76- Terapia Musical. Por Bonsái
- 15 octubre, 2012 -
- Relatos -
- Tags : 9 Certamen de Narrativa Breve 2012, relatos, terapia
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Pastor soñaba con la cultura oriental. Le atraían sus prácticas milenarias y desde muy joven comenzó a estudiarlas. El yoga lo atrapó y se dedicó a ello. Se trataba de una filosofía de vida. Occidente no le permitía desarrollarse en plenitud. Había pensado en viajar, pero terminó enamorándose de Lorena. Era una compañera que se dedicaba a ensartar con agujas a todo el que se prestara y no creía demasiado en nada, sólo se esforzaba por conseguir dinero. Eso sí, sexualmente lo hacía gozar como nadie. Al poco tiempo, ella quedó encinta. Pastor amaba la vida, nada mejor que sentirse, en parte, su creador. Así vivió el embarazo. Cuando estaba por nacer la criatura, se casaron.
«Se quedan como memos con los ojos cerrados, dicen que se concentran. Son unos gilipollas cayendo en el cebo de la vida rosa. Valiente cacho mierda está hecho el profe. Cómo curra el desgraciao con sus posecitas, el tongo de las clases le debe dejar buena pasta al hijo puta. Y estos cerdos pagan… son manada… mierda de manada. No están vivos, seguro que la polla se les ha muerto al nacer. No deben saber lo que es un buen polvo. ¿Podrán montarse a una tía? Cómo extraño a la Seca, pedazo puta está hecha. Con qué mierda se estará dando la cabrona. Mejor dejar eso… Al salir la muelo a palos por si me la ha dao, después arreglaremos cuentas. Tranquilo, con tal que me dejen ir de esta puta clínica… ¿No abren los ojos? ¿No se les ocurre pensar que uno de sus compas o el profe puede estar mirando cómo hacen el idiota? Y ese puto olor de los putos inciensos. Lo peor la musiquita. Relajante… ¡No me jodas! Parece que se ha roto un grifo. Me dan ganas de mear.»
—Si en verdad quieres dedicarte a impartir clases de yoga, no basta con ser un experimentado profesor. Cada vez se le da más importancia a los detalles. Tienes que acondicionar la sala de tal forma que respete los colores más apropiados según el Feng Shui. También renovar el mobiliario, el cortinado, las alfombras, los objetos decorativos y ubicarlos de manera apropiada. Además debes aromatizar el ambiente con inciensos, velas y, sobre todo, emplear terapia musical, sonidos de la naturaleza. Eso es muy importante. Diríamos que es algo así como el envoltorio de un regalo. Atraerá muchos clientes. Ya sé… sí… hay un montón de estafadores valiéndose de la ambientación y aplicando mal la técnica… lo único que importa es ser buen profesor… pero tú lo eres y si además le añades las florituras, ganarás más —le decía Lorena a su marido.
«Estos estropajos hacen todos los movimientos igualitos que él. ¡Y se sienten felices! Para eso hubieran nacido máquinas, así los manejarían sin necesidad de esforzarse. Lo único que quiero es largarme de aquí. Haré lo que haga falta. No me importa tener que sonreír, si quieren que así sea, así será.»
Cuando Patricia nació, Lorena se afanó más que nunca en adquirir dinero. Pastor quería una vida tranquila, con la menor cantidad de horas posibles dedicadas al trabajo, pero tuvo que adaptarse a las nuevas circunstancias. La sala quedó pequeña y entonces montó su propio centro. Su esposa se encargó de la decoración y ambientación. Desde el inicio el éxito resultó abrumador y la duda empezó a trabajar en forma lenta aunque persistente en el cerebro de Pastor; no sabía si las personas acudían por su buena técnica o por la parafernalia que Lorena había organizado. La incertidumbre comenzó a restarle paz.
«Otra vez con los ojos cerrados rezándole a ningún dios; si por lo menos fuera con el propósito de una oración verdadera… La Seca a veces lo hace. Esta gente ni eso… ¡Hay que joderse! Ese profesorcito me tiene los huevos llenos.»
