Encuentro en Sax. Por Luisa Núñez

Encuentro en Sax.

Una maravillosa sorpresa me esperaba el pasado sábado cuando me dirigía para asistir a la entrega de premios del IV Certamen Literario de Narrativa Breve “Villa de Sax” (Alicante), acontecimiento que ya anunciamos en esta página hace unos días.

Iba ilusionada por el reencuentro con la ganadora de esta edición del certamen, Laura Cabedo Cabo, con la que me une una especial amistad desde hace años, a la que admiro como escritora y, más si cabe, como persona sensible e inteligente. También por conocer a Miguel Sánchez Robles, gran escritor murciano y ganador de la edición anterior que estaría allí presente como conferenciante y que, aunque colaboramos en el canal, no habíamos tenido ocasión de conocernos personalmente.

Como es lógico llegamos con tiempo suficiente para conocer el pueblo y ya acercándonos a él y nada más divisar el precioso castillo que nos daba la bienvenida desde lo más alto me dije: “Esta villa tiene mucha historia”. Y así nos la contaron sus gentes acogedoras, amables y alegres nada más aparcar y encontrarnos de frente un desfile de pequeños pajes ataviados al estilo de las diferentes culturas que allí se establecieron, siglo tras siglo, conformando esa preciosa ciudad. Todos los atuendos fieles a la época, con todo lujo de detalles, escudos, complementos, gorros, zapatos… un preciosismo al detalle que tal y como nos dijeron, estaban hechos a mano y cosidos piedrecita a piedrecita. Una muestra más de como han convivido tantas culturas en nuestras tierras, algo de lo que siempre nos sentiremos orgullosos. La cruz de Calatrava, la media luna, la bandera italiana de los Garibaldinos, la de Jaime I el conquistador, la bandera española y todos los estandartes juntos.

Y digo sorpresa, porque aún conociendo muchas fiestas similares por toda nuestra geografía, ésta en concreto, protagonizada por niños muy pequeños, tenía una magia especial. Entre la inocencia y la comprensión del acto, la espontaneidad en la diversidad de opciones representadas y el juego del conjunto, el orden, los símbolos, la música, las miradas de los padres sobre los infantes más pequeños y muy especialmente la representación teatral posterior en el Teatro Cervantes, con unos diálogos largos, pero perfectamente declamados con la mayor naturalidad, corrección lingüística y coreográfica, haciendo honor a acontecimientos relevantes de la villa. Después, la reina de las fiestas y sus damas con un señorío y saber estar destacable para su edad, entregaron los premios a los participantes en un marco de luz, flores y aplausos vibrantes.

Contaron su historia, y yo sentí la savia que alimentaba esas expresiones, como si las profundas raíces de una milenaria hiedra hablaran a través de los brotes más tiernos que han de crecer mirando al futuro común. Espectacular.

Después de descubrir la Villa de Sax y sus gentes, finalmente acudimos a la entrega de premios de narrativa que era el objetivo primero del viaje. Allí llegó el abrazo con Laura, el intercambio de miradas cómplices que rememoraban otros momentos similares, vividos al calor de Canal Literatura, donde ella ya fue finalista y ganadora, como en Sax. Y nos dimos cuentan que pasan los años y podemos seguir la conversación como si hubiera sido una breve interrupción, porque la admiración y el cariño no se desvanecen y fluyen atemporalmente.

Miguel Sánchez Robles se unió después a nosotras, antes de impartir su conferencia sobre la necesidad de la lectura en la formación humana y la elaboración de un pensamiento crítico propio. Un hermoso encuentro amistoso y literario como colofón de un día lleno de maravillosas sensaciones.

Poco después, salíamos de la muy noble y leal Villa de Sax camino a Murcia, dejando atrás el castillo iluminado que nos invitaba desde su atalaya a volver en cuanto haya ocasión.

Y así lo haremos, porque cada rincón de España esconde alguna maravilla digna de conocer y visitar.