Nº70- La gente pintada. Por El hijo del Infante

Creo que fue un sueño, un resplandor. Recuerdo una sombra bailando al son de la llama, recuerdo una mano cubierta de ocre.

Puede que nos llamen así o no, pero a nosotros nos gusta; somos la gente pintada. Un pueblo muy antiguo, orgulloso y bello.

Nuestros estilizados cuerpos están cubiertos completamente de rojo óxido, desde los pies hasta los elaborados tocados. Todo en nuestro mundo está pintado: los cazadores y sus armas, las mujeres y sus ropas, incluso nuestros animales están teñidos del rojo férrico.
Un pueblo que, inmutable durante milenios, habita un vasto territorio ondulado  y quebrado, de valles y altos, de simas y pozos. Un territorio dorado de calizas con arenas,  entre la luz y la oscuridad, entre el ayer y el mañana. Éste es nuestro país, perdido en la noche de los tiempos. Éste es el país de ancestrales rutas, que guarda las manadas de nuestro sustento.
A veces, bajo un descarnado tajo, asoma un escorzo, un engreído macho ostenta sus atributos y reta al cielo con su atronadora brama. Otras, es una delicada escena de recentales y madres  la que representa todo nuestro universo.

Cazan unos por cerrados barrancos. Algunos recolectan miel bajo el enorme risco y otros lucen sus armas lejos de allí. Saltan otros abismales grietas, elevando los pintados  arcos sobre sus cabezas en pos de la invisible caza. Mientras, etéreas matronas de acampanadas faldas parecen esperar eternamente. Pero todos sabemos que somos uno, el pueblo de la gente pintada, hace mucho tiempo fundida con la piedra y la tierra. Todo es un continuo que nos da sentido.
Un mundo caótico que esconde un orden desconocido, un mundo simple, primitivo y sutil.
Danzamos para celebrar nuestra alegría de existir, para sentir que existimos y preguntarnos por qué. Agrupados en círculos, niños y hombres giran y saltan hasta que el tiempo se para. Surgen entonces las voces que dicen que fuimos creados. Surgen entonces los demiurgos  capaces  de crear la belleza; la belleza de la gente pintada.
Cuando el chamán contorsiona su cuerpo, cuando sus gestos son espasmos y sus ojos locura, su ronca voz nos cuenta que ve otro mundo,  más grande. Un mundo que es la causa del nuestro, un mundo que no podemos comprender.
Después nos dice en susurros, como si fuera un secreto, que últimamente vienen a vernos, que nos observan y estudian. ¿Quién sabe? ¿Será posible que envidien nuestra inocente vida? Porque la vida de la gente pintada es pura y auténtica, monocroma, sin lugar para las dobles tintas.
Pero, algunas oscuras noches en que el mundo de la gente pintada parece desaparecer, cuando el color de nuestros cuerpos huye con las últimas luces y nuestra realidad se difumina en pardos y negros, entonces, tenemos miedo de no volver.  Tenemos miedo a  ser borrados para siempre. En esas noches pienso en nuestra estática vida. Y el miedo,  el pavor, me hace creer firmemente en esos seres tan poderosos de los que hablan y en que ellos no permitirán que dejemos de ser la gente pintada. Creo que aparecerán. Con una roja llama vendrán para darnos de nuevo la vida, para darnos de nuevo el color.
Y en sueños veo como arrastran sobre nuestro mundo sus encarnados dedos, posan y deslizan sus manos sobre la dorada arenisca y tras ellos va naciendo la gente pintada.  De sus almas, de sus mentes, de sus pálidas manos untadas del ocre sagrado, nacen los ciervos rojos, las oscuras cabras,  las bellas mujeres y sus hombres pintados. Entonces me siento tranquilo,  con una paz inmutable, petrificada. Siento que somos el reflejo de los dioses, que somos su paraíso, su esperanza y su anhelo, que nos crearon para encontrar su sentido,  mitigar sus miedos, para calmar su sueño…

 
 

23 comentarios

  1. Puede que sea una lectora atípica y que, por encima de buscar sentido a los textos, me dejo llevar por las sensaciones que me producen. No quiero interpretarlos, nunca me atrevería a decir si faltan o sobran palabras, sólo me quedo con la huella que forman el orden de las palabras. Me parece un escrito bello que invita a la reflexión. Exquisito el primer párrafo. Mi enhorabuena.

    Mucha suerte.

  2. El hijo del Infante.

    Gracias por vuestros comentarios y suerte también para vosotros, compañeros.