—No te enojes conmigo. Debí haberte consultado, lo sé, ahora ya está. Presenté una solicitud en tu nombre, para un puesto dando clases de yoga en una clínica privada que rehabilita a drogadictos. Ayudarás a muchos, siempre lo has deseado, y el sueldo es muy bueno. No te preocupes por tu centro, lo tengo todo solucionado. Reubicaremos los horarios. Además, ahora que soy tu ayudante, los atonto un poco con masajes y se van tan contentos —le dijo Lorena a su esposo.
Pastor, que había soñado con una vida sosegada en oriente, terminó siendo un pluriempleado en occidente. No le importaba tanto el tener que correr de un lugar a otro, lo que le generaba ansiedad era que su mujer quisiera hacerse cargo de las personas que acudían a su salón, sólo él debía darles clases. Tenía un sentido de la responsabilidad que Lorena no compartía. En lo referente al sexo, para él, seguía siendo estupendo pese a las interrupciones de Patricia, su criatura amada. No le molestaban los llantos de la pequeña, mas Lorena se salía de sus cabales y deseaba contratar una niñera. Pastor no estaba de acuerdo, su hija debía ser criada por ellos, para algo eran sus padres. La esposa fue terminante. Le dijo que nunca había tenido vocación de esclava, que no era ninguna masoquista y que le daba dos opciones: a la pequeña se le ponía alguien que la cuidara o se le ponía alguien que la cuidara. Además necesitaba una asistenta. Pastor cedió y al hacerlo las murallas de su privacidad se vieron derrumbadas. En su propia casa debía convivir con dos seres extraños a su mundo, la niñera y la empleada doméstica. No soportaba la presencia de esas infiltradas. Con ellas en su hogar las satisfacciones sexuales crecían en Lorena, en la misma proporción que disminuían en Pastor.
«¡Este tío tiene que ser maricón! Seguro que le dan todas las noches y de mañana otro poquito. Es que no lo trago. Pero qué pose es esa… ¡Y yo tengo que repetirla! Se creerá que a todos nos gusta que nos den por el culo. A mí sólo cuando me han violado y no se la llevaron tan fácil, me defendí como un león. Pero será gilipollas, mamón. Y todos le siguen el jueguito. Bueno, yo también… Hala, hala, levanta el culo y uno, dos, tres… Cuando salga de aquí… Nadie me hace poner estas posturitas y se queda tan ancho. A que le gustaría que le metiera la polla en la boca… Sí, seguro que se la tragaba. Es que no sabe el asco que me da. ¡Cacho cabrón!»
Pese al exceso de trabajo, Pastor se sentía recompensado al saber que sus clases tenían efectos positivos en los adictos. Gran parte de ellos le expresaban gratitud. Poder ayudar a que salieran de semejante enfermedad, se convirtió en la mejor de las satisfacciones, sobre todo teniendo en cuenta los últimos tiempos, cansado y con su casa habitada por dos desconocidas, nunca encontraba el momento adecuado para hacer el amor con su esposa. En cambio Lorena, se le montaba arriba y aullaba como una loba al frotar su clítoris contra la pierna derecha de él. Ella no sentía ningún tipo de inhibición por la presencia de las otras mujeres.
«Ese capullo con su musiquita. Todo se lo podía perdonar, hasta las poses, pero esa grabación que supuestamente es un río… No sé quién pude imaginar eso como río. A un río hay que palparlo, olerlo, mojarse en él. ¡Coño! No tienen ni puta idea de lo que es un río. Son unos becerros que le siguen la corriente. Sí, le siguen la corriente, pero no la corriente del río. Los quisiera ver a estos nadando con correntada. Seguro que se ahogaban y el profesor el primero. Mucho estado físico… me gustaría que probara sus pijadas en un río.»
