croissant. Por Nissen
- 30 septiembre, 2012 -
- Relatos -
- Tags : 9 Certamen de Narrativa Breve 2012, productos elaborados, relatos, vida
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Viena, 12 de julio de 2012.
Estoy en el mas antiguo café de esta ciudad con un café y un croissant sobre mi mesa. Mi sueño se realiza. Huelo el aroma de este café. Cierro los ojos y un cierto aturdimiento comienza a invadirme. ¿Qué hay en este café? Abro los ojos. ¿Dónde estoy? El sitio parece el mismo pero, ¿qué hacen estas personas vestidas a la antigua? Mi café sigue aquí y también el croissant.
-¿Cómo encuentra esta nueva bebida?- me pregunta mi vecino.
-¿Qué nueva bebida?- le respondo sorprendido.
-Este café que el propietario ha elaborado después de haber encontrado aquel saco de granos negros dejados por los turcos tras su huida. Al principio encontraba el sabor extraño. Pero, ¡acompaña tan bien el croissant fabricado por nuestro panadero favorito después de nuestra victoria sobre los otomanos! Este croissant, símbolo de tanta alegría, es nuestra cicatriz tras tanto sufrimiento.
Pruebo este café. Es cierto que el sabor difiere del que yo bebo cada mañana. Pues es mas amargo pero, ¡tan estimulante! Cuando muerdo este pequeño croissant bañado dentro, ¡Qué sabor! ¡Qué delicia! Esto parece tan natural, tan banal…Que idea genial haber elaborado esta viennoiserie, acorde perfecto de dos gustos sutiles que dan energía a millones de personas por la mañana. Después de una noche más o menos agitada, un dulce despertar, un buen comienzo para una nueva jornada, un deseo de escalar montañas, unas ganas de vivir, de saborearlo todo, ¡Qué alegría! No es el éxtasis pero poco le falta. Cierro los ojos para abrirlos en un instante. ¿Dónde estoy? Todo ha vuelta a la normalidad. Mi vida cotidiana: mi diario, mi café, mi croissant, que miro diversamente. Y decir que hacía estos gestos: llevar esta taza a mi boca, comer este croissant, sin pensar que esta combinación, esta pequeña felicidad gastronómica que me parecía tan natural, podía estar cargada de tanto significado, tanta historia, el sufrimiento de un pueblo austriaco, la victoria ganada después de tanta sangre vertida.
¿Cuántos gestos hacemos así sin ni siquiera pensar? Comer sin gustar mientras que todos los productos que están en nuestros platos, en nuestros vasos, han necesitado tantas cosas: agua, sol, el amor de aquellos que lo han elaborado para gozar de la felicidad de excitar nuestras pupilas, de aportarnos sus placeres casi sensuales a cada bocado, cada sorbo, el éxtasis…¡la vida misma!
La curiosidad de saber nos asalta hasta sin quererlo, se muestra de la manera más insospechada. Deberíamos agradecer cada pequeño detalle que la vida nos brinda e interesarnos por su historia.
A veces me entretengo leyendo la historia de los dichos y refranes justo por ese motivo.
Me ha gustado Nissen, suerte.
No hay nada mejor que un buen café, nada más levantarse.
Cortito, espumoso y mucha azucar.
Suerte Nissen!!!!
Hola, Nissen.
Hay un librito delicioso, Rapsodia gurmet, de Muriel Barbery (famosa por La elegancia del erizo). Tu café con croissant podría estar en él.
Suerte.
La ensoñación que provoca el croissant recuerda la magdalena de Proust. Sin duda la extensión limitada a 2000 palabras que figura en las bases del certamen te ha impedido abordar un empeño similar a En busca del tiempo perdido.
Es bueno, felicidades.
Como se trata de una preciosa oda a las cosas sencillas de la vida, le restaremos importancia al hecho de que repitas la palabra «café» cinco veces en el primer párrafo.
Este texto deja un agradable sabor de boca y un aroma de lo más deleitoso.
Sreca!!!
De pequeña me levantaba con el aroma envolvente que se escapaba de la cafetera, en el fuego, con el que mi madre recibía, sin excepción, el nuevo día. Me preguntaba cómo le podía gustar algo así. Crecí. Ahora necesito tomar un café solo en ayunas, si no el cielo no es tan azul.
Muy bien relatado, creo que a partir de ahora saborearé más mi café, y lo intentaré acompañar más veces de un croissant, eso sí, de panadería 😉
Desde aquí se huele el café. Ahora mismo voy a prepararme uno. No tengo ni un croissant en casa, pero mañana en cuanto salga me comeré dos en recuerdo de tu buen relato.
Hoy me levanté tarde y tenía pensado tomar una infusión pero después de leer este relato salgo corriendo a la panadería para comprarme el croissant más grande que haya. Si es con crema, mejor. Suerte.
Parece ser que en un momento de la historia el café originó ciertos debates sobre si amenazaba o no el orden.Campañas de desprestigio, rebeliones…Prohibiciones y cierres de cafeterías.Después hasta un Papa quedó cautivado y Bach le compuso una cantata.
Después la leyenda dice que ese pastelito con forma de media luna surge para celebrar por todo lo alto una victoria en Viena…No te acostarás un día sin saber algo nuevo.Y ahora que usted lo dice y aprovechando la celebración de » Lapepa» quiero recordar que me interesé una vez sobre el origen de la tortilla francesa o «Tortilla de cuando los franceses» y fue también muy curioso como el descubrimiento de este relato tan original.
¡Por favor!! Un café con croissant!!!
¡¡Marchando!!!
Suerte