lamalaeducación. Por Yolanda Sáenz de Tejada
Pilar se besaba con su novio a las siete de la tarde (en aquella calle tan mugrienta). Tenía que volver temprano a casa y, por supuesto, que su madre no la viera con chicos (por entonces nos quedábamos preñadas sólo por sentarnos en un retrete donde hubiera orinado uno). La…