Lorena comenzó a protestar por no ser penetrada y, sin consultarle previamente, le había conseguido cita con un profesional. Pastor le dijo que sacara de la casa a las dos mujeres y que entonces podría tener relaciones. No debía ir a ningún sexólogo, él sabía perfectamente que la intromisión de extraños en su hogar le era insufrible. Lorena, que odiaba perder un pleito, cedió ante la necesidad sexual. Admitió que no era imprescindible una criada con cama adentro. Bastaría con que estuviera las horas en que él trabajaba. Con la niñera harían igual, pero cuando Pastor llegara tenía que prometerle que se encargaría de Patricia, ella no quería atenderla. Se pusieron de acuerdo y él, por primera vez en muchos meses, se sentía feliz. Además, para culminar ese día como especial y gratificante, asistiría a una ceremonia de despedida que se hacía en la clínica a un grupo de ex drogadictos a los que se les daría el alta, todos alumnos suyos. También sabía, aunque supuestamente era un secreto, que los propios internados le iban a realizar una fiesta sorpresa para agradecerle su entrega y ayuda.
«Así que, encima, jarana para el puto del profesor y yo aquí. Dicen que no estoy bien. Que mis estudios psicológicos no dan el perfil requerido. ¡Me cago en el perfil, coño! Claro que no estoy bien, yo necesito darme una buena dosis… Ese juez… esa mierda de juez… dijo que me incapacitaba, que no podía tomar mis decisiones, y habilitó a mis padres para que resolvieran por mí, ¡ni que fuera un niño! Ellos me metieron aquí, claro, de esa forma ya no les estorbo. ¡Qué putada! Creo que aprovecharé la fiesta que le dan al maricón. Sí, me mezclaré entre ellos con la excusa de la gratitud y veremos… Ese capullo es capaz de creerse que yo también salgo. Él sólo viene, hace sus cabriolas, saluda y se va. Tal vez el hijo de puta sea mi pase de salida.»
Pastor no regresó a su casa. Tres días más tarde, encontraron su cuerpo flotando en un río. No pudieron deducir que lo motivó a arrojarse en sus aguas, siendo que no sabía nadar.
Beatriz:
Has dado justo en el punto crucial. El aspecto psicológico es para mí lo más relevante en cada cuento que escribo. Me introduzco en el cerebro del personaje que elijo y trato de pensar como él lo haría. También intento, en la medida de mis posibilidades, que mi lectura sea accesible para todos los lectores e intento que sientan la crudeza, la alegría, la tristeza, la desidia… que experimenten lo que en mis palabras quiero transmitir.
Tu comentario me ha llenado de alegría. Has sido, tal vez, la lectora que mejor me ha interpretado o a la que más he llegado… vaya uno a saber los motivos.
Un gran abrazo y un beso.
Isótopo:
Muchísimas gracias por tu apreciación. También tu relato me pareció más que digno de estar en la final y por qué no de ganar el concurso. Desplegabas un humor y unas verdades grandes.
Yo sé que mi relato es muy real. Pero supe en todo momento que era políticamente incorrecto. Así que no me hice ilusión alguna. Sólo quería plasmar un ejemplo de lo que puede suceder si se aplican internaciones contra su voluntad a personas con problemas de drogadicción. Creo que es un tema que debe abordarse y por ello lo hice.
Fue una forma de aportar mi humilde opinión y digo humilde y opinión… pues no está basado en ningún estudio científico es sólo lo que yo pienso.
Un beso y un abrazo muy grande Isótopo y a continuar escribiendo!!!!
Sin ninguna duda,me ha gustado.Lo que más posiblemente el aspecto psicológico de los personajes.Creo que los haces accesibles al lector en toda su crudeza.El estilo es sencillo pero aportas tu preparación como narradora en cada linea . Mi personal enhorabuena por tu labor. Un beso
Querido/-a Bonsai:
Estaba convencida de que iba a ver tu Terapia musical entre unos u otros finalistas. Me lo pareció en su día y me sigue pareciendo un relato magnífico, inspirado, perfectamente estructurado. Rezuma autenticidad, es tremendamente creíble. Sólo me queda seguir aprendiendo de escritores/-as tan buenos/-as como tú.
Un abrazo,
Isótopo
Todos tranquilos… yo estoy contenta. Quería compartir relatos y comentarios. Sabía que mi cuento no era politicamente correcto y en ningún momento pensé en salir elegida. Así que contenta.
Beso para todo el mundo.
