236- El muro. Por Esfarcies
- 4 noviembre, 2012 -
- Relatos -
- Tags : 9 Certamen de Narrativa Breve 2012, muro, relatos
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Tras más de cuarenta años trabajando en oficios relacionados con la construcción, llegó el momento de jubilarme y me prometí no volver a tocar una paleta o un serrucho. Ninguna herramienta mayor que un alicate.
Y con esa idea bien ajustada en la mente, me retiré, junto a mi esposa, a una casita que habíamos construido, años atrás, en el campo.
Mientras yo gastaba el tiempo leyendo novelas del oeste, mi mujer disfrutaba pintando y juntos, excepto los peores días del invierno, recorríamos los senderos de las cercanas colinas.
No obstante, el apático retiro al que me había sometido con gran decisión, se vio interrumpido cierto día después de aburrirme mortalmente durante toda la mañana, al comprobar que parte del pequeño muro de la parcela, se había derrumbado a causa de las últimas lluvias.
En un principio, pensé en buscar a alguien para repararlo, pero por otro lado, aquello era algo que yo mismo podía hacer sin gran esfuerzo y así, en contra de los buenos consejos de mi esposa, comencé a recomponer la pared.
No había terminado la obra, cuando descubrí otros desperfectos a lo largo del perímetro, así que me dispuse a su restauración.
Cuando consideré que el muro estaba en perfecto estado, sentí que éste era demasiado bajo y decidí elevarlo cincuenta o sesenta centímetros.
Una vez finalizado el proyecto, sin embargo, tuve la certeza de que el muro seguía siendo demasiado pequeño, por lo que continué elevando, ladrillo tras ladrillo, la pared.
Cada día me levantaba más temprano y dedicaba más tiempo a aquella empresa, hasta que llegó un momento en el que solo me detenía para comer y cuando el sol me abandonaba.
Las novelas quedaron arrinconadas, los paseos olvidados y mi esposa… bueno, mi esposa trató de hacerme ver lo insano de mi actitud mas yo no veía mal alguno en mejorar aquel muro y a cada comentario suyo, yo respondía increpando su falta de apoyo.
Conforme avanzaba en la tarea, comprendí que no era suficiente con trabajar durante el día, por lo que instalé unos reflectores que me permitieran continuar con la labor durante la noche.
Una tarde, tal vez de verano, pues el cemento secaba con celeridad, desde lo alto del muro, a casi cinco metros de altura, la vi salir con una maleta en cada mano. Intenté detenerla, pero el mortero se endurecía con rapidez, por lo que continué trabajando.
Aquello tuvo que ocurrir hace mucho tiempo porque ahora la casa, desde aquí arriba, resulta mucho más pequeña que entonces.
Cada día me siento más fatigado y a veces pienso en descansar. Pero el muro…
Sort
Hay va voto, y que conste que voto porque se lo merece si no, no lo haría:-) Enhorabuena!
He aprendido la lección. Cuando me jubile tiraré mi traje de astronauta y quemaré mi nave espacial para evitar tentaciones.
Divertido relato con moraleja (el que la quiera ver). Salud y suerte
Quizás ,…cuándo uno se jubila , debe dejar las cosas que durante tanto años ocuparon su tiempo, pero también debe ocupar sus momentos en algo que descuido, …….cuidado, las obsesiones existen, …… Enhorabuena , esperemos que cuando te jubiles , nunca abandones la pluma ,besos….
MU GUENO, JA,JA,JA
Hola.
No se qué es lo que tengo que perdonar, pues no hay nada que me ofenda.
En cualquier caso, el beso es bien recibido y te envío otro.
Relato corto de fácil lectura, pero no por ello menos cargado de simbología. Todo un logro.
Está claro que lo tuyo son estos relatos, cortos pero que te atrapan,y encima te hacen pensar, vamos lo que sueles hacer tú muy a menudo.Me gusta, enhorabuena.
Puestos a encontrarle algún simbolismo, tu relato, Esfarcies, me habla de lo peligrosas que pueden ser la obsesiones, sobre todo si el objetivo buscado es algo inalcanzable: el muro puede ser todo lo alto que queramos, o que las leyes de la física nos permitan, porque llegará un momento en que se/nos derrumbe/derrumbemos. Cuento breve, de lectura cómoda y con contenido. Qué mas se puede pedir.
Enhorabuena.
Actualidad de la mañana.Noticias de » Mundotoday.»
Un albañil jubilado levanta alrededor de su vida ,un muro de más de 20 metros de altura sin ayuda de nadie.Su esposa harta de sentirse aislada y olvidada se escapa repentinamente y aprovechando un descuido de su marido, por el agujero de un ladrillo de gafas.Al parecer no tenía permiso de obras y cuando los municipales hicieron acto de presencía en su casa de campo, el albañil levantó un tabique de 60 cm de altura delante de sus narices para evitar dar explicaciones.Actualmente está ingresado de forma involuntaria en la U.D.D.L( Unidad de Dependencias Laborales).Se le ha aislado en un módulo y apartado de todo material peligroso capaz de levantar citaras, tabicón o muros de defensa.Próximamente presentará un libro que ha escrito a la misma volocidad que el muro del conflicto llamado «Obras completas» y que cuenta con un epílogo explicando su manía titulado » Los cimientos de mi vida».
Pd__Parte de este escrito es noticial subrealista de «Mundotoday».
Bueno, creo que merezco que me den tres o más cachetes por esto que he escrito, pero no puedo controlar esta apasionada forma de escribir.Además no me gustan ese tipo de muros, hay que hacerlos a la altura del pecho, que te vean, que tú veas.El resto es aislamiento y ruína.
Perdone.Estoy soy consciente de lo que me pude venir de su parte.
Besos( a vé si me perdona dándole un beso)
Y es que cemento se lleva en la sangre. Al final se trata de elegir: entre darle a la paleta y al nivel o ver cómo pasan las horas junto a la mujer jubilada. No hay duda y luego pasa lo que pasa. Suerte.