La difunta pleiteada. Tradición oral.

Tradición oral.

 

Romance de la difunta pleiteada (IGRH: 0217) Es éste un «romance de ciego popularizado» y de escasa tradicionalidad, que incluye elementos de ficción muy conocidos, tanto en las tradiciones populares como en la literatura ¨culta¨ de todos los países: la oposición paterna a la boda de los amantes, matrimonio por interés, etc.

Menéndez Pidal, comentando este romance, apuntaba el recuerdo de cierto suceso ocurrido hacia el año 1500 en la iglesia de Santo Domingo el Real de Madrid. La mujer del Comendador don Juan de Castilla, por inadvertencia, fue enterrada viva y hallada después muerta fuera del ataúd.

Al margen de sus posibles antecedentes, es éste un romance de clara procedencia de la llamada «literatura de cordel» difundida por los ciegos, como lo prueba lo extenso de alguna de sus versiones y el léxico empleado.

Se conocen versiones preferentemente del área castellana y astur-leonesa, aunque también ha sido recogido en Canarias.

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NB.- La nota explicativa es de Antonia Álvarez Álvarez y la fuente es su madre, Leonor Álvarez, (Rabanal de Luna, León).

La difunta pleiteada.Tradición oral.

 

La difunta pleiteada.

 

En los montes de Aragón,

donde se cría el romero,

también se criaban dos,

una dama y un mancebo.

Mucho se quieren de niños,

de grandes lo mismo hicieron;

sus padres no se la daban,

sus padres no se la dieron,

sus padres no se la daban

porque era pobre el mancebo.

Él se fue a lejanas tierras

por ver si la aborrecía,

y allí se estuvo siete años

y olvidarla no podía.

De los siete pa los ocho

para su casa volvía;

al tropezar un cantón

y al revolver de una esquina,

don Juan ha encontrado un niño,

la edad de ocho años tenía.

-Dime niño, dime niño,

dime por toda tu vida,

dime si se habrá casado

Angelina de Medina.

-Hoy se casa, hoy se esposa,

hoy dará el sí la niña;

con el galán que se casa

a gusto de ella no iba.

Todos marchan para casa

con gran pompa y alegría,

todos comen, todos beben,

y la niña no comía.

La sacaron de paseo

por ver si la divertían,

y en el medio del paseo

muerta se cayó la niña.

La cogió su esposo en brazos

y a su casa la volvía,

y el lunes por la mañana

iban a enterrar la niña.

Al tropezar un cantón

y al revolver una esquina

don Juan ha encontrado un niño,

la edad de ocho años tenía.

-Dime niño, dime niño,

dime por toda tu vida,

dime dónde está enterrada

Angelina de Medina.

-Junto a la cruz que relumbra,

junto a la Virgen María.

Ató el caballo a las rejas

y se hinca de rodillas,

le rezó siete rosarios

sin alzar la vista arriba.

De los siete pa los ocho
salió la Virgen María.

¿Cuánto diera usted, don Juan,

si volviera en sí la niña?

-Daría limosna a los pobres,

iría a misa tolos días…

Y estando en estas palabras

ha vuelto en sí la niña.

a cogió por la cintura

y a su casa la volvía,

y en el medio del camino

se encontró con la justicia.

-La niña es para don Juan,

que la tiene merecida,

y si no es para don Juan,

vuelva a morirse la niña.

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