Morfeo, vengo a echarte una mano con estas chicas, que se nos derrumban. ¡Ay, Dies! Tú que sabes el nivelado que hay, díselo a Bonsái como me lo has dicho a mī.¡mira, dėjalo! Yo os lo digo a las dos: lo habéis hecho bien, muy bien, pero habïa otros también buenos, muchos, y pocos premios… Y, además, tampoco tuvisteis suerte. Tomar un pañuelo y darme la mano, o mejor un abrazo. Venga, nenitas, ya pasó, y vendrán otros y otras oportunidades que sabréis aprovechar. Sabéis cual es el camino.
¡Adios, de lo que me he enterao por cotilla! Yo que venía a verte, para darte un beso y decirte que me jode que no estés entre los finalistas y me encuentro con que Iri está hecha polvo….Bueno, pues voy para allá y dame un abrazo, Ah! y cuando puedas, vente para el barrio, con tu música relajante, para ella y para mí, que también ando estresada.
Que te quiero, mi dulce arbolito empalizador de malos rollos.
Hola, Bonsái, pequeño arbolito.
¿Tienes un sillón de esos reclinables para esto de la terapia? Verás, es que acabo de quedarme fuera de los finalistas de un concurso, y mi egovino se ha picado. Creo que no valdrá ni para vinagre. ¿Si tenía esperanzas? Verás, cuando lo presenté, no. Era un dramón tragipoético, recargado y verborrágico y, para colmo, escrito de oídas, o de leídas, como quieras. Hombre, pues lo presenté porque quería participar, se adaptaba a las bases, me gustan estos concursos en los que se hacen amigos (y enemigos, a veces). Y por lo del egovino, claro, porque lo enseñé y me dijeron que estaba bien, y… pues eso, me animé. Además, ampliaron el número de finalistas a quince, y como había tenido buenas críticas… pues ya creí que sí, que era posible, difícil, porque vaya nivelazo, pero… Y ya ves. Ná de ná.
¿Cómo que no me puedes ayudar? ¿Que a ti te ha pasado lo mismo? Ah, que tu relato era políticamente incorrecto y no te hiciste ilusiones… Pues a mí me encantó, oye, que por eso vengo. Pastor era un poco pavo, la verdad, pero cuando vi que llevarías la terapia personalmente, me decidí. Mira, en la terapia de la otra esquina, la de las cruces y los angelotes, me han dicho que no es egovino, sino soberbia, y que es un pecado gordo. Y que tengo que hacer penitencia. Como si no fuera bastante penitencia la que llevo yo encima. ¡Un viacrucis de felicitaciones: al más bueno, al más guapo, al más simpático…
Ah, sí, amigos sí que he hecho, una cosecha excelente, ya lo creo.
¿Sí? ¿Tú crees que funcionará? O sea, que los achucho hasta prensarlos, los destilo, los dejo reposar en buenas barricas… Y ¿el vino será mejor aún? Sí, claro, y los invito a buenos chorizos de vez en cuando, por supuesto.
Oye… pues sí parece que esto de la musiquita funciona, aunque parece que te has dejado un grifo abierto. Muchas gracias, Bonsái. Me voy mucho más estupenda, incluso creo que soportaré los tacones. Que me pase la factura Lorenita. ¿Que está despedida? Oye, pues igual me iba bien hacerte unas horitas, que está la cosa mu mala y con la literatura no hay manera de sacarse un sobresueldo.
Nos vemos, ¿verdad? Un besico, Bonsái.
Gracias por tu felicitación, Bonsái. En algún papel perdido en la vieja Bodega he leído que escribes poesía. Yo leo mucha poesía y también, bueno, también… lo intento. Bienvenida, pues, al club.
Hola:
Aquí estoy…. Es que desde que cambiaron el sistema, hace ya un montón, me pierdo en los mensajes…
Además últimamente estoy creando poesía… ay!!!! sí… sí. Y cuando finaliza esto.
Quiero danzar, bailar y brindar!!!
¡Por Dios, ¿Donde estás?!
Mira que lloro por tu ausencia, que añoro tus bailoteos y tus empalizamientos…vente con nosotros, que estamos de fiesta y te esperamos…esto está llegando a su fin y no es igual si nos faltas…¡Hombre, ya!