  3. El tono épico del relato es, a mi entender, la mayor virtud de este texto (y ahí encuentran su sentido los adjetivos), cuya información está bien dosificada hasta el final. No se vale de los recursos habituales del relato, sino que se demora como si el tiempo se hubiera petrificado. Me gusta: por la valentía en la apuesta (darle voz al «pueblo de la gente pintada»; ahí, con un par), porque está bien escrito, porque me dice algo, porque se intuye más de lo que se ve.

    Que la suerte no te sea esquiva, Hijo del Infante.

  4. Lo has dicho tú mismo, Hijo del Infante, y no hay más que ojear Wikipedia para conocer algo del Arte Rupestre al que te refieres. Pero otra cuestión es la creación de un texto absolutamente metafórico, al menos eso es lo que parece. Desde la vida pura y auténtica de la gente pintada sin lugar para las medias tintas hasta el miedo a su desaparición, sin olvidar que, en ese caso, otros vendrían con una llama roja a darnos de nuevo la vida, todo invita a poder ser metáfora de algo. Alguien habla por ahí de un relato muy abierto y creo que no le falta razón. Quizá has querido reflejar hasta donde hemos llegado desde aquellos tiempos de la caza con arco o de las eternas matronas esperando eternamente, y concluyendo en un mundo simple primitivo y sutil. O quizá tampoco querías llegar hasta ahí y era algo más sencillo, y nos hemos quedado (perdón, me he quedado) como vulgarmente se dice in albis. De cualquier manera, me ha gustado ese estilo sugerente que hace reflexionar, y no comparto el exceso de adjetivos, siempre puede haber algún sobrante, pero la gran mayoría me parecen adecuados al texto que los integra.

    Suerte

  5. Naturaleza, colores que plasman el espíritu de un escritor inspirado, belleza y la historia con buen trazo.

  6. Me ha encantado leer este texto porque es muy sugerente y está muy bien escrito.En cuanto a los adjetivos El hijo del Infante, te comprendo perfectamente porque a mi me pasa igual,creo que cuando quieres enfatizar en algo concreto, son necesarios.
    Sin embargo no soy partidaria del relato tan abierto. Si bien hay que dejar espacios a la imaginación, un cuento tiene que trasmitir una idea clara de lo que ha querido contarse.En fin, es mi opinión, quizá no muy de moda, pero quiero dejártela por si crees oportuno considerarla.
    Mucha suerte y un saludo afectuoso

  7. Alex, gracias por leer, analizar y opinar sobre mi relato. Como he dicho antes, creo que la literatura es un endeble puente (unos más que otros) entre dos cerebros. El mensaje cruza el puente y el receptor crea una obra propia a partir del mensaje recibido. A veces este mensaje es muy claro para el receptor, otras es críptico. Y lo que es claro para uno puedo no serlo para otro. En este caso parece que has creado mucho a partir de mi relato, lo cual me parece muy bien, aunque no se si es bueno o malo que el relato suscite tantas interpretaciones, en cualquier caso no era eso exactamente lo que yo quería expresar.
    Yo quería hablar de la condición humana, sí, pero respecto a nuestra necesidad de crear mitos, nuestro imperativo a fabricar preguntas sobre la existencia y el que esto haya generado la creación de dioses y religiones. Además, desde un punto de vista muy especial, que es el que despista a muchos, a otros no. He dado por hecho que la mayoría recordaría el llamado Arte Rupestre del Arco Levantino, aprovecho para comentar que es patrimonio de la humanidad, que suele estar enclavado en lugares naturales de gran belleza y que fue realizado por el Hombre, muy probablemente con fines religiosos o mágicos.
    Respecto a la redacción, pues seguro que se puede mejorar, coincides con otros en la demasía de adjetivos, pero también es cierto que he intentado darle un tono grandilocuente que nos meta en un ambiente místico e irreal.
    Lo dicho, gracias.

  8. Un relato que viene a presentar una metáfora de enigmáticas y variopintas interpretaciones. Y con mensaje en el doble fondo, de eso estoy seguro; aunque lo duro sea dar con él.
    La historia podría interpretarse, por ejemplo, en la de una civilización actual, urbanita, que se reproduce según ciclos diarios en forma de millones de clones idénticos –el color rojo óxido parece configurar esa identidad- iguales entre sí aunque distintos en su función, con una jerarquía férrea en la que incluso algunos sirven de alimento a otros. Donde la caza y las mascaradas conforman el devenir político y ciudadano. O sea, real como la vida misma, la de aquí al lado.
    En todo caso, la historia está escrita en una clave tan críptica que podría suceder que algunas interpretaciones –acaso la mía- queden a años luz, o hasta risibles, frente a las intenciones y el mensaje del autor. El tono épico y legendario del texto funciona como efecto-asombro que aboca al lector a un movedizo juego de adivinanzas.
    En cuanto a la redacción, el texto mejoraría si se suprimieran un buen número de cacofonías –no olvidemos el diccionario de sinónimos siempre a mano- y aliviándolo de la carga de adjetivos: a menudo un sustantivo sin adjetivo adjunto sigue siendo un sustantivo igual de válido.

