A Luisa
Toda una lección. Así definiría las palabras de Luisa Núñez, presidenta y alma máter del Canal, al recibir su mención de honor en la segunda edición del Concurso de Blogs para la Promoción del Español y la Cultura en Español. Lección no solo de defensa de la literatura como «forma de comunicación creativa»; no solo de tutela de los escritores noveles, a los que nos brinda un espacio para encontrar lectores, pues, como ella afirma, «si una historia no encuentra un lector al otro lado que la recree no cumple esa función, no existe para los demás». Por encima de todo, Luisa, con su melena al viento y la voz temblorosa por la emoción y la responsabilidad, nos ha dado, como otras veces, una lección de vida, de cómo una desgracia se convierte en una bendición, de cómo superar las adversidades con la entereza y las fuerzas que le otorga el pertenecer a esta bendita especie que se define por el don de la palabra; regalo que «nos permite nombrar, imaginar, crear, compartir, aprender, transmitir nuestra visión del mundo». En definitiva, ser de verdad un poco más humanos.
Y Luisa Núñez, además del don de la palabra y su innegable humanidad, goza de la difícil cualidad de la fortaleza y otra no menos importante: la entrega incondicional a un proyecto que ahora, en menor escala, es el proyecto de todos los que nos acercamos a él, primero con intención de darnos a conocer, después con el deseo de intercambiar cuentos y poemas, más tarde con el propósito firme de quedarnos para siempre navegando entre las ondas amigables del Canal.
Un premio es siempre una alegría y un orgullo. Luisa tiene hoy (aunque ya los tenía antes) muchos motivos para estar contenta y orgullosa de su trabajo, de las semillas que ha ido esparciendo por el camino y de los amigos incondicionales que le han florecido en su andadura. Y nosotros, sus discípulos, también nos sentimos contentos y orgullosos de sus logros, de su compañía y, por encima de todo, de tener una madrina que sabe dar lecciones de nobleza sin necesidad de zapatos altos.
P.D. Estas últimas palabras van dedicadas al caballero Sextavoce, quien seguro que, esta vez sí, está en todo de acuerdo conmigo.
Elena Marqués
Pues ea.. a llorar otro poquito:)
Lo del caballero Sextavoce me ha encantado.
¡Pobre!, se le rebelan las damas, pero seguro que está orgulloso de las dos.
Muchas Gracias Elena Marqués Núñez , unas palabras preciosas acentuando todo lo que quise decir aquel día, pero con mucho arte. Besos enormes.
¡Pardiez! Doña Elena, faltaría más. Totalmente de acuerdo.
Y ya que hace alusión al tema del calzado,le diré que la altura no está en los zapatos, sólo en el corazón de las Damas del canal, que son mi debilidad y mi fortaleza.
Siempre rendido a sus pies, aunque estén descalzos. ¡Vive Dios!