Te echo de menos por la vieja bodega…pásate que tenemos fiesta.
Pues es que uno empieza a ponerse con pereza… y… bueno ya voy, ya voy…
Querido arbolito ¿Que tal las fiestas? Feliz año, si quieres, puedes pasarte por la vieja bodega…que nos tienes dejados de la mano y te echo de menos.
Metafastro:
Gracias por tu comentario.
Es la primera vez que me atrevo a romper con lo políticamente correcto en escritura.
No sabía del experimento que nombras. Es muy bueno. La esencia no es diferente. Lo único que sucede es que nos esforzamos por entrar dentro de lo que la sociedad nos pide según el círculo en el que nos movemos.
Un abrazo.
Pequeño arbolito, hace tiempo que no empalizamos nada y eso no puede ser, Por la vieja bodega te espera vino, cerveza o lo que quieras para comentar lo de los relatos más votados, que me tiene sin vivir en mi. He invitado a Dies Irae y a todo el que quiera a exponer sus conclusiones y a deshacer mis dudas…ya sabes lo torpe que soy. Si tienes tiempo y ganas, pásate por casa y hablamos. Un abrazo
Gracias por tus palabras, no había entrado a leer los relatos ni siquiera el mío y ayer vi tu comentario que me dió un subidón.
Tus contrastes si que son feroces y el tema muy difícil de tratar. Lo que se entresaca es que los dos mundos no son tan diferentes.
Has leído algo sobre la «Teoría de las ventanas rotas»?.Se trata de un experimento en el que se abandonó un coche en el Bronx y otro en un barrio rico. El primero fue destruido enseguida y el otro permaneció intacto hasta que los experimentadores decidieron romperle un cristal, a partir de ese momento fue desvalijado igualmente. Es decir la violencia no tiene que ver con la pobreza, la dependencia o la falta de recursos, sino con la más mínima transgresión de las estructuras.
Muy buena la psique de los personajes. Suerte y mi voto.
nuak:
Gracias por tu comentario.
Me alegro que te gustara el relato.
Un abrazo.
Hola Fanny Prices:
Te agradezco que recordaras mi relato.
Espero que al finalizar todo esto sigamos en contacto.
Un abrazo.
Buena progresión del relato y bien tratadas las dos voces. Un tema interesante el de tratar de amansar a las fieras con música y yoga.
SUERTE
Mi querida Bonsai, sé que llego a tiempo. También tienes mis estrellas por tu terapia musical.
Suerte
El asesino de Morfeo:
Un buen relato el de Don Ata. Agradezco que tu espíritu se digne a seguir enviándome chivatazos.
Un abrazo.
Desde el espacio sideral te llega otro soplo: Busca a Graciano y a Don Ata, allá por el nº 31 y luego me cuentas…no se por que ha pasado desapercibido. Un achuchón etéreo y espiritual.
El Espíritu del Asesino dice:
Pues no, mi querida amiga, no os será tan facil libraros de mi. No culpes a nadie de mi transformación, te dije que resurgiría en un ente incorpóreo y coñazo que os perseguiría hasta el final del certamen, y no sólo a la pobre Dies Irae a la que, por cierto, no me une más que la verborréa, las ganas de cachondeo, la afición a la literatura y una bonita amistad surgida en estos lares (mira que eres cotilla y malmete). Así que nada de viudas llorosas y ya me estais organizando una fiesta en condiciones, porterilla mía, que esta vez me acompañarán mis nuevos amigos para animar el cotarro.
Hola Asesino:
De eso nada.
¿Quién me va a dar los chivatazos de buenos cuentos si tú no estás?
Te daré mi opinión… los sueños hay que cumplirlos. A veces saldrán bien, otras mal, qué importa…
Además en literatura estamos obligados a crear personajes e imaginarlos de diversas formas, con distintas características físicas, con diferentes tonalidades de voz… Nos preguntamos si deberán ser buenos o malos… o tal vez igualmente proporcionados… o si será mejor cambiarles el sexo… o las costumbres… Si debemos presentar la narración en primera persona o con un narrador omnisciente o con ambos combinados…
¿Qué somos los escritores? Pues personas que tratamos de desarrollar la imaginación y crear, redactando lo mejor posible, y trasmitir emociones, sentimientos, situaciones…
La vieja bodega será sólo un cascarón vacío si la dejas, pues tú eres su alma o espíritu o como lo quieras llamar.
