Déjame
que siembre en la besana de tu corazón herido,
húmedo aún del aguacero de reproches,
mi cálida simiente de palabras,
temblorosas palabras
que gotean, brillantes por fin, tras la tormenta recién ida.
Déjame
estar en ti cada minuto de tus horas, de tus días,
cada instante de chispa en tu mirada
abrirme en tus entrañas como una flor inmensa de rocío,
invadir tu corazón de nube
expandir mi ternura de lava por tus venas,
inundarte de silencios
y acampar
Déjame
aflorar en tu epidermis,
rozarte apenas,
erizarte,
sin que sepas si son mis yemas o mis labios
los que dibujan surcos en tu piel,
los que van abriendo la flor de cada escalofrío,
recorriendo cada rincón umbrío de tu geografía,
cada rompiente de tus olas,
cada sima embriagante,
cada vértigo de sangre en el acantilado de tus huesos.
Déjame que borre de tus mejillas
las cicatrices oscuras de los desalientos
y que aprenda el sabor agridulce del perdón
al besar tus lágrimas mezcladas con las mías.
Muy tierno,con dulces toques de sensualidad…me gusta
Mi silencio puede hacerme parecer distante o encastillado. Nada más lejos: solo es el pudor, que me paraliza.
Ya no sé si contestar uno por uno, pero qué bien se está entre poetas: Pléyade, La tía Julia, Colibrí, Deucalión y tantos otros.
Os agradezco de corazón vuestro cariño.
Me apunto a ese frente romántico que aún cree en la fuerza de palabras trasnochadas como ‘amor’, ‘ternura’,’abrazos’ para crear belleza y para suavizar alguna arruga profunda del entrecejo.
Un abrazo a todos.
Vía Láctea, enhorabuena. Me dejaste sin palabras con ese poema delicado, dulce y sin complejos. Reconciliación y ternura, sencilla y llanamente. Disfruta de este momento y toda la suerte en los premios. Un abrazo.
Hola Vía lactea:
Tu poema me parece muy bonito. Me ha transmitido mucha dulzura. Muchas gracias y enhorabuena.
Déjame que
te desee suerte
para la final
de este premio especial.
Así, si no estoy en esa final no tendré que acercarme a esa entrega de premios y no me podréis lanzar esos tomates que, de buenas ganas, me lanzaríais los poetas que andáis por aquí…
Un abrazo, Vía Láctea 🙂
Precioso.
Bello poema límpio, sin artificios, como una de esas gotas últimas que rebosan en las hojas cuando ya ha pasado la tormenta. La delicia del momento en el que todo vuelve a su lugar tras la reconciliación, más hermoso, más dulce. Enhorabuena poeta. Suerte.