  9. Los libros de las bibliotecas podrían haber contado parecida historia, si tuvieran una voz como la tuya que hablase por ellos. Hermoso, hijo del Infante. Cuida la profusión de adjetivos: lo justo, embellece; lo excesivo empacha. Suerte en el concurso.

    • Gracias por tu comentario Bogardilla. Y sí tienes razón en cuanto a lo de los adjetivos, la verdad es que me sale así y quiero pensar que es una cuestión de estilo personal, pero también es cierto que no domino muchos más recursos estilisticos. En cualquier caso lo tendré en cuenta para próximas ocasiones.
      Suerte también.

  10. No sé si lo he entendido todo y bien. Pero me parece un texto precioso y de amplias lecturas e interpretaciones. Ese pueblo de gente pintada, podía ser, como apunta Juno, la representación de vida de las pinturas rupestres, o bien, ese mundo ideal, fruto de nuestra imaginación creadora que da vida a todo lo que nos gustaría, «para encontrar su sentido, mitigar sus miedos, para calmar su sueño…» O todo, o más…

    SUERTE

  11. Perdon, quise decir mitopoiesis, es que la palabra es rara.

  12. Un acto de creación que para mi refleja, a través de la metáfora relatada en forma de mito, que el ser humano es el creador de su propio mundo y que para crearlo y que exista y no se extinga debe estar en comunicación continua con un creador. Sería una mitopiesis.

    Necesitamos reconocernos en creación colectica ( a través de la pintura ) para constituirnos en cociedad.

    Me gusto mucho tú relato. Te felicito!

  13. Muy bueno el relato! Una idea preciosa, la de esos trazos milenarios esperando eternamente a que una llama les devuelva a la realidad, que les saque de la oscuridad a la luz.
    Corto y muy bien escrito.
    ¿Qué más se puede pedir?

  14. A mí me han encantado vuestros comentarios. Hay un frase que me dice mucho…expandirse en mi mente. Creo que de eso trata la comunicación.
    El texto, cuento, novela, ensayo, poesía… son solo unos grafos que sirven de endeble puente de unión entre dos cerebros, dos mundos distintos y separados, aunque tengan factores comunes. Somos nosotros como lectores los que creamos nuestro propio universo y sabemos cosas que ni el autor sabe, bien es cierto que algunos maestros de la literatura nos hacen esto mucho más fácil. En cualquier caso gracias y enhorabuena a Juno y Furtiva por haber creado a partir de mi pequeño relato todo un mundo en su interior mucho más grande y rico que mi historia.

  15. ¡Hola, El hijo del Infante! Me ha encantado tu relato, en el que das vida de una manera elegante e intrigante a la pintura rupestre. Aunque el relato es bastante breve tiene el poder de expandirse en mi mente 😉
    ¡Suerte!

  16. Esta preciosidad de relato desde el principio me ha atrapado. La primera vez que lo leí no lo hice con el tiempo ni el reposo necesario, pero en cualquier caso me era necesario volver a leerlo porque había en el algo mas efectivamente.
    Creo que describes un mundo más allá del nuestro..y sin embargo parte de nosotros. Creo que ese pueblo lo conforman las ideas,los valores, ..Creo que tu mundo está lleno de espiritu, de interior y creo que es un mundo muy sutil y espiritual. Si ahora no he conseguido captar el fondo de esta metáfora filosófica, prometo volver , aunque sea para errar desde otra interpretación de la lectura. Sigue siendo hermosa.

  17. Muchas gracias por vuestros amables comentarios. Pero en el relato hay algo más que creo no habéis descubierto. Seguro que es porque no he sabido expresarlo bien. De todos modos esperaré a ver si alguién lo capta.
    Saludos y gracias de nuevo Furtiva y Agnódice.

  18. No se si podrías estar hablambo de los «»Himba»» de Namibia ,aunque no son cazadores.. Me has recordado esa tribu en mucho.En cualquier caso es una preciosidad de descripción la que haces,muy mistica y emotiva.
    Felicidades.

  19. casi una oda en honor a la naturaleza. Enhorabuena y suerte

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