Así que sal de ese fuego fatuo y vuelva a buscar entre los relatos, a comentar y a decirme cuál te parece mejor. De lo contrario me invadirá la tristeza y no querrás que eso suceda… ¿no?
Además no puedes dejar a Dias Irae por ahí sola. Tienes que cuidar de ella como un buen caballero. Si tú no estás… ¿no has pensado que ella puede perder el entusiasmo?
A continuar opinando sobre todo lo que se puede leer Asesino… Venga… qué no se diga…
Un abrazo.
Firmin:
Muchas gracias por leerme y por votarme.
Un abrazo.
El asesino es de todo menos astuto. ¡Pobre imbecil! por fin ha matado a Morfeo, un inocente sueño que le perseguía desde la niñez y se siente desconcertado y triste, como cuando alguien consigue llegar a una meta ambicionada y luego ve que no ha valido la pena.
¿Lo ves? No sabe si retirarse de nuevo a sus legajos o soltar a un demonio que vino con Dias Irae en la fiesta de Bram Stoker…¿Recuerdas? aquel que soltaba lava. Era un diablo simpático pero quemaba todo lo que pillaba a su paso. Lo tiene encerrado en la cueva de la bodega, borracho como una cuba y cantando canciones obscenas.
Querida Bonsái, el narrador de esta historia sabe que el asesino ya no duda; se ha puesto sus mejores galas para acabar con dignidad, se fumará el último de sus toscanos y bajará a reunirse con el diablo. Allí, en las profundidades de la vieja bodega, cantará y beberá antes de fundirse en un abrazo con el espíritu cachondo del infierno. La lava prenderá entonces en su capa de caballero antiguo y el Asesino arderá para resurgir de sus cenizas.
Míralo,mi dulce geisha. Ya ha tomado una decisión y va, sonriente, a enfrentarse con su destino en un mundo en el que no importa la edad, da igual el sexo y uno ni siquiera se constipa. Como el Ave Fenix volará a un mundo virtual y, hasta que llegue el momento, el espíritu del viejo asesino se quedará en la bodega, ocupándose de que nunca falte vino, ni un leño encendido en la chimenéa, para sus amigos.
Te deseo mucha suerte en el Certamen. Ahí llevas mi voto.
Tararará, tararará… El tiempo pasará…
“… tócala Sam, déjame recordar… Tócala Sam, toca…”
Casablanca es una película que embellece con los años.
Gracias por la invitación Pigmalión.
Y a ti Asesino se agradece la visita.
Descorchemos un cava virtual y brindemos!!!
Abrazos a todos.
Venía a avisarte, pero te han dejado recado…¡Fiesta!
Hoy se cumplen 70 años del estreno de Casablanca, amigos, vamos a celebrarlo al café de Rick,
“presiento que este es el comienzo de una hermosa amistad”. Dies, Morfeo, Bonsái, Rioja, Sol, Isótopo, Lovecraft, don Juan… Y tú también. Todos juntos a conmemorarlo sin guión preconcebido (como Casablanca y como la vida misma). Volveremos a oír “tócala Sam, déjame recordar… Tócala Sam, toca…”
Si no pudierais venir, me ha dicho Rick que no os preocupéis, que “siempre tendremos París”.
Tararará, tararará… El tiempo pasará…
Asesino:
Muchas gracias por el dato.
Bellísima prosa poética.
Le he dejado comentario, mi voto y diez estrellas.
Un beso.
Chivatazo: el nº 240…no se cómo se me había colado. Un beso
Siempreviva:
Gracias por leer mi relato.
Me siento feliz de que te haya gustado. A mí me gustó el tuyo, por lo que en este momento me dirijo a dejar mi voto y unas diez estrellas.
Un abrazo.
Me gusta el estilo que le has dado al relato con esa alternancia de narradores que le da fluidez y nos acerca a los personajes. Espero que tu firmamento de estrellas lo iluminemos muchos lectores.
¡Pequeño arbolito! Bueno… vamos viendo luces en las casas de nuevo. Habrá que organizar una fiesta de reencuentro, al menos, ¿no?
Hola:
Me siento bien de poder entrar nuevamente en mi espacio internauta del certamen. Extrañaba… Otra vez podré comentar. Gracias por ello.
Yaguarté:
Qué bueno encontrarte por mi casa.
Para mí el final está bien tal y como está. Digo lo que quiero decir.
Pero lo que más me gusta es verte en el concurso, pues después de no encontrar tu relato en él, es bueno saber que sigues animando a intervenir.
Espero que esto aparezca, es que últimamente mis comentarios quedan pendientes de moderación y después se esfuman. No sé qué problema habrá.
Un abrazo.
Cree el ladrón… Pero no, mi querido gatito de dulce maullido. Dado
que las autoridades eclesiásticas y gramaticales dan libertad para escribir los nombres propios sin atenerse a regla alguna
que los seudónimos podrían asimilarse a nombres propios, alegremente elegidos por cada cual a su gusto
que creo que fuiste tú quien primero tradujo su seudónimo por «pequeño arbolito», haciendo caso omiso del acento o tilde en cuestión
es por ello que la acusada sumisamente
expone
Que en absoluto le mueve la competitividad por un quítame allá esas tildes
que ya ha dejado todos los votos que la maligna maquinaria le ha permitido en el relato de referencia
y que si nos permite usted (y observe mi ofendido cambio en el tratamiento) leer ese supuesto relato con el que supuestamente iba a participar aquí, no le pienso perdonar ni tilde ni tilda.
Pero qué malvado, descubrirme así mis íntimas malignidades, cuando lo hago por pura pereza de buscar la flechita atrás y la maldita tilde. Snif. Y pidiendo permiso, snif, snif.
Un besico, lejos de los bigotes, que pinchan.
Que maligno/a es Dies Irae. Escribe:
Hola, Bonsái (siempre tengo que retroceder para poner ese acento, ¿es imprescindible?).
Vos sabés que no. Que el acento destruye el diptongo.
¿Porqué entre los participantes en este concurso reina una fingida armonía cuando en realidad se trata de destruir la competencia?
Pues no sé yo. El comentario de Ganímedes es efetivamente un crítica, no una recomendación. El relato ya está entregado y publicado, por lo tanto no se puede suprimir la última frase. A mí el hecho de escribas «arrojarse» está bien, ya que determina la observación subjetiva de que (no sabiendo nadar) se suicidó, lo cual con tradice el guiño por todos interpretado de que fue «arrojado» al rio por el drogadicto. No es una paradoja, es un interpretación expresamente expuesta por el autor o autora, para llevar la contradiccion al lector. ¿Se suicidó o fue asesinado?
Te supongo Yaguareté, el del relato perdido. ¿Cuándo nos lo regalas, aunque sea bajo petición personal si nos dices dónde enviarla?
Yo le otorgo el gran mérito al Sr. Carreter de haber escrito el único libro sobre gramática, El dardo en la palabra, que me leí de principio a fin con una sonrisa enorme. Creo que recogía en él los artículos a los que te refieres y los que escribió en algún otro periódico o colorín. Impagable y, aún más que recomendable, diría imprescindible.
A mí de Lázaro Carreter lo que más me gustaba eran sus artículos en «Blanco y Negro» sobre el uso del idioma, y recuerdo sus palabras dañinas e irónicas sobre los locutores deportivos de los que se preguntaba si despues de decir «perdió la verticalidad» cuando se caían, dirían «ganó la horizontalidad» cuando se levantaban. Claro que a todo falso cordero se le ve el pelaje cuando han de enseñar la patita por debajo de la puerta y su frase en la Plaza de Salamaca (que grandiosidad y preciosa plaza): «Los archivos se quedan aquí por derecho de conquista» quedará para siempre en la memoria popular.